El debate de la monarquía

Las huestes de Sánchez contra Felipe VI para que expulse a su padre de la Casa Real: «Sería deseable»

Moncloa exige un nuevo gesto al Rey bajo el pretexto de protegerle de los escándalos de su padre

Las huestes de Sánchez contra Felipe VI para que expulse a su padre de la Casa Real: «Sería deseable»
Agustín de Grado
  • Agustín de Grado
  • Subdirector y responsable del Área Política en OKDIARIO. Antes jefe de área en ABC, subdirector en La Razón y director de Informativos en Telemadrid.

El laboratorio estratégico de Iván Redondo en La Moncloa ha conseguido que este fin de semana varios medios de comunicación difundan la idea de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es el más interesado en proteger la institución de la Corona, zarandeada las últimas semanas por las noticias en torno a las cuentas del Rey emérito. Según la tesis, la intención del Gobierno no es otra que proteger a Felipe VI del escándalo que rodea a su padre. Y para ello, el Rey debe hacer cambios en la Casa Real, única forma de garantizar el futuro de la institución monárquica, piedra angular del régimen democrático que España se dio por voluntad mayoritaria en 1978. Porque, en palabras del propio Sánchez, «se está juzgando a personas y no a instituciones».

Cuando antes del verano La Moncloa presionó a Zarzuela por las noticias «inquietantes y perturbadoras» del viejo monarca y sus cuentas en Suiza, consiguió que el Rey emérito saliera de España. Ahora que se ha conocido la regularización fiscal y, por tanto, el reconocimiento de una infracción fiscal con Hacienda, quiere más. No le vale con el destierro voluntario. Y ese más pasa por que el Rey que cedió al pueblo español el poder absoluto heredado de Franco y pilotó la Transición hacia la democracia, deje de pertenecer a la Casa Real. Así lo ha expresado este lunes el diputado del PSOE Odón Elorza.

Ya no es la filtración de un deseo. Es la verbalización en público de un diputado socialista. En una entrevista en Onda Vasca, el diputado guipuzcoano ha afirmado que sería «deseable» que Juan Carlos I sea expulsado por su hijo de la Familia Real por sus comportamientos «nada ejemplares en el plano moral». En su opinión, es «el propio» Rey emérito el que está «poniendo en crisis» la institución de la Corona.

Que Juan Carlos I sea despojado del título de Rey emérito es una aspiración que abanderó Podemos desde el primer día. Ya en agosto, la formación que lidera Pablo Iglesias presentó en el Parlamento vasco una proposición no de ley para «retirar el título de Rey y el tratamiento de Majestad» a Juan Carlos I por la «sucesión» de lo que calificó como «actos execrables perpetrados por miembros de la Casa Real» en los últimos años.

Sin embargo, la intención de Podemos no se queda ahí. El vídeo difundido la semana pasada con imágenes de la Familia Real y la música de ‘Narcos’ no fue un ataque sólo contra el emérito, sino contra toda la institución, ahora representada por Felipe VI, el ciudadano Felipe de Borbón, en opinión de Alberto Garzón, uno de los ministros de Unidas Podemos al que mayor desprecio le gusta exhibir siempre en sus manifestaciones contra la Corona. Nadie del Gobierno ni del PSOE salió a criticar la oportunidad del vídeo podemita.

Dilema de Nochebuena

A Podemos no le vale ningún Rey porque dinamitar la monarquía parlamentaria es un objetivo que la formación de Iglesias no oculta. Y el PSOE está ahora por expulsar de la Familia Real al monarca que devolvió la democracia a los españoles bajo el pretexto de que así se protege al Rey. Esta es la pinza, planteada desde el propio Gobierno de España, ante la que se encuentra Felipe VI a diez días de que pronuncie ante los españoles el discurso más importante del año, que en esta ocasión debería estar protagonizado por la pandemia que ha costado la vida a decenas de miles de españoles, pero que el laboratorio estratégico de La Moncloa ha conseguido orillar para colocar el foco sobre la Monarquía.

¿Es el discurso de Nochebuena el momento más apropiado para anunciar estas reformas a las que Felipe VI está siendo empujado desde La Moncloa? ¿Debe aprovechar su entrada en los hogares de toda España para realizar algún comentario de condena explícita sobre los comportamientos financieros de su padre? «La justicia es igual para todos», proclamó Juan Carlos I en la Nochebuena de 2011, cuando las actividades de Iñaki Urdangarín implicaron a la Corona en el primer caso de corrupción.

Complicada disyuntiva ante la que se encuentra Zarzuela. Si no anuncia ninguna medida, será criticada por las terminales alimentadas desde el Gobierno. Y lo que anuncie, en caso de hacerlo, será poco para esa parte del Consejo de Ministros a la que le sobra cualquier rey y nunca ha celebrado todas las medidas y reformas que Felipe VI ha implementado desde que se ciñó el cetro. Que no son pocas. Así, en 2014 abandonó los asesoramientos privados y firmó un acuerdo con la Abogacía del Estado para todas las cuestiones legales. En 2015 reguló el régimen de regalos de todos los miembros de la Familia Real, aprobó un código de conducta para todos los empleados de la Casa y revocó a su hermana Cristina el título de duquesa de Palma. En 2020 retiró a Juan Carlos I, su padre, la asignación económica y renunció a la herencia que le pudiera ser deferida a él y a la Princesa de Asturias de fondos irregulares.

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