Desfile del 12 de octubre

Sánchez aleja cada vez más a los ciudadanos del desfile: en 2021 estaban a 100 metros y ahora, a 250

El desfile ha venido marcado por los escándalos que cercan al Ejecutivo socialista

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Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Los gritos y abucheos a Pedro Sánchez son habituales en el tradicional desfile del 12 de octubre. Pero este año el acto ha estado, además, marcado por varios escándalos de enorme calado para el Ejecutivo, desde los casos Begoña Gómez y David Sánchez a las nuevas revelaciones de la trama Koldo. Sánchez ha recibido las protestas del público, con pitidos y gritos pidiendo su dimisión. «¡Sánchez es Batasuna!», «¡ladrones!», han sido algunos de los que se han escuchado con más frecuencia. Los ciudadanos han desafiado a la intensa lluvia que caía en Madrid y han acudido a la parada militar para expresar su crítica al Ejecutivo socialista. La distancia de las vallas de seguridad, situadas a unos 250 metros, no ha evitado los abucheos.

Sabedor de que se trata de un acto de gran repercusión, las maniobras de Sánchez para tratar de silenciar esta crítica ciudadana han sido constantes en los últimos años. En 2022, incluso, el socialista llegó después de los Reyes, lo que obligó a frenar la comitiva de Don Felipe y Doña Letizia.

También en estos años se han suprimido las gradas, que solían estar en las proximidades de la Plaza de Neptuno. En 2020, se dejó de anunciar la llegada de Sánchez por megafonía, para que el socialista pudiese pasar desapercibido. En 2021, se comenzó a acompasar su llegada con la de Felipe VI para tratar de solapar la crítica con los vivas al monarca.

En esta ocasión, Sánchez apenas ha llegado tres minutos antes que el Rolls Royce de los Reyes, a las once en punto, la hora de inicio del desfile. El jefe del PSOE se ha mantenido en un discreto segundo plano y apenas ha charlado con las autoridades que aguardaban su llegada. Ha realizado un breve saludo a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; al alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida; y a la ministra de Defensa, Margarita Robles.

En ese momento, uno año más, se han podido escuchar los primeros abucheos al presidente del Gobierno por parte de algunos ciudadanos que se habían acercado a las inmediaciones de Neptuno, donde estaba ubicada la tribuna real.

Los gritos contra Sánchez también han podido escucharse al final, durante el saludo a los mandos de las diferentes unidades que han participado en el desfile.

Polémicas

El desfile militar ha estado marcado este año por los numerosos escándalos del Ejecutivo socialista. Esta semana, la Audiencia Provincial de Madrid ha avalado la investigación del juez Juan Carlos Peinado, que mantiene imputada a Begoña Gómez por tráfico de influencias y corrupción en los negocios.

Los jueces respaldan que Peinado investigue los contratos adjudicados por el Ejecutivo al empresario Juan Carlos Barrabés, socio de Gómez e impulsor de su cátedra de Transformación Social Competitiva en la Universidad Complutense de Madrid. El auto, además, descarta que -como critica el Gobierno- la investigación esté siendo prospectiva o genere indefensión a la mujer de Sánchez. «Prospectiva es la investigación que se inicia de forma indeterminada en búsqueda de posibles conductas delictivas sin una mínima concreción y sospechas fundadas, pero no aquella que partiendo de una conducta racionalmente sospechosa (ejercicio de influencia o promesa de ejercicio para condicionar la toma de decisiones públicas a cambio de ventajas indebidas), inicia una amplia indagación que permita conocer con detalles todas aquellas circunstancias que pueda influir y determinar en su calificación», recogen los magistrados.

Gómez, además, se enfrenta a otra posible imputación por un delito de apropiación indebida de la plataforma para empresas creada para la Complutense.

La Justicia investiga también las irregularidades del hermano de Sánchez, David Azagra (nombre artístico) en su trabajo en la Diputación socialista de Badajoz. Según las acusaciones, entre otros asuntos, Azagra no acude a su puesto y teletrabaja desde su residencia en Portugal.

Por otro lado, la investigación de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha concluido que Pedro Sánchez estaba informado, desde cuatro días antes, de la llegada a Barajas de la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez. El presidente socialista siempre ha mantenido que no conocía esta llegada y que se enteró más tarde de las sanciones de la Unión Europea sobre Rodríguez, pese a que estaban activas desde junio de 2018.

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