España
CATALUÑA

Rull permitirá a Puigdemont someterse a la investidura a distancia si la UE suspende la amnistía

Los recursos a la amnistía y su imputación por alta traición dificultan su regreso antes del 26 de agosto a España

  • Joan Guirado
  • BARCELONA
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

Carles Puigdemont desea someterse al debate de investidura de forma presencial en el Parlament cuando, tras reunir los apoyos, Josep Rull le designe para tal efecto. Pero las cuestiones prejudiciales al Tribunal de Justicia de la Unión por parte de los jueces, a la ley de amnistía y la reciente causa abierta por un juez de Barcelona por alta traición, delito que no se recoge en la medida de olvido penal, pueden dinamitar sus planes. De ahí que Puigdemont y Rull estudien ya un traje a medida, como el que en 2018 el entonces president del Parlament, Roger Torrent, se negó a hacer, para que el candidato de Junts pueda pedir la confianza de la Cámara desde fuera de España. Se trataría de una autorización expresa del presidente para celebrar la investidura de forma telemática.

Junts estudia esta opción si, tal como preveían, Puigdemont no puede volver antes del 26 de agosto -cuando se convocarían elecciones anticipadas si antes ningún candidato ha sido investido-. Hace seis años Torrent lo descartó por la complejidad y las dudas jurídicas que existían. De hecho, él y sus compañeros de la Mesa fueron a juicio por desobediencia, aunque finalmente quedaron absueltos. La misma suerte podría correr Josep Rull y su equipo, de autorizar la vía a distancia, ya que contraviene varias resoluciones del Tribunal Constitucional. De momento, el máximo responsable del legislativo catalán ya ha permitido que los dos diputados de Junts que residen fuera de España, Puigdemont y Puig, pudieran votar su investidura en contra de la legalidad.

El jueves de la semana pasada el president del Parlament, Josep Rull, visitó en Waterloo (Bélgica) a Puigdemont. Junto a él, afirmó que «costaría entender otro escenario que no fuera que el expresidente Carles Puigdemont pudiera venir al debate de investidura como un ciudadano libre». Hasta ahora, Junts trabajaba en ese escenario, el de que su candidato pudiera volver en las próximas semanas y estar presente físicamente en el parlamento catalán -garantizando así su retorno como había prometido en campaña-. Pero los recursos del Tribunal Supremo a Europa y el último movimiento del juez Joaquín Aguirre, de procesar al ex president por alta traición, complican este escenario y vuelven a dibujar un futuro incierto.

Rull se desplazó hasta Bélgica para reunirse personalmente con Puigdemont, a quien trasladó su apoyo subrayando «el compromiso de la Presidencia del Parlament para garantizar la plenitud de todos los derechos» que tienen como diputados Puigdemont, Lluís Puig (Junts) y Rubén Wagensberg (ERC). «Aunque estén en el exilio garantizaremos de manera innegociable que sus derechos puedan ser ejercidos con plenitud, el más relevante de los cuales, el derecho a poder votar», sostuvo el nuevo presidente de la Cámara catalana, que una de sus primeras decisiones fue desacatar al Tribunal Constitucional.

Aunque el escenario ahora no es tan halagüeño como la noche del 12 de mayo, cuando Puigdemont se veía capaz de plantar cara a Salvador Illa, con la amnistía a punto de ser aprobada definitivamente, los junteros quieren aprovechar la ocasión de que su candidato se someta a un debate de investidura para así reforzarle de cara a una eventual repetición electoral, prevista en el calendario para el día 13 de octubre. De hecho, el primer pleno de investidura en el Parlament debía empezar hoy, pero al no haber candidato alguno, Rull situó un acto simbólico este miércoles 26 de junio de tal manera que si en estos dos meses ningún diputado logra la confianza de la Cámara la repetición electoral caería en domingo, como es habitual. De haberse producido este martes hubieran sido en sábado.