Cumbre de la OTAN

Robles confirma que no habrá mención explícita a Ceuta y Melilla en la nueva estrategia de la OTAN

Podemos bombas
Margarita Robles, en una base militar. (Foto: EP)
Agustín de Grado
  • Agustín de Grado
  • Subdirector y responsable del Área Política en OKDIARIO. Antes jefe de área en ABC, subdirector en La Razón y director de Informativos en Telemadrid.

No habrá mención explícita a Ceuta y Melilla en la hoja de ruta que guiará la estrategia defensiva de la OTAN durante los próximos diez años. Así lo ha reconocido este martes Margarita Robles, ministra de Defensa, quien ha explicado que «en el nuevo concepto estratégico se habla de la protección de la integridad territorial de cada uno de los Estados». «No es necesario entrar a detallar a qué territorios es aplicable porque la integridad territorial es eso», ha añadido.

Estas líneas generales son que cada país es dueño «absoluto» de su territorio, ha explicado la ministra en una entrevista en Canal Sur. Asimismo, en declaraciones a Telecinco, Robles ha dejado claro que «no se va a recoger las peculiaridades de cada uno de los países» y ha deslizado que si la Alianza trabaja para proteger la soberanía e integridad de Ucrania y otros países, «pues mucho más a los países que forman parta de la OTAN».

El Gobierno de España está muy interesado en que la cumbre de la OTAN sirva para aumentar la implicación defensiva de la OTAN en lo que se conoce como el flanco sur del continente europeo, que no coincide con la frontera sur de la Península ibérica, sino con el norte de África, donde están las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta, que forman pare de España desde el siglo XV y XVI respectivamente. Sin embargo, ambas plazas son objeto del deseo de Marruecos, amigo de EEUU, Israel y la OTAN en el Magreb.

El Tratado de Washington, el texto fundacional de la OTAN en 1949, cuando el único enemigo de las democracias occidentales era la hoy extinta Unión Soviética, establece en su artículo 5 que «las partes convienen en que un ataque armado contra una o contra varias de ellas, acaecido en Europa o en América del Norte, se considerará como un ataque dirigido contra todas ellas y, en consecuencia, acuerdan que si tal ataque se produce, cada una de ellas, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva, reconocido por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, asistirá a la parte o partes así atacadas, adoptando seguidamente, individualmente y de acuerdo con las otras partes, las medidas que juzgue necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada, para restablecer y mantener la seguridad en la región del Atlántico Norte».

El artículo 6 define que se considera ataque armado contra uno o varios de los Estados miembro cuando se produzca «contra el territorio de cualquiera de las partes en Europa o en América del Norte, contra los departamentos franceses de Argelia, contra el territorio de Turquía o contra las islas bajo jurisdicción de cualquiera de las partes en la región del Atlántico Norte al norte del Trópico de Cáncer».

Por tanto, en su literalidad, al estar Ceuta y Melilla en suelo africano, quedarían fuera del paraguas defensivo de la OTAN. Tanto el Rey como el Gobierno expusieron el pasado 30 mayo en Madrid a Jens Stoltenberg, secretario general de la organización, con motivo del 40º aniversario de nuestra adhesión, que la OTAN debía proteger el flanco sur de Europa, reclamando implícitamente que se incluyeran bajo su protección Ceuta y Melilla, cuya soberanía reclama Marruecos.

Ayer, el jefe de la OTAN se puso de perfil sobre la petición de España y recordó que el tratado ya contempla que correspondería al Consejo, el órgano ejecutivo de la Alianza, determinar en un momento dado la validez de la invocación del artículo 5 que pudiera hacer España en caso de que la soberanía e integridad territorial de Ceuta y Melilla fuera. Y este aspecto sería, en todo caso, «una decisión política» de los 30 Estados miembros de la organización atlántica, afirmó Stoltenberg.

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