España

La purga entra en una nueva fase: Iglesias empieza a expedientar a los críticos

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Consumada la destitución de Íñigo Errejón y sus afines de la primera línea de Podemos, en el partido se preparan para una purga, más silenciosa, aunque de mayor alcance. ‘Liquidar’ a quienes en, en los territorios, se han ido posicionando del lado del exsecretario de Política. 

Según ha podido saber OKDIARIO, varios militantes, pertenecientes a distintos círculos, han recibido en los últimos días expedientes disciplinarios en los que se les informa de la suspensión cautelar en la formación. Los afectados denuncian que los argumentos son «absurdos» y en realidad tratan de «penalizar» su apoyo a Errejón en la pasada campaña.

En uno de los casos, al que ha tenido acceso este diario, se acusa por un comentario ofensivo hacia un compañero de partido, realizado en la red social Facebook de un círculo municipal de Cantabria, en mayo del año pasado. Los críticos se muestran sorprendidos porque no sea que hasta ahora cuando se les haya apercibido por hechos similares.

Las sanciones llegan a pocos meses de que comience la renovación en distintos Consejos autonómicos y municipales, lo que alimenta sus sospechas de que esas purgas, por otro lado «previsibles»-admiten-tratan de evitar candidaturas críticas de cara a esos procesos.

«El cebo era Errejón, nos postulamos y posicionamos y así es ahora más fácil meter el bisturí», señala uno de los expedientados. La imagen de «normalidad» que Iglesias y Errejón tratan de exhibir en los últimos días no se traslada, ni mucho menos, a las regiones, donde las fracturas están más abiertas que nunca y donde las dos corrientes se embarcaron en una batalla encarnizada. Hasta las últimas consecuencias.

Poder territorial

Errejón ha contado en campaña con el apoyo de varios barones y cuadros intermedios en territorios clave como la Comunidad Valenciana, Murcia o País Vasco. Además, ha demostrado un indudable tirón entre las ‘mareas’-las plataformas municipalistas gallegas-y en varios círculos estratégicos de Cataluña. Y en Andalucía, cuenta aún con el arrastre de Sergio Pascual, en su día ‘fulminado’ por Iglesias como secretario de Organización y uno de sus más fieles.

Muchos de esos cargos y militantes exhibieron su apoyo suscribiendo el manifiesto ‘Recuperar la ilusión. Democracia para ganar’, con el que los errejonistas competían en Vistalegre. Una evidencia que no pasa desapercibida para Iglesias y sus afines territoriales.  De ahí que, entre los afines al exsecretario político, el temor a una purga masiva haya sido constante desde hace semanas, antes incluso de la pasada Asamblea.

Desde su nueva plaza-como futuro candidato a la Comunidad de Madrid, en 2019- Errejón tratará de blindar su cuota territorial. Sus partidarios tratan de sacar ventaja del puesto y se filtra que puede ser una palanca para fortalecerse y optar, a futuro, al liderazgo del partido. Para ello, el exnúmero dos tendrá que superar varios obstáculos. El principal, buscar hueco para sus afines en un equipo controlado por el ‘pablista’ Ramón Espinar, desplazado con esta decisión de Iglesias.

Vistalegre se traslada a las regiones

Las consecuencias de la sangría de Vistalegre se verán en las próximas semanas, incluso meses.

Reforzados por la victoria, los pablistas quieren ganar posiciones en algunos territorios controlados por errejonistas. Es el caso de País Vasco donde, según ha podido saber OKDIARIO, los afines a Iglesias han reclamado a la dirección, en manos de Nagua Alba, un mayor equilibrio de fuerzas, a imagen de Vistalegre. Consideran que la actual organización no responde a lo que la militancia expresó en la última Asamblea Ciudadana.

Desde la dirección vasca descartan que el resultado de Vistalegre se pueda trasladar a los territorios, aunque no se descarta modificar esa organización para dar cabida a otras sensibilidades.