El presidente de la Conferencia Episcopal reclama un reparto «justo» de menas en todas las comunidades

El presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ha defendido una distribución «justa» de los menores migrantes por toda España y ha garantizado la disposición a la acogida de la Iglesia Católica aunque ha abogado por «hacer lo posible para que los menores puedan estar con sus familias».

Así lo ha dicho este miércoles el prelado quien también se ha referido a la situación migratoria que atraviesan las Islas Canarias. Argüello ha asegurado que la Iglesia ha mantenido «siempre» un posición de colaboración con las dos diócesis de Canarias que, como ha valorado, «hacen un esfuerzo enorme». «Bastantes diócesis de España han acogido a algunas personas», ha defendido.

Sobre el problema migratorio Argüello ha argumentado que existe el derecho a no emigrar, es decir, a que las personas procedentes de otros países puedan prosperar y desarrollar sus vidas en sus propias naciones. Para ello ha defendido la importancia de abordar cuál es la situación en los países de origen para avanzar en políticas de ayuda y colaboración con el fin de que las personas «no tengan que salir de sus territorio».

El presidente de la Conferencia Episcopal también ha denunciado el negocio de las mafias de tráfico de inmigrantes y ha defendido «oposición radical al uso de las personas y de sus situaciones desgraciadas para comercializar con ese sufrimiento». Finalmente, ha subrayado la defensa de la Iglesia en el reconocimiento a la «dignidad» de las personas».

Una vez explicado esto, Argüello ha insistido en la relevancia de insistir en dos criterios como la «dignidad humana y el bien común», un punto en el que ha defendido una política de Estado que aborde esta problemática y un acuerdo «entre todos» para regular los flujos migratorios.

«Somos favorables a que la situación de Canarias quede aliviada por una justa distribución de los menores por todo el territorio», ha zanjado, tras lo que, no obstante, ha abogado por «hacer lo posible para que los menores pudieran estar con sus familias».