El PP pide a Sánchez que defienda Ceuta y Melilla tras decir Marruecos que no tiene fronteras con España

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La portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Cuca Gamarra, ha reclamado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que defienda con rotundidad la integridad territorial después de que Marruecos haya dicho en una carta a la ONU que no tiene fronteras terrestres con España.


En su turno de réplica durante el pleno, Gamarra se ha referido a la carta que Marruecos ha remitido al Consejo de Derechos Humanos de la ONU para responder por el salto masivo a la valla de Melilla el pasado 24 de junio.

En ella, el Gobierno marroquí sostiene que es «inexacto» referirse a «la línea de separación entre Marruecos y Melilla» como «frontera hispano-marroquí», como afirman en su texto, puesto que «el Reino de Marruecos no cuenta con fronteras terrestres con España y Melilla sigue siendo un presidio ocupado y por este motivo, no se puede hablar de fronteras, sino de simples puntos de paso».

La portavoz del PP ha pedido al presidente, que dado que está en sede parlamentaria, aproveche para «afirmar que es rotundamente falso» lo que dice Rabat y no marcharse «sin defender nuestra integridad territorial» y la soberanía de España.

Marruecos culpa a Argelia

Por otra parte, en la misiva enviada al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Marruecos denuncia la presión migratoria «sin precedentes» de la que es objeto y acusa a Argelia de «laxismo» al permitir el paso por su frontera de miles de inmigrantes con destino al territorio marroquí.

En cuanto a los acontecimientos del 24 de junio, denuncia la difusión de «informaciones falsas» respecto a lo sucedido: sostiene que los inmigrantes ilegales estaban organizados y tenían en muchos casos formación militar, además de subrayar la «violencia inusitada» con la que actuaron.

Por lo que se refiere a la actuación de las fuerzas de seguridad marroquíes, recalca que los efectivos «estaban equipados exclusivamente con material de mantenimiento del orden sin ningún arma de fuego letal y no se hizo ningún disparo», actuando «en el respeto absoluto del principio de necesidad y de proporcionalidad en el uso de la fuerza».

Asimismo, Marruecos señala que los fallecidos fueron 23 y no los 37 que se recoge en la misiva remitida por los relatores de la ONU, y que fue la cifra que ofreció una organización de Derechos Humanos local. Asegura también que las autopsias realizadas a todos ellos confirman que murieron por asfixia en la avalancha y no por arma de fuego.

Dicho todo esto, el Gobierno marroquí rebate la acusación de «racismo estructural y de tratamiento discriminatorio de individuos de ascendencia africana» -el objeto principal de la misiva de los relatores de la ONU- puesto que el país ha llevado a cabo «vastas operaciones de regularización de inmigrantes en situación irregular».

Por último, deja claro que «Marruecos no tiene ninguna responsabilidad en las devoluciones de inmigrantes en caliente» sino que «es la responsabilidad de las autoridades españolas». «Marruecos no hace sino sufrir las consecuencias de un fenómeno cuya gestión securitaria, por sí sola, ya ha demostrado sus límites», añade.

Con todo, puntualiza que tras los acontecimientos del 24 de junio no se produjo ninguna de estas devoluciones y asegura que «Marruecos se opone a la devolución grupal de inmigrantes y a la expulsión colectiva de extranjeros».

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