La Policía Local ya no es de todo el pueblo: una enorme estelada en la comisaría de Sant Hilari (Gerona)
La Policía Local de Sant Hilari de Sacalm (Gerona) ya no es la policía de todo el pueblo. Al menos, simbólicamente han decidido dejar fuera de su protección y amparo a todo aquel que no sea independentista y comulgue con poner sus denuncias o reclamaciones en un edificio que casi ha desaparecido tras una enorme bandera estelada.
Hace tiempo que visitar muchos de los pueblos de la Cataluña interior significa sentir que España allí no está. Las grandes ciudades siguen siendo cosmopolitas, hay debate, relaciones de idas y venidas, pero no ocurre así en las localidades más pequeñas, donde la única simbología es la catalana y ni una bandera ni una referencia al resto del Estado le hacen a uno recordar que está en España.
Si este viernes se consuma lo que ya se dice en los mentideros, que el presidente Carles Puigdemont proclama la independencia de manera solemne y unilateral, muchos de estos pueblos tienen decidido retirar los pocos símbolos que queden más allá de los catalanes, arriar las últimas banderas españolas que aún ondean en alguno de sus balcones oficiales e izar como única enseña la bandera de Cataluña…
¿Pero cuál? ¿La oficial? ¿La estelada con fondo amarillo? ¿O la estelada pancatalanista con fondo azul que reivindica la expansión esa eventual ‘república’ para que incluya las Islas Baleares, la Comunidad Valenciana y el Rosellón francés?
En todo caso, hay un pueblo que ya se ha adelantado a los demás. Es Sant Hilari de Sacalm, en Gerona, cuna del manantial de agua mineral que llena gran parte de las botellas que se consumen por toda España. Allí, en la sede de la Guardia Local, en un bello edificio de la carretera de Arbúcies, se ha colgado estos días una enorme bandera catalana estelada.
Casi se podría decir que es una lona con los colores de la bandera independentista catalana, pues tapa media fachada. Y deja claro a sus vecinos que no todos son representados por los policías que les deben proteger y cuidar.
En las últimas elecciones municipales, los 13 concejales que componen el Ayuntamiento de Sant Hilari se repartieron entre sólo dos formaciones: la ganadora, con 7 ediles, fue el Partit Independent de les Guilleries (PIG); en segundo lugar, a sólo 65 votos, quedó la vieja CiU.
El PIG, cuyo ideario de izquierda social, participativa y asamblearia se asemeja mucho al de Podemos, se define con un partido municipalista y ni en su principios ni en su logotipo se atisba ninguna mención o simbología independentista.
Sin embargo, no son pocas las voces que han denucniado la ‘batasunización’ del pueblo desde que Joan Ramon Veciana Martínez es alcalde: el Ayuntamiento paga la cuota de la Asociaicón de Municipios por la Independencia (AMI) y orgulloso, luce, a su entrada por carretera —como muchos otros de esa Cataluña interior— un cartelito de ‘Municipi per la independencia’.
No todos los vecinos se sienten cómodos con la situación y, claro, alguno ha reaccionado: denunciando la lona que tapa la fachada de la sede de su policía municipal o tachando con spray la señal que define al municipio como independentidsta con las letras que componen la palabra ‘Espanya’.
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