España
CESE POLICIAL POLÉMICO

Un policía ‘incómodo’ que lo mismo detiene a futbolistas que planta cara al personal de una embajada

El subinspector al que acaban de echar acarrea un historial de actuaciones que le pueden haber colocado como objetivo de alguno de sus superiores

Estuvo detrás de la detención del exjugador del Real Madrid, James Rodríguez, y ordenó un control de acceso frente a la embajada de Egipto en Madrid

James declara que no vio a la Policía ni escuchó la sirena porque iba con la música muy alta

  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

El policía al que acaba de cesar un mando del Cuerpo Nacional de Policía en Madrid ni es un policía cualquiera ni tiene un historial policial cualquiera. Para empezar es el policía que tiró una puerta abajo con un ariete, y sólo eso le persigue desde hace meses. Él lo sabe y algunas fuentes consultadas no descartan que el paso de los años y su modo de entender su vocación puede haberle granjeado tantos amigos como enemigos dentro del Cuerpo. Tras haber sido cesado por entrar en la casa de un presunto maltratador para recuperar los efectos personales de la víctima 80 policías han enviado escritos a sus superiores para denunciar lo que ellos consideran que ha sido un cese injusto. Este policía con 18 años de servicio ha protagonizado algunas actuaciones que él sabe que no le han ayudado en su carrera ni con sus superiores.

A este policía su jefe lo ha cesado por lo que considera una extralimitación en su labor. Mientras el policía valoró en el lugar en el que se encontró a la mujer maltratada que el hecho de que el hombre que la había pegado estuviera en la casa encerrado y con todas las pertenencias de ella como un delito flagrante, su jefe creyó que con la víctima a salvo él tenía que haber esperado refuerzos.

El propio subinspector menciona en la minuta que le exigió su superior que cuando se ha conducido de esa manera, pidiendo refuerzos, ha habido esperas de hasta 35 minutos que además han supuesto menguar de recursos policiales a otros operativos. Así que por eso decidió zanjar allí mismo el asunto siendo él quien entrara en la casa. Algo parecido sucedió en la calle Lagasca de Madrid, cuando este policía autorizó echar abajo una puerta con un ariete para detener una fiesta ilegal por ir contra las normas Covid.

Intervenciones llamativas

Sin embargo, este policía, con 18 años de servicio en el Cuerpo y una década en el Grupo de Atención Ciudadana, no es precisamente un desconocido. Este policía fue el que persiguió a al exjugador del Real Madrid James Rodríguez hasta la misma ciudad deportiva del equipo. Los agentes se cruzaron con el jugador en la M40 de Madrid cuando éste circulaba a 200 kilómetros por hora. El coche policial camuflado le hizo insistentes indicaciones, pero el jugador no se detuvo hasta entrar en las instalaciones del Real Madrid. Una vez allí les dijo a los policías, primero que no había escuchado las señales por el volumen de la radio de su coche, que iba rápido porque llegaba tarde al entrenamiento y que cuando se percató de que iban detrás de él pensó que podía tratarse de un secuestro.

A este policía tampoco le tembló el pulso en otra llamativa intervención, y esta vez no se enfrentaba a un futbolista con prisas, sino que puso en jaque a toda una embajada en Madrid. El policía en cuestión respondió a una extraña denuncia. Una mujer aseguraba que su tío, un ciudadano egipcio, había acudido ese día a la embajada de su país en Madrid, pero que antes de irse le había dicho que si no daba señales de vida a determinada hora llamara inmediatamente a la Policía.

Con esos datos el agente ahora cesado se plantó en la embajada y pidió colaboración. Hizo partícipe al personal diplomático de la situación y pidió ayuda para saber si alguno de ellos había visto al hombre de la foto aportada por la sobrina del desaparecido y si podrían revisar las cámaras de la embajada para cerciorarse de que no había entrado allí. Tras hacer unas consultas el personal de la embajada se negó a colaborar con el agente, así que éste preparó un dispositivo de vigilancia en la calle para identificar a todo aquel que entrara o saliera de la embajada en lo que él mismo definió como “el curso de la investigación de una desaparición de alto riesgo”.

Tal fue el malestar que ocasionó esta actuación que desde la Embajada de Egipto contactaron con un mando policial que llegó a plantarse allí mismo para ordenar que se desactivara el dispositivo organizado por el agente. Al no ser mando directo suyo el policía se negó y mantuvo el operativo.

Este tipo de actuaciones son las que de una manera u otra le han hecho un nombre en el cuerpo que, dependiendo a quién se pregunte, conlleva elogios o críticas. El policía en cuestión tiene un juicio en el horizonte, el del ariete en la calle Lasgasca. Veremos qué sucede cuando un juez ponga en una sentencia que su forma de conducirse como policía es o no acorde a Derecho.