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El PNV sobre la investidura de Sánchez: «Hay 4 semanas para hacer lo que no se ha hecho en 4 meses»

El PNV ve con preocupación la postura de Pedro Sánchez cuando queda menos de un mes para que expire el plazo para una posible investidura.  El portavoz del partido en el Senado, Jokin Bildarratz, ha calificado este domingo de «inquietante» la actitud del líder del PSOE, que, según el político vasco, «parece sentirse cómodo» en el cálculo de «hipotéticos réditos» que pudiera lograr de «una nueva llamada a las urnas».

Bildarratz  ha subrayado que «el paso de los días aboca inexorablemente» a una repetición electoral. Por ello, ha advertido de que «quedan cuatro semanas para hacer lo que no se ha hecho en cuatro meses, y la responsabilidad sigue correspondiendo a Pedro Sánchez».

En un artículo publicado en El Diario Vasco titulado ‘La política de vacaciones’, Bildarratz ha recordado que, «desde diciembre de 2015, la política española se encuentra inmersa en una paralizante espiral de impaciencia, sin norte ni claridad, sin estrategia ni ambición, sin realismo ni capacidad de actuación práctica».

Se trata, según ha asegurado, de «la parálisis al cuadrado, y en vacaciones, al cubo». Además, ha considerado que Sánchez no consiguió en julio ser investido presidente «porque, probablemente, no hubo un intento sincero de hacerlo, al menos con la seriedad que la relevancia del momento demandaba».

«La impresión es que la obsesión por ofrecer una determinada imagen pública pesó más que el objetivo de poner en marcha un proyecto de Gobierno sobre una bases consensuadas, sólidas y viables. Tras su asalto fallido, el presidente en funciones y, en realidad, único candidato posible a una investidura, declaró enfáticamente que su Gobierno ‘se quedaba sin vacaciones’» ha apuntado.

En todo caso, ha señalado que éste «no ha gobernado» porque el líder socialista «no ha atendido la tarea fundamental que tenía encomendada desde la noche del ya lejanísimo 28 de abril, que no era otra que demostrar la disposición y capacidad para afrontar una buena administración de la responsabilidad pública que le corresponde», es decir, «poner en marcha un Gobierno que gobierne, una tarea que merece una dedicación más profunda y más discreta que la que el presidente en funciones y su equipo le han ofrecido».