España

Pintadas, insultos y violencia en la manifestación independentista de Barcelona

Se vendía como una manifestación pacífica, pero las aguas se volvieron bastante revueltas pasadas las 19,30 de la tarde, frente a la Jefatura Superior de Policía de Barcelona. Varios grupos de radicales desplazados de País Vasco, junto a movimientos okupas y los radicales nativos catalanes aumentaron la tensión, no sólo profiriendo insultos a policía y periodistas, sino incluso lanzando objetos a la policía y tratando de ‘desenmascarar’ a sendos gremios para «reventarles», tal y como pudimos escuchar los redactores de OKDIARIO desplazados a la manifestación.

Pese a la insistencia de una mayoría en no «dar a los periodistas lo que ellos quieren» (dando a entender que buscamos odio y agresiones cuando nuestro fin único es contar lo que sucede), un grupo de cerca de cien radicales aguantaron hasta el final de la manifestación para intentar trasladar la agresividad que llevan innata a la manifestación independentista, cuyos cánticos, desde luego, no ayudaban a mantener la paz.

«Rajoy hijo de puta», «prensa española manipuladora», «policía asesina» e incluso uno de los sectores más radicales también lanzaron su odio contra los Mossos. Cánticos e insultos, que no ayudaron a calmar las aguas.

Acoso a prensa y policía

Tal y como contamos en OKDIARIO, medios como el nuestro, Intereconomía, Antena 3 o Valencia Plaza no pudieron trabajar con normalidad debido a los violentos. Pero no sólo hubo acoso a la prensa, sino que también se trató de identificar a policías infiltrados con la finalidad de «darles su merecido».

Además, un grupo de comunistas y anarquistas pintaron las calles de Barcelona con apología comunista, intentando «dar caza a los fascistas». Radicales, que no dudaron en lanzar sus cánticos -muy distintos a los de los independentistas y nacionalistas-, pese a no tener nada que ver con la situación de la que se quejaban los ciudadanos locales.

Debido a todo esto, los Mossos se vieron obligados a ampliar el perímetro de seguridad frente a la Policía Nacional, debido al aumento de la tensión y agresividad de un buen número de manifestantes (aunque era sin duda una minoría).