España

Sánchez se niega a ayudar a las empresas en plena crisis del coronavirus pese a las exigencias de la OCDE

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La OCDE acaba de alertar de que el crecimiento global puede caer hasta la mitad por culpa del coronavirus. Por eso, ha exigido una acción de los Gobiernos nacionales para ayudar a las empresas por medio de líneas de liquidez y aplazamientos del pago de impuestos. La respuesta de Pedro Sánchez ya ha sido filtrada de forma extraoficial: es un ‘no’. El Gobierno socialcomunista no tiene intención, por el momento, de paliar los problemas económicos de las empresas por culpa del virus. Más bien al contrario, el Ejecutivo sigue con su plan de subidas de impuestos y de destrozo de la reforma laboral, algo que la patronal ya ha avisado de que generará daños adiciones a la economía.

El organismo ha pedido a las economías que combatan los efectos dañinos del cierre de fronteras, caída de las bolsas, cancelación de viajes y eventos, etc. Lo ha pedido ante la evidencia del riesgo de devolver la actividad productiva mundial a una situación que nadie desea por culpa de ese parón.
Y la OCDE ha especificado esas ayudas a la empresa.

Los contactos mantenidos por los representantes de la OCDE con los distintos países han servido para que la institución insista en la necesidad de que se alivie la carga a las empresas en un momento como el actual. China es la gran fábrica mundial y su parón productivo por el virus está provocando que las empresas no puedan facturar pese a contar con innumerables costes fijos. Por eso, la OCDE ha reclamado ayudas fiscales a las empresas para evitar la crisis económica provocada por el coronavirus.

Justo lo contrario de lo que han impulsado Pedro Sánchez y Pablo Iglesias como banderas programáticas de sus partidos en las últimas elecciones: subidas de impuestos a las empresas por valor de más de 3.000 millones de euros. El mensaje de la OCDE –desoído por La Moncloa– ha sido claro: las empresas necesitan ayuda en estos momentos, no golpes adicionales. Son las grandes generadoras de empleo y un ataque a su sostenibilidad en pleno avance del coronavirus puede provocar la aceleración de una nueva crisis económica.

Las recomendaciones de la OCDE incluyen dos puntos concretos: líneas de liquidez baratas para que las empresas puedan contar con oxígeno financiero con el que capear la situación y evitar que se convierta en crónica; y aplazamientos de los pagos de impuestos ante la evidencia de que si el producto no llega desde China, las empresas no pueden ni vender ni facturar y, por lo tanto, tendrán serios problemas para pagar los costes fijos del negocio –entre ellos, las cotizaciones sociales–.

La respuesta del Ejecutivo español en ambos supuestos es la misma: no hay intención de suavizar la postura de saqueo fiscal. Es más, las subidas de impuestos se centrarán en las empresas.