Iglesias revela que tuvo una «discusión fuerte» con Sánchez por no informarle sobre la marcha del Rey emérito

La cuestión de Juan Carlos I ha hecho aflorar públicamente las muchas diferencias que existen entre los dos socios de coalición

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El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, ha desvelado este martes que mantuvo una «discusión fuerte» con el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, sobre la salida de España del Rey Juan Carlos I porque, según ha apuntado, los dos mantienen «diferencias intensas».

En una entrevista en la Cadena Ser, Pablo Iglesias ha explicado que el propio Pedro Sánchez «se disculpó» por no haberle informado de la situación de la Casa Real y del posterior comunicado en relación al Rey emérito.

«Es lógico. Es un gobierno en el que hay un partido republicano y otro socialista, hay posiciones diferentes», ha insistido Iglesias, que ha criticado la «vergüenza» que supuso la «huida del emérito» mientras estaba «siendo investigado por delitos gravísimos».

OKDIARIO informó de que la marcha del Rey Juan Carlos de España creó tensión en el Gobierno de coalición. Estalló en el último Consejo de Ministros del curso político, y amenazó con convertirse en un polvorín para los socios. Y eso pese a las conversaciones previas entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para evitar que el incendio fuese mayor.

El desconocimiento por parte de los ministros de Podemos de las gestiones realizadas por Moncloa con la Casa Real, generó en el cónclave un importante rifirrafe que acabó con la amenaza de Iglesias e Irene Montero, a sus socios del PSOE, de hacer volar por los aires el pacto entre ambos partidos sobre el sistema de Gobierno establecido en la Transición. Todo mientras en público socialistas y podemitas defienden posturas tan alejadas como «la ejemplaridad» de la jefatura del Estado o la celebración de un referéndum para elegir entre Monarquía o república.

Los dos máximos responsables de la formación morada reprocharon a la vicepresidenta primera del Ejecutivo, Carmen Calvo, que hubiese negociado la «huida» del Rey emérito. Iglesias y Montero, según fuentes conocedoras, denunciaron que «la función de este Gobierno no debe ser tapar las vergüenzas de la Casa Real» y afearon -en privado- a Sánchez que no les hubiera mantenido al corriente de todo el plan que se estaba urdiendo para encontrar una solución a la crisis. El presidente, sin embargo, pronunció un discurso contundente en defensa de la monarquía.

Es el presidente, en situaciones como ésta, «quien marca la postura oficial», sentencian desde su entorno. Con esta contundente afirmación, en el Gabinete del jefe del Ejecutivo pretenden «dejar claro» a Iglesias y Montero que, más allá de sus opiniones o tuits incendiarios, la posición oficial del Gobierno son las palabras que pronuncie Pedro Sánchez.

Aunque no son muchas, -de hecho este martes en su comparecencia evitó responder a gran parte de las preguntas que se le formularon al respecto-, su defensa sistemática del sistema constitucional existente, recordando que el PSOE «es el único partido actual que contribuyó a su creación», dificulta a Podemos capitalizar la demanda de un referéndum Monarquía-república como hacía antes de llegar a Moncloa.

Más allá de la tensión que se vivió en la última reunión ministerial, la cuestión del Rey también ha hecho aflorar públicamente, una vez más, las muchas diferencias que existen entre los dos socios de coalición. Pese a que al inicio de la legislatura acordaron que en temas de Estado, como el de la Monarquía, no habría posiciones discrepantes, la situación, ahora, ha hecho tambalear ese acuerdo.

El propio vicepresidente segundo y la ministra de Igualdad han defendido que «la huida» de Juan Carlos I era «indigna». Unas palabras muy duras que contrastan con la postura oficial de Moncloa que, mediante un mensaje de texto de sólo tres líneas tras conocerse la marcha del emérito, afirmó «respetar» la decisión a la vez que destacaba «la ejemplaridad y transparencia» de Felipe Vl.

Precisamente, la amenaza de alejarse del consenso de la coalición en lo referente a la Monarquía pasa por que los morados puedan marcar perfil propio en una cuestión que genera ampollas entre el votante de izquierda.

En el PSOE creen que «están nerviosos porque no pueden capitalizar su discurso por formar parte del Gobierno». Fuentes socialistas recuerdan que «es el precio de estar en el poder» mientras les reprochan que «les cuesta mucho entender que no todo puede ser como uno quiere y que cuando se gobierna se debe priorizar y ceder». Ahora, resumen, «la prioridad es salvaguardar la institución de la jefatura del Estado y ésta es la mejor solución para ello».

Bronca también por Ciudadanos

Las negociaciones entre una parte del Gobierno con Ciudadanos también provocó una acalorada discusión en el Consejo de Ministros.

Podemos rechaza cualquier pacto con los partidos del centroderecha, pese a no tener los apoyos garantizados por parte de sus socios para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Temen que los contactos entre el PSOE y la formación naranja les obligue a una serie de cesiones para votar finalmente junto a los de Inés Arrimadas.

Los morados, que dicen no sentirse aludidos por los posibles acuerdos que puedan alcanzar los equipos negociadores del Partido Socialista y Ciudadanos, están molestos por el hecho de que los naranjas no se quisieran reunir también con ellos. No obstante en Moncloa repiten que «en las negociaciones en las que hay miembros del Gobierno está representado todo el Gobierno». En este sentido avisan a Podemos que «si hay acuerdo, competerá a los dos partidos que forman la coalición y tendrán que votar unánimemente».

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