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Otra fractura en Podemos: dos dirigentes manchegas dimiten acusando de «maltrato» al partido

Lorrio: "Me voy sin hacer recibo contestación a ninguna demanda de información"

Cancho: "No se puede pedir a otros lo no estamos dispuestos a aplicar"

Las quejas de miembros de Podemos sobre la poca democracia interna del partido ya no se limitan a comunicados. Dos mujeres pertenecientes a Consejo Ciudadano de los morados en Castilla-La Mancha han decidido renunciar a su puesto en el órgano de dirección política de la región por “el absoluto maltrato que dentro del partido” reciben quienes cuestionan la política de los dirigentes.

Cristina Cancho y Laura Lorrio han hecho pública una carta cada una en la que explican los motivos de su dimisión. “No salimos hace cuatro años de nuestras casas para obedecer ciegamente y renunciar a cualquier manifestación crítica constructiva y propositiva”, afirman.

Castilla-La Mancha es uno de los territorios claves para Pablo Iglesias. Su pacto de gobierno con los socialistas lo convierte en uno de los puntos de unión del líder de Podemos con el PSOE. Además, el secretario general de la región, José García Molina, es uno de los hombres de confianza de Iglesias para extender su poder territorial.

Laura Lorrio ha aprovechado su comunicación para pedir, además, la dimisión de la secretaria de organización, María Díaz García, por “actuaciones irregulares”. De este modo quiere dar a conocer a los “inscritos” este tipo de prácticas que considera que está haciendo del partido “su cortijo”.

“Mi participación como consejera me ha permitido conocer, desde el minuto uno y hasta el día de hoy, un funcionamiento que considero indigno de una formación como esta”, añade.

«La falta de criterio y de implicación permite y permitirá que personas sin otro mérito que haber callado y consentido consigan representarnos en puestos sin que lo que puedan o no aportar sea relevante; no tienen que ganar, el ‘pablismo’ ganará por ellxs”, critica la ex consejera en relación a la importancia en el partido de seguir los mandatos de Iglesias para no ser purgado.

Por su parte, Cristina Cancho se queja de que “no se puede pedir a otras organizaciones lo que nosotras no estamos dispuestas a aplicar hacia dentro”. En este sentido arremete con el método que se ha usado al a hora de asignar los puestos dentro del partido: “Cuando llega el reparto de las responsabilidades por áreas, no se tiene en cuenta nada más que la afinidad con la lista ganadora, sin tener en consideración el número de apoyos recibidos ni los conocimientos”. afirma.

Además, añade que se ha generado un total “secretismo” a la hora de hacer contrataciones y los consejeros nunca han “tenido acceso a la documentación de ningún tipo”. “Me voy sin hacer recibo contestación a ninguna demanda de información, sin haber recibido ninguna contestación de mis propuestas y sin saber las cuentas de nuestro partido”, se queja en su carta.

Las consejeras se quejan del continuo “ninguneo” al que se han visto sometidas y del “acoso a compañeras y compañeros no afines” durante el desarrollo de la actividad.

Cero en transparencia

“C.S, M.G, C.M”, son solo tres de los ejemplos que aparecen en el equipo técnico de Podemos Castilla-La Mancha. Estos son todos los datos que pudieron conocerse del grupo encargado de velar por el buen funcionamiento de las primarias de Podemos en la región.

Este tipo de prácticas son precisamente la más criticadas por parte de las corrientes críticas del partido en Castilla-La Mancha. La zona siempre ha sido de gran estabilidad para el partido de Iglesias, ya que muchos de sus miembros no ven con buenos ojos la manera de gestionar el partido por parte de Molina apoyado por la cúpula de la formación morada a nivel estatal.