España
'Ley Trans'

Montero quiere omitir el sexo en el DNI pese a que un estudio de Igualdad no lo ve prioritario

La ministra de Igualdad, Irene Montero, no se da por vencida y continúa dando la batalla para incluir modificaciones legales controvertidas en la futura Ley Trans, pese a que sus pretensiones están causando importantes fricciones en la coalición socialcomunista que sustenta el Gobierno, al tratar el PSOE de rebajar su contenido en ciertos aspectos que generan malestar en sectores feministas de esta formación. Uno de ellos es dar la posibilidad de omitir el sexo en documentación y formularios oficiales, como en el caso del DNI, para aquellas personas no binarias, es decir, que no se sienten ni hombres ni mujeres. Algo que no parece una prioridad para los miembros de este colectivo que participaron en un estudio del Ministerio de Montero desvelado por OKDIARIO.

Ello no ha supuesto un obstáculo para que el partido de Montero, Podemos, presentara esta misma semana junto a otros grupos parlamentarios, como Bildu, ERC, PNV, JxCAT, Más País y Compromís, una serie de enmiendas a la Ley Trans, que se encuentra aún en trámite parlamentario debido a que el PSOE se unió al PP para dilatar su aprobación. Entre ellas destaca que la nueva legislación elimine la obligación de especificar el sexo de una persona en su DNI. De prosperar la idea de Podemos y sus socios, esto supondría la eliminación de la mención al sexo en la documentación o la inclusión de una tercera casilla que indicaría un sexo indeterminado.

Sin embargo, Montero ignora en sus planes un informe del propio Ministerio que dirige de este mismo año, que costó 15.000 euros a las arcas públicas, titulado Estudio sobre las necesidades y demandas de las personas no binarias en España. Entre las cuestiones que aborda el estudio está lo que denominan «marcador de tercer género» en documentación oficial. Algo que en el mismo informe se considera un debate complejo, precipitado e incluso se advierte de los problemas que podría generar.

Dicho informe, que se sustenta en preguntas a personas que no se identifican con el sexo masculino ni femenino, concluye que sólo el 33% de los que respondieron considera que omitir el sexo en el DNI mejoraría sus condiciones de vida, un 8% que las implicaciones aún no están lo suficientemente debatidas y un 7% que no resuelve sus dificultades.

Entre los participantes se señala que «a pesar de haber marcado que estaría bien el marcador de tercer género, no me parece de ninguna forma correcto» y que «es precipitado, no resuelve las dificultades más importantes […]. Además, si esta etiqueta se extendiera más allá del carné de identidad, por ejemplo, a la tarjeta sanitaria, crearía más problemas y dificultades de los que elimina».

Tal y como apunta el propio estudio, «otras personas consideran que eliminar los marcadores del sexo de documentos identificativos es una estrategia política más consistente, pero es necesario debatir y reconocer ciertos proble­mas». Asimismo, las opiniones de los encuestados advierten de que puede afectar a la recogida de «datos estadísticos que nos sean útiles para hacer políticas para me­jorar la calidad de la vida de las personas».

Estadísticas

En esta línea, otro testimonio subraya que la mención al sexo «es necesaria por el tema de las mujeres y la violencia de género. Las estadísticas son necesarias. Yo prefiero que no aparezca la categoría de sexo. Pero eso no depende sólo de un grupo, puede también interferir el grupo de las mujeres en general» para concluir asimismo que al hecho de que «el Estado sepa que soy una persona no binaria no le veo sentido así de primeras».

No hay, por tanto, un consenso generalizado, según las conclusiones que se pueden extraer del estudio de Igualdad, entre las personas que no se sienten ni hombres ni mujeres, sobre la necesidad de añadir una tercera casilla a la de hombre y mujer en el DNI y eliminar esta mención al sexo, tal y como busca ahora Montero en las enmiendas a su propio proyecto de Ley Trans que cuando salió de su Ministerio ni siquiera incorporaba esta cuestión. Una inclusión de última hora que pone más palos en las ruedas para alcanzar un acuerdo con su socio de Gobierno, el PSOE, para aprobar la Ley Trans, ya que uno de los aspectos que preocupa en sectores del feminismo clásico de los socialistas es lo que denomina el «borrado de las mujeres». Un asunto en el que se daría un paso más con la omisión del sexo en los documentos oficiales.