España
Crisis del coronavirus

Moncloa deja caer que no podrá pagar todos los ERTEs en mayo y teme un estallido social

  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

Los últimos datos conocidos de la encuesta de población activa publicados este martes, que dejan ya más de 500.000 personas sin empleo, han encendido las alarmas en el Palacio de La Moncloa. A día de hoy el número de parados asciende ya a 3,31 millones. El próximo 10 de mayo todos ellos deberían cobrar su prestación, pero las dificultades en la tramitación de los ERTE no asegura que todos puedan recibir el ingreso. Y eso hace temer en Moncloa por las posibles movilizaciones sociales fruto del enfado.

Detrás de cada una de las más de medio millón de personas desocupadas, que han engrosado las listas del paro a lo largo del mes de abril, hay un expediente de regulación temporal de empleo que la avalancha de las últimas semanas no ha permitido tramitar en su totalidad. Eso implica que, como ya ocurrió en abril cuando el 60% de los afectados no cobraron la ayuda del Estado, algunas de esas personas se pueden quedar sin cobrar su pensión compensatoria.

Cuatro de cada cinco nuevos parados no cobraron remuneración alguna el pasado 10 de abril. Muchos de los desempleados que la crisis del coronavirus ha dejado en España, si no cobran el 10 de mayo, encadenarán ya más de dos meses sin ingresar ni un solo euro en sus cuentas. Cabe tener en cuenta, además, que muchos de ellos ya no volverán a sus empleos cuando acabe el estado de alarma.

Y es que, siendo España uno de los países con mayor número de contratos temporales, cuando reabra la actividad económica, una parte importante de los afectados por los ERTE verán cómo no se les renueva el contrato. Eso, según los expertos, puede hacer sufrir más a nuestro país que al resto de la Unión Europea en la destrucción de puestos de trabajo y la posterior recuperación.

El temor a movilizaciones va en aumento a medida que pasan los días. El Gobierno es consciente de que su gestión no es bien valorada entre una gran mayoría de la población. Si a eso se le suma el drama familiar de quedarse sin ingresos y la incapacidad de la administración de dar respuesta efectiva a todos estos hogares, más allá de anuncios grandilocuentes que no se están materializando en muchos casos, se genera una combinación explosiva que puede provocar una gran desazón entre la ciudadanía. Y con ella, protestas contra el Gobierno.