España
Menas de Canarias

El mena víctima de abusos sexuales en Canarias tuvo que huir del centro para evitar las agresiones

  • Carlos Cuesta y Luis Miguel Montero

El escándalo en torno a los menas de Gran Canaria se destapó gracias a que las denuncias de los trabajadores del centro Porto Bello en Gran Canaria  saltaron a la opinión pública, ya que las autoridades han tardado varias semanas en actuar. Incluso un mena tuvo que huir ante las agresiones sexuales sufridas y realizadas por parte de otros dos internos.

La denuncia de los trabajadores sobre lo sucedido a este menor no acompañado es clara: «A inicios del mes de marzo (…) reporta al equipo educativo que varios menores le han reportado que el menor A.J. ha sufrido repetidas agresiones sexuales por parte de dos usuarios del centro, M.H. y Z.K. (hacemos referencia a ellos como usuarios del centro y no como menores puesto que en aquel entonces ya se había certificado que eran mayores de edad y estaban pendientes de traslado)».

Es decir, que el escándalo entre los menas llegó al extremo que uno de ellos, A.J., fue víctima de abusos por parte de otros dos internos, mayores de edad, uno de ellos con conocimientos de boxeo y defensa personal identificado como M.H.

La denuncia asegura que la víctima A.J. «en ese momento se encontraba fugado, argumentando sus compañeros que el motivo de la fuga era para evitar esas agresiones y el bulling que sufría por parte de algunos de los menores del centro que ridiculizaban su situación». Esta fuga se suma a la de otro interno, A.R. a quienes los informes le achacan ser el distribuidor de drogas dentro del recinto, en concreto de hachís. Este «distribuidor» huyó ante la posibilidad de ser detenido.

Las agresiones incluso con armas blancas son constantes.

Los trabajadores se quejaban en su denuncia de que «la responsable del turno de noche comunica a los educadores que existen varios vídeos de dichas agresiones y que incluso algunos compañeros del turno de noche tiene alguno de esos vídeos en sus móviles, cuando los educadores solicitan acceder a esos vídeos se niega su existencia pero verbalizan que las agresiones sexuales sí han tenido lugar (…)». Ante la situación los empleados pidieron a la dirección del centro «reforzar los turnos de noche y realizar la correspondiente denuncia» y en ese momento la dirección «comunica directamente que se haría cargo de todo ello, la realidad es que a día de hoy no se ha interpuesto la correspondiente denuncia, no se han reforzado los turnos de la noche, el menor continúa fugado y a pesar de que la dirección tiene información de su paradero no han hecho nada para intentar ayudarle».

La carta enviada a varios organismos de la Administración canaria también recoge al menos tres casos de prostitución: «La dirección tiene constancia de que al menos tres de los menores del centro han ejercido la prostitución tanto dentro del centro con otros menores como fuera del mismo con personas ajenas al centro (supuestamente mayores de edad). Sin embargo, no han realizado ninguna intervención con los menores ni informado de ellos a las autoridades».

En este mismo sentido se explicaba que «la dirección se ha negado a solicitar pruebas diagnósticas de enfermedades de transmisión sexual a los menores a pesar de ser conocedores de que muchos de los menores han mantenido relaciones sexuales de riesgo y sin protección».

No son los únicos hechos graves, ya que los trabajadores también denunciaron agresiones físicas constantes así como «múltiples testimonios (tanto de personal como de menores) sobre venta de sustancias estupefacientes a los menores por parte de algunos trabajadores», al igual que «denuncias de fugas y reingresos al centro que no se realizan en fecha y forma (habiendo pasado en algunos casos incluso días)».