De las melenas al frac: así han cambiado los dirigentes de Podemos

En una entrevista emitida en noviembre de 2015, Pablo Iglesias se puso tierno y explicó así cómo nació su amistad con Íñigo Errejón: «Yo llegué a la Facultad de Políticas después de haber hecho Derecho y me habían hablado de un chaval muy listo que entonces aparentaba como seis años. Él tenía 19 y yo 24».

«Y le veo allí», relató, «sentado en la puerta de la cafetería, con un trocito de pan al que estaba echando un sobrecito de azúcar. No pude evitar acercarme y preguntarle: ‘Pero, ¿por qué comes pan con azúcar?’. Y me dice el pobrecito: ‘Es que es como un suizo’. Claro, en ese momento me dieron ganas de adoptarle y, efectivamente, le adopté».

Han recorrido un largo camino juntos, hasta que el niño ha crecido y ha empezado a darle disgustos al líder de Podemos. Ahora, Jorge Verstringe afirma que Íñigo Errejón es un representante de «la burguesía» y Juan Carlos Monedero acusa a los errejonistas de haber cambiado «incluso en su manera de vestir».

Frente a la imagen de niño empollón de su antiguo compañero de pupitre, que siempre acude a ocupar su escaño con la lección bien aprendida, Pablo Iglesias prefiere cultivar su aura de joven proletario de Vallecas que se compra la ropa en el Alcampo. Mientras demoniza a Amancio Ortega, el creador del imperio Inditex.

Pero hay mucho más de impostura que de espontaneidad en la forma de vestir de Iglesias: sube a la tribuna del Congreso enfundado en una estridente camisa de leñador y se disfraza de camarero para entrevistarse con el entonces presidente Barack Obama en la base aérea de Torrejón.

Pero luego se pone la pajarita y el frac para acudir a la gala de los Goya. Aunque no se le acaba de ver demasiado cómodo con este atuendo, lo hace para mostrar su respeto a los «trabajadores de la cultura», según explicó en la última edición. Habrá que interpretar, por tanto, que cuando acude al Palacio de La Zarzuela en mangas de camisa lo hace como muestra de desprecio al monarca.

Incluso antes de que estallara su peculiar guerra civil podemita, Pablo Iglesias no ha ahorrado bromas sobre el aspecto de su entonces número 2, al que ha vestido de falangista y de fallera en las redes sociales:

Todo el santo día lleva @ierrejon dándome la tabarra con qué camisa me voy a poner hoy… Desde luego esta no 😂 pic.twitter.com/fVoY5AUbxo

— Pablo Iglesias (@Pablo_Iglesias_) September 2, 2016

El camino de Laclau a Girón de Velasco puede ser más corto de lo que parece @ierrejon Aunque mejor eso que fallera 😂 pic.twitter.com/ggqC5etbyT

— Pablo Iglesias (@Pablo_Iglesias_) September 2, 2016

Pero uno de los cambios de look más sorprendentes ha sido el del portavoz de Podemos en el Senado. En sus apariciones como reportero del programa La Tuerka, Ramón Espinar se mostraba con unas greñas que le llegaban al hombro, con barba de seis días y bastantes kilos de más.

En aquel momento, era uno de los líderes de la asociación «Juventud su futuro», cuyo lema más conocido era: «Sin casa, sin curro, sin pensión». En realidad, Espinar acababa de ganar 30.000 especulando con el piso de protección oficial que le habían adjudicado a dedo y que había comprado con el dinero que le prestó su padre, un ex alto cargo del PSOE que acaba de ser condenado a un año de cárcel por gastar 180.000 euros con su tarjeta black de Caja Madrid.

Una vez ha dicho adiós definitivamente a su etapa de «joven sin futuro», Ramón Espinar se ha rasurado las greñas y ha optado por un look más propio de las Nuevas Generaciones del PP, en línea con el secretario general de Izquierda Unida, Alberto Garzón.

Y otro cambio drástico: el de Juan Carlos Monedero. Si son ciertas sus fotos que circulan por las redes sociales, muestran a un joven con aspecto de quinqui de barrio, que posa con gestos sugerentes para intentar cautivar a la cámara. Hijo, eso sí, de un empresario de derechas de toda la vida y votante de Vox. Ahora, después de trabajar como asesor de Hugo Chávez en el Palacio de Miraflores durante varios años, Monedero intenta cultivar una imagen de intelectual más sofisticada, enfundado en su eterno chaleco de franela. El Pepito Grillo de Podemos, según Pablo Iglesias.

Los antiguos programas de La Tuerka también muestran la evolución estética del eurodiputado Miguel Urbán. En este caso, el cambio ha sido a bastante peor. En el penúltimo capítulo de la purga contra los errejonistas, Pablo Iglesias ha cesado a Tania González como portavoz de Podemos en el Parlamento europeo y ha encomendado esta tarea a Urbán, una de las cabezas visibles de Izquierda Anticapitalista (IU) junto a Pablo Echenique, Teresa Rodríguez y su marido, el Kichi.

Y una última joya. En el universo de Podemos emerge como estrella ascendente Baltasar Picornell, quien tras convertirse en presidente del Parlament balear ha suavizado su imagen, que parecía salida del reparto de Jesucristo Superstar. Como desveló el diario El Mundo, Picornell fue multado por resistencia a la Guardia Civil durante una protesta contra la tradicional fiesta del Correbou en Mallorca.

Balti Picornell ha asumido este cargo después de que Podemos echara del partido y destituyera a la anterior presidenta del Parlament balear, Xelo Huertas, quien había acusado al líder del partido en las Islas, Alberto Jarabo, de favorecer a su antigua productora desde la televisión autonómica IB3.