Marimar Blanco: «Por culpa de Sánchez tengo que convivir con los asesinos de mi hermano en Madrid»
Marlaska acerca a Txapote: asesinó a Miguel Ángel Blanco tras tenerle secuestrado en un maletero 48h
Mari Mar Blanco sobre el acercamiento de Txapote: «No se puede soportar tanta humillación»
Marimar Blanco recibe a OKDIARIO en el XXV aniversario del secuestro y asesinato de su hermano Miguel Ángel a manos de la banda terrorista ETA. La diputada del PP en la Asamblea de Madrid recuerda cómo fueron esas 48 horas, en las que nunca quisieron perder del todo la esperanza de volver a abrazar al concejal en Ermua (Vizcaya).
Blanco lamenta como, por culpa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ahora tiene que convivir en el mismo territorio, la Comunidad de Madrid, con ‘Txapote’, el etarra que pegó dos tiros en la nuca a Miguel Ángel, haciendo uso de unas balas especiales para «alargar su agonía», rememora Marimar.
PREGUNTA.- Han pasado veinticinco años del asesinato de tu hermano Miguel Ángel, ¿cómo recuerdas aquellos días?
RESPUESTA.- Suenan muchos años, demasiados. Pero todavía, cuando echas la vista atrás, tienes el recuerdo y el dolor tan, tan cercano… Sigue siendo algo muy real. El dolor, la ausencia. Por muchos años que pasen, y aunque algunos lo pidan, las víctimas no podemos ni queremos pasar página. Porque no queremos que se olvide el sacrificio de nuestros familiares. Yo jamás querré olvidar, no solamente el sacrificio de mi hermano, sino su figura.
Recuerdo aquellos días con muchísimo dolor, pero también con mucha esperanza, porque en esas 48 horas mis padres y yo tuvimos la esperanza de conseguir volver a abrazar a mi hermano. Y esa esperanza no fue sólo nuestra, fue de tanto y tantos españoles que salieron a las calles para intentar salvar la vida de un joven de tan sólo 29 años que estaba siendo secuestrado y torturado por ETA. Fueron 48 horas en las que tuvimos esperanza sin saber que lo que venía después iba a ser algo tan duro como es enterrar a tu hermano y, sobre todo, aprender a vivir con su ausencia.
P.- ¿Qué tuvo de particular el secuestro y asesinato de tu hermano para provocar la reacción social que provocó, sin precedentes en la historia, a pesar de que ETA en 1997 ya había cometido cientos y cientos de crímenes?
R.- Creo que los españoles vieron en la mirada de mi hermano la inocencia pura de las víctimas del terrorismo. ¿Por qué digo esto? Porque, desgraciadamente, hasta el año 97, siempre detrás de cada asesinato había aquella maldita frase de «algo habrá hecho».
Una parte de la sociedad vasca trataba de justificar con esa maldita frase y culpabilizar a la víctima… Si era guardia civil, pues le iba en el sueldo y si era político, poco menos. Con mi hermano vieron a un joven de tan solo 29 años, un concejal constitucionalista de un municipio del País Vasco que no era para nada conocido. Y, sobre todo, yo creo que lo yo creo que lo que movilizó a la gente, aparte de ver esa inocencia pura de una de las víctimas del terrorismo, fue que es que al final todos sentimos que aquello era una pena de muerte anunciada en un Estado de derecho y en una democracia consolidada como la que teníamos en España en aquel año.
Los españoles nos dimos cuenta que no podíamos ceder a ese chantaje, no podíamos ceder ante esa pena de muerte anunciada por la organización terrorista ETA, que quiero recordar que era un chantaje puro y duro al Estado de Derecho, que era que en 48 horas o se acercaba a todos los presos a las cárceles del País Vasco, o terminarían ejecutando, como desgraciadamente así ocurrió, a mi hermano.
P.- ¿En algún momento pedisteis al Gobierno que cediera en el chantaje de ETA para que liberaran a tu hermano?
R.- Sabíamos que el Gobierno no es que no quisiera ceder al chantaje, es que no podía ceder al chantaje de una organización terrorista como ETA. Si hubieran cedido hubiera venido detrás otros Miguel Ángel Blanco. Que, desgraciadamente, vinieron, pero hubieran sido muchos más, estoy convencida.
Sabíamos perfectamente que no iban a ceder y tampoco lo pedimos. Recuerdo que lo único que pedía era a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que consiguieran encontrarlo. También pensaba que con nuestra respuesta cívica en las calles de toda España íbamos a conseguir ablandar el corazón de unos terroristas sanguinarios como eran los que secuestraron y asesinaron a mi hermano.
P.- Entonces el Gobierno no cedió y no se acercó a los presos de ETA a las cárceles del País Vasco, sin embargo, después el Gobierno de Pedro Sánchez ha terminado por acercarlos a todos, ¿qué te parece?
R.- Es algo muy humillante y muy doloroso. En el año 97, a pesar de que había una vida humana en peligro y que dependía de ese chantaje, los españoles gritamos libertad y pedimos que no se cediera. En cambio ahora, a pesar de que no haya ninguna vida en peligro, afortunadamente, el Gobierno sí ha cedido y ha acercado a prácticamente todos los presos a las cárceles del País Vasco. Creo que no queda ninguno a más de 400 km. Como dijeron hace poco en una entrevista, cada vez que se acerca a un preso se vuelve a matar a Miguel Ángel Blanco. Y es verdad.
P.- El acercamiento de los asesinos de Miguel Ángel se produjo durante el Gobierno de Pedro Sánchez ¿no?
R.- Sí, y para más humillación hacia mi persona, el acercamiento de ‘Txapote’ se hizo el 1 de abril del año pasado, justamente cuando se cumplía un año de la muerte de mi madre. Eso fue muy, muy doloroso. Un asesino que se siente tremendamente orgulloso de haber secuestrado, de haber torturado y de haber asesinado a mi hermano.
P.- ¿Has tenido la oportunidad de hablar con el presidente Sánchez de todas estas cuestiones en persona?
R.- No la he tenido porque, lamentablemente, Pedro Sánchez jamás ha querido reunirse con las víctimas del terrorismo. Y no será porque las asociaciones no se lo hayan solicitado. Pero la verdad es que no ha querido mantener ningún tipo de contacto con las víctimas del terrorismo. En cambio, sí que ha tenido contactos, a través del secretario de Instituciones Penitenciarias, con los familiares de los presos de ETA.
Con el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, sí que nos reunimos y nos aseguró en su despacho del Ministerio que no se iba a producir ningún acercamiento masivo de presos de ETA, que como mucho se acercaría a 20 y todos ellos sin delitos de sangre. Y la realidad ha sido totalmente la contraria.
P.- Os mintió a la cara.
R.- Básicamente. Las víctimas del terrorismo no hemos tenido nada de sinceridad por parte de este Gobierno. Cuando Sánchez va a algún acto de víctimas del terrorismo siento que las traiciona porque yo siempre he dicho que la memoria y la dignidad de las víctimas no sólo se demuestra con palabras, sino con hechos. Y los hechos de este Gobierno están más cerca de beneficiar a los presos y a sus familiares que de honrar a las víctimas. Votan en contra en el Congreso y en el Senado de diferentes iniciativas que pueden ayudar a honrar a las víctimas y a evitar esa humillación a las que estamos sometidas cuando vemos que en nuestra tierra, el País Vasco, los asesinos son recibidos como verdaderos héroes y no hacen absolutamente nada para ayudar a resolver los más de 300 crímenes de ETA que a día de hoy siguen sin sentencia judicial. Tampoco podemos olvidar las palabras de condolencia de Sánchez a Bildu en el Senado cuando había aparecido un terrorista ahorcado en la cárcel.
Son hechos que demuestran que, desde luego, les importamos muy poco las víctimas del terrorismo. Por no hablar del blanqueamiento que se está haciendo al brazo político de la organización terrorista ETA, Batasuna, hoy llamados Bildu, que desgraciadamente están en todas las instituciones.
P.- ¿Bildu debería ser ilegalizado?
R.- Eso lo tiene que determinar la Justicia… y, para nuestra desgracia, son legales ahora mismo. Pero una cosa es que sean legales y otra cosa es que sea ético y moral negociar y actuar con ellos y tenerlos como socios preferentes, como estamos viendo, pactando la reforma laboral, pactando las pensiones. Para mí no es ni ético ni moral que un gobierno constitucionalista como el Partido Socialista, que ha sufrido en sus propias carnes el azote del terrorismo que tenga este Bildu como socio preferente, incluso que le dé mayor valor a Bildu que, por ejemplo, a un partido constitucionalista que también ha sufrido en sus propias carnes el azote del terrorismo como es el Partido Popular.
A mí me parece algo vergonzante que el Gobierno negocie con un partido que no no ha condenado el terrorismo, que sigue sin reconocer a las víctimas del terrorismo como verdaderas víctimas inocentes que no son víctimas de ningún conflicto.
P.- ¿Y no crees que podría promoverse su ilegalización en base al fallo del Constitucional que os legalizó que, precisamente, dejaba una puerta abierta a una ilegalización a posteriori si, por ejemplo, enaltecían el terrorismo?
R.- Yo creo que es una labor que compete única y exclusivamente a la Justicia y será la Justicia la que tenga que dictaminar si son legales o si son ilegales, pero aunque sean legales, ética y moralmente, el Gobierno no debería negociar con ellos. Es lamentable y humillante.
Los españoles estaremos en deuda, entre otros, a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado porque ha conseguido derrotar policialmente a la organización terrorista ETA. Pero nos queda otra batalla muy importante que es esa derrota política, no hemos derrotado ese discurso político que ya decían hace 25 años. Y ahora, desgraciadamente, lo hacen desde la tribuna del Parlamento Vasco, desde las diferentes tribunas de los diferentes ayuntamientos y también desde el Congreso y desde y desde el Senado.
P.- ¿Qué te parece que Arnaldo Otegi pueda llegar a Lehedakari del País Vasco?
R.- Hace 25 años hibiera sido impensable. Tú dices en la calle es que un terrorista como Otegi puede llegar a ser Lehendakari y hubiera sido algo impensable porque, desde el punto de vista político y social no se concebía. Pero esto, desgraciadamente, puede ser una realidad.
Decía el otro día Iñaki Arteta que la imagen que estamos dando a los jóvenes es que, si el Gobierno negocia con ellos, tan malos no serán. Con lo cual, se blanquea a Bildu, se oculta a culpable, se tapa la voz de las víctimas del terrorismo… ¿por qué le vas a decir a un joven que no vote a un terrorista como Otegi?
Todo eso nos lleva a que, posiblemente, no en mucho tiempo un terrorista como Otegi, orgulloso de su pasado y que no ha condenado ni rechazado el terrorismo, llegue a Lehedakari. Y quiero recordar que en una entrevista, cuando le preguntaron qué estaba haciendo el 12 de julio de 1997, el día que asesinaron a mi hermano, dijo que estaba en la playa.
P.- ¿Qué ha pasado en estos veinticinco años? ¿Donde está el ‘espíritu de Ermua’?
R.- Aquello fue una repulsa del terrorismo cívica y democrática, donde nadie preguntaba quién votabas, donde nadie preguntaba en qué partido militabas, éramos todos contra ETA.
A mí es una lección que me ha costado tiempo aprender, porque en ese momento te puede el dolor, pero el asesinato de mi hermano marcó el principio del fin de ETA. Aunque luego hubo más víctimas, tras el asesinato de mi hermano se pusieron en marcha las mejores leyes que permitieron ilegalizar Batasuna y, además, retirarles todo el apoyo social que hasta entonces tenían.
Desgraciadamente, esto con el tiempo se ha ido diluyendo por parte de la sociedad, porque al final la gente tiende un poco también a llevar una vida normal.A nivel político, yo recuerdo las palabras de Ardanza del PNV ,que decía cuando fue el asesinato de mi hermano, no solamente lo pagarán los asesinos, sino también sus cómplices. Esa postura finalizó en un año con el Pacto de Lizarra porque ellos pensaron que aquel movimiento político y social que podía haber acabado entonces con la organización terrorista ETA, podía arrastrar también a lo que eran todos los partidos nacionalistas.
Y luego vinieron otros gobiernos socialistas que rompieron con aquella unidad y rompieron también con el gran pacto antiterrorista que se llegó a firmar en el año 2000 entre el Partido Popular y el Partido Socialista. Todos tenemos memoria y recordamos que cuando llegó Zapatero al Gobierno en el año 2004, cómo emprendió esa negociación con la organización terrorista ETA.
P.- Muchos jóvenes hoy en día no saben quien fue tu hermano ¿te preocupa el borrado de la historia del terrorismo en España?
R.- Me preocupa que se olvide tanto sacrificio y que se olvide a tantos héroes de nuestra democracia. Si ahora tenemos una democracia tan consolidada como la nuestra y nuestros jóvenes estáis disfrutando de la calidad democrática en estos momentos también se lo debemos, lógicamente, al sacrificio de tantas y tantas víctimas del terrorismo. Por lo tanto, es algo que no debería olvidarse. Es algo para mí imborrable. Y por eso las víctimas del terrorismo estamos trabajando y estamos alzando la voz para que en los libros de texto se estudie la historia del terrorismo. Es que estamos hablando de más de 50 años de azote terrorista que ha sufrido nuestro país. A mí me parece fenomenal que se estudie, que los jóvenes conozcan la Guerra Civil y me parece fenomenal que los jóvenes conozcan otra parte de nuestra historia. ¿Pero cómo no van a conocer nuestra historia más reciente, que ha sido una de las de las etapas más duras de nuestro país? A mí me parece lamentable que los jóvenes no sepan quién es ETA, que no sepan, no solamente quién fue Miguel Ángel Blanco, sino que conozcan todo esto que estamos hablando. Todo ese movimiento cívico que nació y que surgió tras su asesinato.
Pretenden tergiversar la la memoria, no contar lo que realmente no ocurrió. Por eso me parece tan importante que los jóvenes estudien en las diferentes etapas educativas la verdadera historia del terror en España. Es esencial.
P.- ¿Qué te parecieron las palabras de Pablo Casado contra Santiago Abascal en la moció de censura a propósito de la memoria de las víctimas del terrorismo?
R.- Mira, yo creo que en materia de víctimas ojalá volviéramos a recuperar la unidad y el consenso de verdad, porque sería un beneficio para nosotros, para nuestro Estado de Derecho, y muy especialmente para los que ya no están aquí y no pueden defenderse. Yo creo que en materia de víctimas ni unos ni otros echarnos nada a la cara, sino arrimar todos el hombro y trabajar todos en la misma línea. Y aquí quiero incluir también al Partido Socialista y hago un nuevo llamamiento. Ojalá abandone esta estrategia de blanqueamiento a un partido como Bildu y recapacite y que vuelva otra vez a la senda de esa defensa de los principios irrenunciables para las víctimas, como es verdad, memoria, dignidad y justicia.
Cuando nos echamos a la cara la defensa de las víctimas, flaco favor le estamos haciendo a la memoria. En este caso, el Partido Popular es un partido que siempre ha estado con las víctimas del terrorismo. Pero Vox también, porque cabe recordar que su propio presidente, Santiago Abascal, era compañero mío de Nuevas Generaciones en el País Vasco, que él sufrió también el azote y la persecución y la amenaza de la organización terrorista ETA cuando vivía y militaba allí en el Partido Popular. Con lo cual, de verdad, flaco favor nos hacemos cuando nos echamos en cara cosas como éstas cuando hablamos de partidos que siempre han estado al lado de al lado de las víctimas del terrorismo.
P.- ¿Qué van a hacer en Ermua por los 25 años del asesinato de tu hermano?
R.- Se van a llevar a cabo una seri de actos en el polideportivo de Ermua que lleva su nombre. Él siempre quiso hacer un polideportivo en el pueblo para los jóvenes. Además, Su Majestad el Rey va a ir, algo que me hace muchísima ilusión. Cabe recordar que hace 25 años, como Principe de Asturias, también nos acompañó el día de su entierro. La Casa Real siempre ha demostrado compromiso, cercanía, cariño y solidaridad con las víctimas del terrorismo. De hecho, quiero recordar que el primer acto de Sus Majestades los Reyes fue, precisamente, un acto con las víctimas del terrorismo y eso es un gesto que les honra.
P.- En estos 25 años te has dedicado a la política ¿crees que has podido continuar el legado que no le permitieron seguir a tu hermano?
R.- Cuando estaba mi hermano de cuerpo presente en el salón de Plenos del Ayuntamiento de Ermua, me acuerdo que en un momento le dije: «Han acabado con tu vida y con tu voz, pero mientras yo siga con vida, seguiré alzando mi voz para defender por lo que a ti te han arrebatado la vida». Y es lo que he intentado hacer, estar en esa senda de esos principios que él siempre me enseñó y que siempre defendió, el de la libertad, la convivencia, el mostrar con orgullo ese sentimiento vasco y español, español y vasco que tenía mi hermano en el en el País Vasco, el de no callarme. Mi hermano jamás bajó la cabeza ante los insultos que podían lanzarle los jóvenes de Batasuna. Jamás bajo la cabeza, todo lo contrario. Jamás se escondió. Y bueno, yo, 25 años después, he intentado defender con la misma dignidad todos sus principios. Y lo único que pido es que desde ahí arriba se sienta orgulloso de mí. Nada más.
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