Malestar en Moncloa con la agenda paralela de Iglesias en Bolivia
Pablo Iglesias mantuvo encuentros bilaterales al margen del Rey y la ministra de Exteriores e impulsó una declaración sin informar a Moncloa
Abascal dice que el Gobierno de Sánchez «humilla al Rey Felipe VI» en su viaje oficial a Bolivia
El viaje del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, a Bolivia ha levantado ampollas en el Gobierno. El líder de Podemos, que acompañó a Felipe VI y a la titular de Exteriores, Arancha González Laya, a la toma de posesión del nuevo presidente de Bolivia, Luís Arce, mantuvo una agenda paralela a la de la delegación española de la que no se tenía constancia detallada en Moncloa.
Durante el fin de semana en que los representantes de España estuvieron en la capital boliviana, Iglesias acompañó al jefe del Estado a una reunión con Arce y a los actos protocolarios de su toma de posesión. Sin embargo, al margen de eso, el vicepresidente segundo también desplegó una agenda propia con encuentros bilaterales con otros jefes de Gobierno dejando al margen al Rey y a la ministra de Exteriores.
Encuentros no oficiales
También mantuvo reuniones durante su estancia en la capital boliviana con otros invitados a la toma de posesión de Arce. Encuentros de los que no informó en su agenda oficial, pese a ser un viaje institucional, como los que mantuvo con los candidatos a la presidencia de Perú y Ecuador, Verónika Mendoza y Andrés Arauz. La cancelación, a última hora, de la presencia de Nicolás Maduro frustró su voluntad de reunirse con él.
Fue en uno de esos encuentros bilaterales en el cual no participó ningún otro miembro de la delegación española, durante una cena privada entre Pablo Iglesias y el presidente argentino Alberto Fernández, cuando ambos decidieron impulsar una declaración contra la irrupción de la ultraderecha en varios países del mundo. Los dos mandatarios acordaron el documento sin consensuarlo con sus gobiernos y pidieron firmas sin notificarlo ni a Pedro Sánchez, ni al Rey ni a Laya.
La Declaración por La Paz
Uno de los gestos que más ha molestado en Moncloa es su participación en la firma de la ‘Declaración por La Paz en defensa de la democracia’. Se trata de un documento impulsado por el vicepresidente segundo, los presidentes de Bolivia y Argentina, Luis Arce y Alberto Fernández, y el ex vicepresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, del que nadie tenía constancia en el complejo presidencial. La declaración recoge que “la principal amenaza a la democracia y la paz social en el siglo XXI es el golpismo de la ultraderecha”.
La declaración va también firmada por otros dirigentes internacionales como Dilma Roussef, Evo Morales, Alexis Tsipras y Rafael Correa. Todos ellos situados en la órbita de la izquierda. El texto destaca que hay «una ultraderecha que se expande a nivel global, que propaga la mentira y la difamación sistemática de los adversarios como instrumentos políticos, apelando a la persecución y la violencia política en distintos países”.
La delegación más numerosa
La delegación española en la toma de posesión de Arce era la más numerosa de todos los países representados. No es habitual, por parte de España, mandar al Rey y dos ministros a un acto de estas características. Más teniendo en cuenta que Bolivia, pese a ser un país latinoamericano, no está considerado uno de los Estados con los que España mantiene una relación estratégica. La presencia de Pablo Iglesias en la delegación, invitado personalmente por Arce, empujó a González Laya a sumarse a la representación española para marcar de cerca al vicepresidente segundo.