RAMÓN SÁEZ VALCÁRCEL

El juez de Podemos en el Constitucional dice que quemar fotos del Rey es un «acto ritual»

Tribunal Constitucional
El juez Ramón Sáez Valcárcel. (Foto: Patricio Andrade / Consejo de la Judicatura de Ecuador)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Ramón Sáez Valcárcel, el magistrado de la órbita de Unidas Podemos que ha sido elegido en la renovación del Tribunal Constitucional, amparó que la quema de fotos de los Reyes debería ser interpretada como un «acto ritual».

Así se expresó Sáez Valcárcel -que este jueves ha sido elegido como nuevo magistrado del Tribunal Constitucional junto a Enrique Arnaldo, Concepción Espejel e Inmaculada Montalbán- en un auto, en 2008, sobre la condena a los jóvenes Enric Stern y Jaume Roura, condenados a pagar 2.700 euros cada uno por quemar fotos de los entonces Reyes Juan Carlos y Sofía, en Gerona.

Cinco magistrados de la Audiencia Nacional, entre ellos Sáez, estimaron que deberían haber sido absueltos. Sin embargo, más allá del hecho, lo más llamativo es la argumentación que dio el magistrado, que recordó el carácter «simbólico» de la quema.

«Un hecho normal»

«Prender fuego a banderas, símbolos, fotografías o representaciones iconográficas del poder en manifestaciones callejeras es un hecho normal en nuestro mundo globalizado, una manera de exteriorizar un rechazo radical», argumentó el juez.

En su opinión, «los objetos que se consumen en la ira popular son símbolos del poder y la acción está cargada de sentido». Tras expresar su discrepancia con la condena, destacaba Sáez que «el fuego es el más poderoso de los elementos básicos, junto al agua, el aire y la tierra».

Y proseguía: «Ese fuego, que en la mitología clásica Prometeo entregara a los hombres, es fuente de vida, imprescindible como fuente de calor, pero sobre todo para cocinar los alimentos. El fuego es así la base de nuestra civilización. Todos los sacrificios y ceremonias religiosas cuentan con su presencia, ahí su función purificadora. Quemar una efigie o un icono del poder es un acto ritual – en un tiempo que se pretende construir al margen de esos códigos-, persigue poner de manifiesto que ese símbolo de la fuerza estatal es mortal, al contrario que el fuego de Zeus. Por ello, el disidente se confronta con la efigie, no insulta, sólo expresa rechazo».

Argumentaba también el magistrado que la foto quemada «era una efigie». «No se trata de un retrato personal, ni siquiera de una imagen de la vida cotidiana de los Reyes, luego no incorpora elementos de su personalidad y carácter, ni de su vida personal y familiar». Luego, en su opinión, no cabría condena por tratarse de una crítica «cargada de sentido simbólico».

En su voto particular, el ahora magistrado del Constitucional criticaba además que el Rey goce «de una especial protección más intensa que la del resto de los ciudadanos» porque «cuanto más poder, más sometimiento a la crítica».

«La condena disuade gravemente la crítica política y cuestiona el carácter plural de la esfera pública. Desalienta la disidencia que se produce desde abajo, en la sociedad, la que viene del espacio público común, precisamente la más precaria y preciosa como sustancia del pluralismo y de la democracia», señaló el juez.

Y concluía: «La protesta social sólo accede a los medios mediante actos rituales -como, por ejemplo, la quema de los iconos del poder- si son reprimidos penalmente se impide el desarrollo del espíritu crítico, alimento de la libertad».

Polémicas

Sáez Valcárcel es uno de los dos candidatos propuestos por el PSOE para el Tribunal Constitucional, aunque se ha señalado su afinidad con Podemos. De hecho, fue vocal del Consejo General del Poder Judicial durante cinco años a propuesta de Izquierda Unida.

De él se destaca su sólida trayectoria jurídica – fue número uno de su especialidad, penal- aunque también sus polémicas sentencias, con una fuerte carga ideológica. Entre ellas, por ejemplo, la que absolvió a los condenados del bloqueo al Parlamento catalán, en 2011. «Cuando los cauces de expresión y de acceso al espacio público se encuentran controlados por medios de comunicación privados, cuando sectores de la sociedad tienen una gran dificultad para hacerse oír o para intervenir en el debate político y social, resulta obligado admitir cierto exceso en el ejercicio de las libertades de expresión o manifestación», exponía en aquella sentencia. También decidió la absolución de 40 acusados de Segi, la rama juvenil de ETA.

Además, como informó OKDIARIO, Sáez Valcárcel es un firme defensor de lo que llaman «justicia restaurativa» en relación al terrorismo de ETA, proponiendo que las víctimas de la banda asesina hablen con sus verdugos para «compartir el dolor» y ponerlo «en común».

Así lo afirma en una reflexión titulada En el final del terrorismo: justicia y restauración publicada en el libro Justicia para la convivencia a partir de un encuentro organizado por la Universidad de Deusto en el año 2012.

Sáez apuesta por la «constitución de espacios terapéuticos donde los sujetos involucrados en la violencia intentan compartir el dolor, para tender entre ellos lazos emocionales y levantar una especia de comunidad moral».

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