España

José Rodríguez, el abuelo culturista que levanta 200 kilos de peso con 80 años: «La gente alucina»

En el último campeonato del mundo que compitió fue en Oporto con 69 años y consiguió superar el récord

José Rodríguez comenzó a entrenar a los 16 años y desde entonces no ha parado. Su inspiración, según cuenta en entrevista a OKDIARIO, fue el actor americano Steve Reevers: «Veía ese cuerpo en las películas y quería tenerlo», asegura. Mientras se realiza la grabación en el gimnasio La Atlántida de San Sebastián de los Reyes (Madrid), todo el que pasa se refiere a José como El Titi. «Comenzaron a llamarme así desde que era joven y ya me conocen con ese apodo», argumenta entre risas. José ha ganado más de 20 campeonatos de España de powerlifting y también campeonatos europeos y mundiales. «El último campeonato lo hice con 69 años en Oporto y la gente alucinaba con el peso que levantaba, aún así, superé el récord», dice orgulloso.

«Comencé en un gimnasio por la zona de Antón Martín en Madrid pero antes no había tantas máquinas y pesas, así que hacía lo que podía», comienza la entrevista. Fue cuando El Titi vio a un chico levantar 150 kilos en peso muerto cuando a José le entró la curiosidad por este deporte. «A ese gimnasio iban grandes boxeadores como Pedro Carrasco, José Legrá y José Manuel Urtain», a lo que añade que «allí nos saludábamos y aprendía también de ellos». Un día, José estaba entrenando y el monitor del centro le propuso presentarse a concursos de powerlifting: «Yo no sabía lo que era eso, no había escuchado esa palabra en mi vida». Esta modalidad de deporte consiste en la realización de 3 ejercicios: Sentadillas, press de banca y peso muerto.

Cuando ya fue subiendo de nivel, El Titi se presentó a un campeonato mundial en Zurich. «En aquellos tiempos, como llevábamos camisetas con los colores y un cartel de Spain el resto de competidores decían ¡Spain, Spain!», dice José riéndose mientras recuerda esas anécdotas. En ese campeonato no consiguió superar el récord y recuerda cómo había gente muy preparada: «Había dos rusos que levantaban un peso inhumano», sentencia. Sin embargo, la vida de José Rodríguez se complicó cuando decidió hacerse unos análisis y confirmaron lo más temido: «Tenía cáncer de colon y los médicos me daban muy mal pronóstico», a lo que añade que «eso hizo que tuviera que bajar un poco el ritmo pero nunca dejé el gimnasio», dice emocionado. Al cabo de un tiempo, los médicos cambiaron totalmente de opinión al ver los resultados de las pruebas realizadas: «Decían que era algo pocas veces visto porque estaba muy mal y conseguí dejar los niveles normales en mis análisis, pero estoy seguro que fue gracias a los ejercicios de fuerza que realizaba diariamente».

Con la buena noticia, El Titi continuó compitiendo en campeonatos. La última anécdota que cuenta a este periódico se desarrolló en un campeonato mundial de Oporto. «Mi mujer no quería que fuese pero yo le decía que sí, que estaba perfectamente», argumenta. José le pidió también a su hijo que le acompañase al campeonato, ya que podía ser el último en el que iba a participar. «Recuerdo que todo iba muy lento y me tocó el turno súper tarde», pero aún así le dijo a su hijo que mirase cuál era el récord. «Me dijo que eran 225 kilos y de primeras metí 230 para asegurar», y lo consiguió. «Después fui al jurado y le dije que quería subir a 240 kilos», y también lo superó. «Finalmente les dije que me pusieran 250, y te puedes imaginar cómo me miraba la gente con mi edad, alucinaban», dice con una sonrisa. Actualmente todavía continúa el récord de José Rodríguez en aquel campeonato, pero como no hay ligas ni competiciones para personas de esa edad, decidió que iba a ser el último en el que participaría.

El Titi se despide de la entrevista con un mensaje: «A partir de los 50 años pondría obligatorio asistir al gimnasio y hacer ejercicios de fuerza», a lo que añade que «estoy seguro de que si las personas con más edad,hicieran este tipo de ejercicios, cada uno en sus posibilidades, acudirían menos al médico. Lo que necesitamos es más ejercicio y menos pastillas», así finaliza José la entrevista, sintiéndose orgulloso de todo lo que ha conseguido y de la fuerza de voluntad que ha tenido, pese a sufrir una grave enfermedad como un cáncer de colon.