España
MARCHA VERDE SOBRE CEUTA

Los ilegales enviados por Marruecos fingen hipotermias y amnesias para no ser devueltos en caliente

Las Fuerzas de Seguridad del Estado que estos días velan por la integridad de las fronteras de Ceuta, asediadas por cerca de 10.000 ilegales que ya han conseguido entrar en la ciudad autónoma, han constatado que muchos de ellos «fingen tener lesiones o problemas de salud» que luego no revelan los exámenes médicos. Lo hacen, dicen, aleccionados previamente sobre cómo evitar su devolución ‘en caliente’. Si hay dudas de que estén heridos, los trámites de deportación se paralizan: «Si salvan la primera noche tienen mucho ganado».

Así lo aseguran fuentes de los servicios de emergencia que han atendido en las últimas 48 horas centenares de casos de supuestas hipotermias entre quienes han conseguido llegar a la playa de El Tarajal. «Muchos llegan tiritando y se desploman pero, al tomarles la temperatura, no tienen ningún síntoma de hipotermia», explican. De más de un centenar de casos que han tratado este martes, sólo media docena tuvieron que ser enviados al Hospital Universitario de Ceuta.

Las imágenes han podido verse en todas las televisiones: inmigrantes que caen desplomados una vez que llegan a la costa, o que permanecen tumbados cubiertos por las mantas térmicas de aluminio mientras esperan a ser atendidos por efectivos de la Cruz Roja. Sin embargo, la mayoría de las veces no se les llega a acreditar ningún tipo de lesión o dolencia.

«La temperatura del agua estos días es de alrededor de 18 grados centígrados. Con los 21 grados ya es posible tener una hipotermia, pero para ello hay que pasar varias horas dentro del agua. Muchos de los que entraban en Ceuta apenas tardaban unos minutos en hacer el tránsito, de poco más de un centenar de metros», destacan.

«La mayoría son inventadas»

«Al margen de los casos reales, que los hay aunque son los menos, la mayoría de lesiones se quedan en nada. Son inventadas. Lo hacen porque saben que así pueden retrasar los trámites de devolución», explican.

Los protocolos son muy claros: primero se asegura al inmigrante ilegal y se le pone a salvo de cualquier peligro, luego se le identifica, se le somete a un rápido chequeo médico si fuese necesario y se le devuelve al puesto fronterizo. El trámite puede durar unas horas, pero queda resuelto en el día. Todo se complica si el inmigrante ilegal declara sufrir algún tipo de problema físico grave. «Los heridos no se devuelven hasta que se curen», explican.

«Nos han llegado a decir que no saben de dónde vienen ni quiénes son, que tienen amnesia», aseguran desde los servicios de emergencias que actúan estos días junto a El Tarajal. «Si salvan la primera noche tienen mucho ganado». Todo tiene una explicación: si consiguen evitar su expulsión ‘en caliente’, si salen de la playa, pueden recurrir su expulsión en caso de contactar con alguna ONG o asistente social con el que tramitar una posible petición de asilo.