A Iglesias le aburre el Congreso, prefiere las barricadas

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, no suele guardar las formas en el Congreso de los Diputados. Todavía con su bochornosa y macarra intervención del «se la suda, se la bufa» que le dedicó a Mariano Rajoy en la retina, el dirigente, al parecer falto de descanso o de un café, en todo caso de respeto, ha bostezado en pleno hemiciclo sin disimulo.

El político se guardaba para el presidente un ataque frontal cuyo hilo principal era que el Gobierno pone y quita a jueces y fiscales como quiere. Sin embargo, la jugada no le ha salido como deseaba ya que su interlocutor, hábil, con reflejos y ya con callo en la cámara, ha recordado cómo tenía pensado Iglesias elegir a estos cargos si llegaba a gobernar junto a Pedro Sánchez.

Desacreditado por sus propias palabras en voz de Rajoy, ha continuado la sesión de control en su escaño, junto a Irene Montero, contemplando por ejemplo cómo la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, le daba otro repaso a su compañero Pablo Bustinduy, responsable de Exteriores de los morados, en una pregunta sobre las relaciones con Estados Unidos.

No parecen ser sus mejores días tras un odiobús criticado hasta por los suyos, una moción de censura sin apoyos o un barómetro del CIS que concluye que el PSOE, pese a no tener secretario general, les ha pegado una pasada.