España

La Guardia Civil señala al diputado Tardá como pieza clave en las reuniones preparatorias del 1-O

La Guardia Civil tiene pruebas de la presencia de Joan Tardà en reuniones clave en las que se debatieron los preparativos del golpe del 1-O y las estructuras que necesitaban para romper con España. Los documentos en poder de la Benemérita le sitúan, de hecho, como una de las pocas personas que, sin formar parte de la Generalitat, tuvo acceso a estas reuniones preparatorias. Su presencia se constató a lo largo del tiempo y en compañía de los máximos impulsores del día a día del golpe: Marta Rovira, Josep María Jové o Carlos Viver Pi i Sunyer.

El principal documento de la Guardia Civil, al que ha tenido acceso OKDIARIO, revela un encuentro celebrado hace ya más de dos años: el 21 de diciembre de 2015. En ese encuentro, descrito como “Hoja de ruta” figuran una serie de siglas de los asistentes. “Las siglas podrían corresponderse con las personas que participaron siendo Marta Rovira, secretaría general, Pere Aragonés, secretario de Economía, Josep María Jové, secretario general de Vicepresidencia, Raúl Römeva, consejero de Asuntos Exteriores, Alba Vergés, secretaria de Salud, Joan Tardà, portavoz en el Congreso. Jordi Roig, Secretario de finanzas y Carles Viver Pi i Sunyer”, anota la Guardia Civil en su documentación.

Las explicaciones de la Benemérita recogen igualmente parte del contenido que se transcribió al término de la reunión. Allí se puede leer “Viver- momento de referéndum o constituyentes. Él apuesta por avanzarlas. Tramitamos las tres leyes de estructuras de Estado pero no las aprobamos hasta después de las constituyentes”. El debate se cerró abiertamente en el proceso de ruptura y en los mecanismos ilegales para romper con España. Entre las ideas destacadas de la reunión se anota: “Cuando decimos que convocamos elecciones estamos legitimados para programar la independencia sin tener mayoría de votos, solo escaños”. Porque en esas reuniones lo que se debatían era los mecanismos de ruptura y vulneración de la Constitución.

Las reuniones bajo el epígrafe “hoja de ruta” se multiplicaron. Con o sin presencia de Tardà. Otra de las chequeadas por la Guardia Civil como reuniones clave se celebró el 23 de febrero de 2016. Y en cada una de ellas se avanzaba con respecto a las puntos acordados en las anteriores. En esta última cita, de hecho, figuran como asistentes Turull, Artur Mas y Oriol Junqueras. Las notas de esa reunión retratan el contenido: “Repaso de los pasos a seguir de las fases y secuencias, leyes de transitoriedad jurídica y país constituyente, declaración de independencia, elecciones constituyentes o referéndum constituyente, proclamación”. Pasos de los que hablaban ya en ese 2016.

No es la primera vez que la policía judicial sigue la pista de Tardà. Sabe que en la coordinación, organización, agitación o amplificación del comportamiento sedicioso o incluso constitutivo del delito de rebelión han participado las asociaciones ANC y Òminum y, muy probablemente, miembros destacados de los partidos separatistas, como ya investiga el Supremo. Y ya comprueban si determinados comportamientos de los diputados -en concreto el de Joan Tardà- pueden quedar dentro de la calificación penal. Porque resultaría extraño que el llamamiento a la desobediencia o, incluso a la movilización en algunos de los tumultos, estuviese totalmente desconectado del plan coordinado que describió en su informe la Guardia Civil.

Otros de los informes que se analizan se corresponden con los remitidos en los registros que realizó la Benemérita a finales de septiembre en diferentes sedes del gobierno catalán. Allí decenas de personas se concentraron ante el Departamento de Economía, en la Rambla de Cataluña de Barcelona, mientras se efectuaban las actuaciones ordenadas por la Justicia, entre ellas, 12 detenciones.

Y el portavoz de Esquerra Republicana en el Congreso, Joan Tardà, era uno de los concentrados. El líder de la Asamblea Nacional Catalana, Jordi Sánchez, actualmente en prisión, fue, de hecho, uno de los que llamó a la gente a movilizarse desde Twitter: «Ha llegado el momento, resistamos pacíficamente, salgamos a defender desde la no violencia nuestras instituciones”. La resistencia pacífica, como luego se pudo ver, no lo fue en realidad. Más bien fue un tumulto violento con destrozo de los coches, robo de armas y hasta escapadas de gente por las azoteas.