España
Prisiones

Los funcionarios de prisiones toman Madrid: «¡Marlaska nos trata como delincuentes!»

Sólo 24 horas antes de la gran manifestación de policías y guardias civiles prevista para Madrid por la reforma de la ley de Seguridad Ciudadana, los funcionarios de prisiones también han salido a la calle. Más de un centenar de trabajadores llegados de centros de toda España han escenificado su enfado por la inseguridad que sufren en las cárceles con una movilización frente a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. «Marlaska nos trata como delincuentes», han asegurado.

«¡Marlaska dimisión! ¡Marlaska dimisión!» y ‘Marlaska, escucha, prisiones está en la lucha!» han sido los gritos más escuchados durante toda la concentración, que comenzó pasados unos minutos de las diez de la mañana. Junto a la sede de Instituciones Penitenciarias, han acusado de «mafiosos» a los actuales gestores del organismo público. Antes de comenzar los actos, la Policía ha pedido los documentos de identidad a varios de los manifestantes.

La convocatoria ha corrido a cargo de la plataforma Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM). El motivo de la protesta ha sido, en primer lugar, denunciar las continuas agresiones y el clima de hostilidad creciente en el que el colectivo desarrolla su trabajo día a día en las cárceles. Acusan al Ministerio de no proteger como es debido a todos sus funcionarios, a quienes «cada día se nos recorta más nuestra autoridad y se cuestionan nuestros testimonios».

También han reivindicado que en los Presupuestos Generales del Estado no se ha tenido en cuenta una enmienda, presentada a través de Ciudadanos, para llevar a cabo una reorganización de fondos para racionalizar gastos y permitir subir el salario a los funcionarios. Todo, dicen, sin necesidad de que aumentase la partida dedicada a Prisiones.

En el acto han estado presentes el diputado y secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, así como el portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, cuyos grupos han respaldado la protesta.

Ortega Smith ha apelado directamente a los funcionarios, «que os jugáis la vida por nuestra seguridad, entráis en las cárceles con las manos atadas atrás». «Ni sois mano de obra barata ni carnaza para echarle a las fieras», ha advertido a la vez que pedía responsabilidades al ministro Marlaska.

El escándalo de Villena

De fondo, y muy presente en toda la protesta, el escándalo de la detención de la subdirectora de la prisión de Villena por, presuntamente, inventarse una agresión por parte de encapuchados y relacionar su autoría con funcionarios. De ahí que en la manifestación hayan hecho acto de presencia dos manifestantes con capuchas negras mientras el resto gritaba «¿dónde están los encapuchados?».

La Guardia Civil fue quien detuvo la semana pasada a esta subdirectora de seguridad de la cárcel de Villena (Alicante) que denunció a principios de septiembre que varios encapuchados le habían golpeado a la salida de su casa y amenazado con que tuviera la «boca cerrada», según confirmaron fuentes del Instituto Armado.

La detención se realizó por los delitos de denuncia falsa y simulación del delito. La supuesta agresión de encapuchados se relacionó con la supervisión de la subdirectora en una investigación anterior en torno a la reducción que practicaron tres funcionarios a un preso con problemas de salud mental en este mismo centro penitenciario. «Bruno, Ángel, José, ¡por vosotros!» gritaron los manifestantes en referencia a los tres funcionarios que aún a día de hoy siguen expedientados por esa causa que investigaba la subdirectora ahora detenida.

«Es indignante que sigan expedientados, son gente con familia que hijos y ahí llevan tiempo sin cobrar. Es una absoluta locura», explica a OKDIARIO una compañera suya de Villena.

«El muro de Villena será vuestra condena», han gritado los manifestantes, en referencia a una fotografía muy polémica realizada junto a la prisión en la que el director de Prisiones, Ángel Luis Ortiz, mostraba su apoyo a esta funcionaria, ahora investigada por su falsa denuncia que, según Tu abandono me puede matar, fue cursada para deslegitimar al movimiento.