Feijóo reprende a Guardiola mientras crecen las críticas en Génova: «Nos ha metido donde quería Sánchez»

Feijóo reprende a Guardiola mientras crecen las críticas en Génova: «Nos ha metido donde quería Sánchez»

Alberto Núñez Feijóo toma las riendas de la crisis con Vox en Extremadura. El daño de lo ocurrido estos días para su campaña del 23J queda patente en la encuesta que hoy publica OKDIARIO. El presidente del PP ha reprendido a la candidata popular, María Guardiola, a la vista del creciente malestar interno por el devenir de los acontecimientos. «María nos ha metido en el terreno donde quería Sánchez», confiesa un alto dirigente del Génova, 13.

«Retomar la iniciativa», «volver a nuestro terreno», «no liarnos», «salir ya del terreno en el que nos quiere Sánchez» y «del lío de Extremadura en el que nos ha metido María»… con estas expresiones, dirigentes nacionales y regionales del PP se conjuran, desde este lunes, para retomar la iniciativa de la precampaña electoral, fijar claramente de nuevo «el foco» en Sánchez y sus socios y volver al mensaje y discurso anterior al «lío» de Extremadura: «Sánchez, Bildu, sus socios…», «propuestas y más propuestas como alternativa» y «movilizar» al votante huyendo de toda euforia y sin cometer errores.

Todo ello, con permiso de María Guardiola y su gurú, Santiago Martínez-Vares, con quien hay un claro «cabreo» en Génova. La publicación, este domingo, en OKDIARIO, de un audio de Martínez-Vares, mezclando cuestiones personales con su animadversión evidente a Vox, fue la puntilla para el asesor, que terminó dimitiendo horas después. El «cabreo» de Génova con Guardiola y Martínez-Vares se debió, sobre todo, a la «torpeza» -señalan fuentes del PP- con la que manejaron la semana pasada las conversaciones con Vox y la constitución de la Asamblea de Extremadura entrando en guerra abierta con los de Santiago Abascal «sin ninguna cintura» y entregando, a un mes del 23J, el control del legislativo, el calendario y la iniciativa política al PSOE y a Guillermo Fernández Vara.

Eso sí, pese al malestar por la gestión de la crisis, altos dirigentes del PP también muestran comprensión y entienden la estrategia de Guardiola pensando estrictamente en Extremadura. Incluso, creen, que la firme defensa de su palabra dada y su oposición a gobernar con Vox puede beneficiar a Feijóo el 23J en el terreno del votante de centroizquierda que no soporta más a Sánchez y aún está dudando qué hacer. «Es el lugar donde se juegan las elecciones», señala una fuente del PP. «El problema han sido las formas. Y el ruido. Demasiado ruido. Se han pasado de frenada y nos han metido en el campo de juego del enfrentamiento con Vox y de la ideología, que es el que quiere Moncloa», agrega la citada fuente.

Un mes queda para las elecciones y las encuestas, en general, siguen siendo magníficas para iniciar la campaña electoral, el día 7, desde una lanzadera, según fuentes del PP, de 140 escaños, con la fuerza de Vox sumando para la mayoría absoluta, y con posibilidad «si no se cometen errores» de convertir «el verano azul» de Borja Sémper, el 23J, en un «tsunami azul» (en palabras de Narciso Michavila, de GAD3). La victoria, anoche, por mayoría absoluta (el sueño de Génova) del griego Kyriakos Mitsotakis es un acicate que llega en un lunes muy oportuno para cambiar el tercio extremeño de esta corrida política del 23J y volver a manejar proactivamente la precampaña.

Semana ‘horribilis’

Domingo, 25 de junio. La cuenta atrás definitiva para el 23J ha comenzado, como se observa en el nuevo contador de OKDIARIO. Atrio barroco-renacentista del Colegio Arzobispo Fonseca de Salamanca. Sol de justicia. Un mar de abanicos revolotea sin parar a modo de ensayo de la campaña electoral que nos espera a 40 grados. Alberto Núñez Feijóo cierra, junto a Alfonso Fernández Mañueco, un acto sobre «Familia y Políticas Sociales» en la única comunidad donde, por ahora, el PP gobierna con Vox. Asunto este de las familias que Feijóo quiere que sea epicentro del programa electoral. Feijóo promete permiso de cuatro meses para padres con niños de 0 a 8 años y otro de cinco días laborables al año. Y promete aumentar el mínimo familiar exento del IRPF desde el segundo hijo. Juan Bravo, verdadero cerebro económico del PP, le hace las cuentas al dedillo desde las bambalinas. «Tener un hijo o una hija no puede ser un lujo», dice el presidente del PP a los asistentes y sus abanicos. Feijóo ya había prometido días atrás educación gratuita de 0 a 3 años «para que la maternidad -señaló- deje de ser el techo de cristal para las mujeres».

Aparte de político, en Feijóo hay algo personal en todo esto. La sensibilidad del presidente del PP con estas cuestiones se ha disparado desde que fue padre, reconocen en su entorno: «Es otro. La vida le ha cambiado», dice un veterano colaborador suyo. Mañueco, por cierto, aprovecha que el Tormes pasa por Salamanca (podría decirse) y afirma: «En Castilla y León, con Vox en el Gobierno, no se ha dado ni un paso atrás en violencia machista». Por si el mensaje llega a Cáceres por la Ruta de la Plata.

El acto de este domingo en Salamanca, el lugar y la temática elegidas, el mensaje con propuestas concretas que llegan al ciudadano y las familias, «trasladar que hay otra forma de hacer política y de gobernar», insisten en el PP… Ese es el camino al que quiere volver Génova, desde este mismo lunes, después de una semana horribilis.

Martes 20 de junio. Bajo otro sol de justicia, pero en Madrid. Hora del almuerzo. Las radios están contando en ese momento la abrupta ruptura entre PP y Vox en Extremadura. Un dirigente cercano a Feijóo aún no ha tenido la oportunidad de escuchar a María Guardiola, que acaba de comparecer ante la prensa pocos minutos antes. Guardiola ha afirmado: «Yo no puedo dejar entrar en el Gobierno a quienes niegan la violencia machista, a quienes usan el trazo gordo, a quienes están deshumanizando a los inmigrantes y a quienes despliegan una lona y tiran a la papelera la bandera LGTBI».

Este dirigente popular está acostumbrado a no hacer ver si sube o si baja, pero su cara lo dice (casi) todo al escuchar a su compañera. Respalda el mérito y el trabajo de María Guardiola, en pocos meses, hasta, casi, ganar las elecciones a un mastodonte como Vara y superando el lío interno (esa es otra historia) de un PP de Extremadura resignado, como estaba, a ser siempre oposición. Pero las palabras de Guardiola que escucha este dirigente popular casi en directo recuerdan a las de su polémica entrevista en marzo en el Canal 24 Horas de TVE. «Aquel día se pasó», reconoce. Ahora, Guardiola las ha repetido, pero a un mes de las elecciones generales. Con sumo olfato, este dirigente del PP apunta a vuelapluma: «Estamos metiéndonos en el terreno en el que quiere Sánchez que estemos. Hay que salir de ahí cuanto antes». Otros dirigentes del PP consultados después corroborarán esa impresión. El apoyo de la izquierda política y mediática a María Guardiola es elocuente. En Moncloa y sus satélites están encantados.

Jueves 22 de junio. Al caloret de Madrid, Borja Sémper se monta su playa de cartón en Puerta de Hierro para lanzar una campaña de movilización del electorado. Lo hace justo en el momento en el que España entera lleva horas boquiabierta con las autoentrevistas patéticas y artificiales de Sánchez en Ferraz, en plan Fidel Castro, sometiendo al papel ridículo de comparsa a sus pobres ministros y ministras (las que se dejan). Sémper posa descalzo entre sombrillas y arena de atrezzo. Y hasta da saltitos como Gorm, el de Vickie el vikingo, cuando decía aquello de «¡estoy entusiasma-do!». Sémper parece entusiasmado consigo mismo. Vickie el Vikingo tan sólo se rascaba la nariz cuando tenía una idea y la ejecutaba en el momento adecuado.

Por unas horas, el show playero de Sémper, junto al «lío» de María Guardiola, dan un respiro a Sánchez y a Otegi, verdadero ticket electoral del PSOE. El líder de Bildu se multiplica en los medios vascos poniendo en aprietos a Sánchez, pero las teles se llenan, sin embargo, de los pies descalzos de Sémper. La seriedad, discreción y rigor del entorno gallego de Feijóo contrasta con el estilo del portavoz de campaña, pero en Génova creen que, por ahora, suman y se complementan. «Borja juega el papel para el que lo trajeron a la caza del último voto posible de Ciudadanos y del PSOE», le disculpa alguien de estilo completamente diferente al suyo en la dirección del PP.

Afortunadamente, llega el fin de semana y el líder de los Wagner, Yevgeni Prigozhin, decide dar un golpe contra Vladimir Putin, convirtiendo en broma de tercera categoría e interés cualquier otro asunto de la actualidad. «Borrón y cuenta nueva a partir de este lunes», vienen a decir en el PP. Grecia va a ayudar.

Orden de Feijóo: «Cero triunfalismos»

Las encuestas que maneja el PP lo sitúan por encima de los 140 escaños. Una posición magnífica con margen (7-8% de antiguos votantes de Sánchez aún indecisos) para seguir robando votos al PSOE. En la sala de máquinas de Génova saben que esa transferencia de votos desde el PSOE al PP de Feijóo va a resultar vital para marcar el resultado final de las elecciones y, sobre todo, la diferencia respecto a Vox.

También confían en que (como en Andalucía) opere el voto útil de última hora al PP por miedo a que Sánchez, quedando segundo, pueda sumar con Frankenstein y volver a formar gobierno. Para esto, reconocen las fuentes populares consultadas, «atacar a Vox directamente no es la mejor idea». Se busca la reflexión serena de ese votante de Vox en la última hora.

La orden de Alberto Núñez Feijóo es clara pese a las encuestas. «Odia el triunfalismo y nos repite constantemente que las urnas aún no se han abierto», señalan en su entorno. Ante una campaña en la que se parte con un suelo tan sólido como 140 escaños, es «de manual», reconocen en el PP, «no bajar la guardia y seguir movilizando». Lo que incluye -dicen- «no decepcionar» al votante antisanchista con disputas fratricidas entre partidos. La encuesta que hoy publica OKDIARIO tras el «lío» de Extremadura es elocuente.

«Y lo primero es no cometer errores», reiteran las fuentes consultadas. Es lo primero para poder surfear la ola azul que se avecina y llegar al 23J. Y para que, entonces sí, Borja Sémper pueda irse a la playa, pero de verdad, y María Guardiola, «con otro escenario», insisten en Génova, pueda intentar dar, en mejores condiciones, la puntilla a 40 años de socialismo en Extremadura.

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