España
CONFLICTO ÁRABE-ISRAELÍ

Familiares desesperados de rehenes de Hamás: «Venimos a España para pedir que nadie se calle»

Cinco familiares de rehenes de Hamás han venido a España a pedir ayuda

Duros testimonios que visibilizan la sangrienta masacre de Hamás

Merav Moor Raviv, Maayan sigal-Koren, Yulie Ben-Ami, Roberto César Padrón y Naama Weinberg. Son sólo cinco de las víctimas que ha dejado la masacre provocada por el grupo terrorista Hamás que, sin duda, ha dejado multitud de familias destruidas al completo. El pasado 7 de octubre la vida de todas estas personas cambió. Hamás mató y secuestró a gran parte de sus familiares, y hoy en día siguen sin noticias de ellos.

El silencio que se vivió este jueves en las inmediaciones del salón de actos de la Comunidad Judía de Madrid hablaba por sí solo. La primera persona en tomar la palabra fue Mayaan Signal- Koren, quien no sabe nada de su madre, cinco tíos y primos. «El ejército de Israel llegó a casa de mi familia y no encontró a nadie, por lo que entendemos que todos están secuestrados por los terroristas de Hamás», así comenzó su exposición. La joven, conteniendo la emoción, explicó que no han encontrado señales de violencia física en casa de sus tíos y es precisamente eso lo que le da un poco de esperanza. Todos sus parientes tienen nacionalidad argentina y recuerda lo que siempre le decía su madre: «Para los judíos el mejor lugar para vivir es Israel», y añadía «pero ahora ya nada es seguro allí».

Entre lágrimas apuntó que tiene dos hijos pequeños y siente miedo por la situación que se está viviendo. “He venido a España para pedir que nadie calle y que liberen a mi madre y familia lo antes posible”, lamentó.

Tras las palabras de Mayaan continuó otra de las víctimas, Merav Moor Raviv, que en su caso no sabe nada de su hermano, su cuñada y su sobrino. Todos ellos vivían en el Kibutz Nahal Oz. Con su exposición en inglés explicó este jueves que parte de sus familiares están en mal estado de salud y teme que no les estén dando las medicinas necesarias. «La casa de mis familiares ahora son cenizas», explicaba. Merav hizo hincapié en que parte de la información que ellos tienen provienen de vídeos que ha subido a redes sociales el grupo terrorista Hamás: «Tenían hasta un reportero», añadía.

«Ya están aquí, ¡ayuda!»

Naama Weinberg fue la tercera en tomar la palabra. Su emoción apenas le dejó hablar. Tenía familiares en cinco diferentes kibutz y, según el relato de la joven, muchos de ellos tuvieron que esconderse en armarios mientras otros escuchaban disparos en casa de los vecinos. Fue un amigo cercano quien le mandó un mensaje diciendo que su casa estaba ardiendo. Pocos minutos más tarde recibió un mensaje de su familia que decía: «Ya están aquí, por favor ayuda». Fue lo último que supo de ellos. «Sentí impotencia de ver cómo se llevaban a mi familia y no poder hacer nada», narra Naama Weinberg entre sollozos. Ahora centra sus esfuerzos en que el hijo de sus tíos vuelva a casa. «Es un hombre de paz, de personas y de concordia», asevera sin controlar el llanto. «En cualquier sitio que esté seguirá dando luz con su brillo, por muy oscuro que éste sea», agrega.

Por último, Yulie Ben-Ami aseguró que no se quita de la cabeza esa pesadilla. No sabe nada de sus padres, pero tiene la certeza de que están secuestrados en Gaza. «Recibí una foto de mi padre en pijama en territorio de la frontera con Gaza», relató. Yulie, que en su comparecencia de este jueves en Madrid estuvo acompañada por su pareja Roberto César Padrón, dejó claro que las personas que salen a la calle para manifestarse a favor de Hamás no tienen ni idea de lo que están viviendo sus víctimas en Israel: «Ha sido con el ISIS porque estaban disparando a bebés de 9 meses, madres embarazadas y niños delante de sus padres», decía enfadada.

Pese a que todavía les queda un largo recorrido por delante, los cinco israelíes han viajado hasta Madrid para hacer una petición clara. «El Gobierno de España ha expresado que no quiere que este terror continúe, les pedimos que no callen, que tomen partido, no se puede dejar pasar el tiempo porque se cometen atrocidades». Así concluyeron su clamor en la capital de España.