Eurodiputados del PSOE siguieron al unísono la línea de voto sobre Qatar de la detenida Eva Kaili
El 24 de noviembre se votó una resolución sobre Qatar en la que los de Pedro Sánchez rechazaron todas las enmiendas que contravenían los intereses qataríes. Los eurodiputados socialistas españoles se emplearon a fondo para sacar adelante la escandalosa resolución sobre Qatar que se votó en el Parlamento Europeo aquel día y que aceleró la detención por corrupción de la socialista griega Eva Kaili justo dos semanas después.
El proyecto de resolución que se votó ese día se enfrentaba a medio centenar de enmiendas que pretendían enderezar el rumbo de una resolución descafeinada que no entraba en el fondo del asunto sobre las violaciones de derechos humanos en Qatar y se limitaba más bien a lamentar las condiciones extremas vividas por los trabajadores inmigrantes que participaron en las construcciones de los ocho estadios que han acogido el Mundial en el último mes.
Eva Kaili, cabecilla en el Parlamento Europeo de la defensa de los intereses qataríes y acusada de «presunta participación en organización criminal, blanqueo de capitales y corrupción», trabajó considerablemente en la línea de votación que debían seguir los parlamentarios de su grupo. De hecho, precisamente la Justicia belga acusa a Kaili de sobornar presuntamente para establecer en Bruselas los intereses del Gobierno de Qatar, especialmente con la imagen que se pretendía proyectar por la celebración del Mundial de fútbol.
En total, fueron 20 las enmiendas en las que los eurodiputados del PSOE de Pedro Sánchez pusieron toda la carne en el asador para tumbarlas, consiguiéndolo en la mayoría de los casos, si bien hubo alguna sorpresa ingrata para ellos. Y eso que estas enmiendas contradecían las posiciones que los socialistas españoles han defendido habitualmente en España ante la opinión pública.
Por ejemplo, una de las enmiendas pretendía «condenar los abusos graves y generalizados de los derechos de los trabajadores migrantes y los derechos humanos que se han producido en la preparación de la Copa Mundial de la FIFA 2022 en Qatar». En total, 70 eurodiputados socialistas votaron en contra de ella y de incluirla en la resolución final. El 20% de ellos eran españoles.
Más enmiendas controvertidas
Otra enmienda introducida por una eurodiputada de extrema izquierda, la francesa Marina Mesure Manon, destacaba que «siguen produciéndose en Qatar violaciones generalizadas de los derechos humanos». Fue tumbada por 284 votos frente a 247. Eva Kaili votó contra dicha enmienda como también hicieron los eurodiputados socialistas Clara Aguilera, Isabel García Muñoz, Eider Gardiazábal Rubial, Nicolás González Casares, Javier López, el ex ministro Fernando López Aguilar, el ex dirigente socialista César Luena, Cristina Maestre Martín de Almagro, Adriana Maldonado López, Javier Moreno Sánchez, Inmaculada Rodríguez Piñero, Marcos Ros Sempere, Doménec Ruiz Devesa y Nacho Sánchez Amor. De este modo, el PSOE puso 14 de los 77 votos del grupo que preside la también española Iratxe García Pérez, quien curiosamente no participó en las votaciones sobre Qatar. Ningún socialista español votó a favor de la enmienda.
La enmienda 9 fue un jarro de agua fría para los intereses de Eva Kaili y quienes buscaron blanquear a Qatar. Un texto introducido por el español Ernest Urtasun que pedía que «las violaciones de los derechos fundamentales y de los derechos humanos, especialmente la violencia de género sistemática evidente, sean criterios de exclusión obligatoria en la concesión de acontecimientos deportivos internacionales» fue contestado por 16 eurodiputados socialistas españoles, que una vez más siguieron el mismo sentido de voto que la griega detenida por el Qatargate. Ningún eurodiputado socialista votó a favor de la misma.
Otra de las derrotas de Kaili fue la enmienda 36, que defendía la exigencia de reparación de daños a los familiares de las víctimas de violaciones de derechos laborales durante la preparación del Mundial. Este texto salió adelante por 22 votos de diferencia. Sólo tres eurodiputados socialistas (Gálvez Muñoz, García Muñoz y González Casares) lo apoyaron, mientras que sus otros 13 colegas españoles del grupo votaron al alimón con Eva Kaili: Clara Aguilera, Eider Gardiazábal Rubial, Silvana González, Javi López, López Aguilar, César Luena, Cristina Maestre Martín de Almagro, Adriana Maldonado López, Javier Moreno Sánchez, Inmaculada Rodríguez Piñero, Marcos Ros Sempere, Ruiz Devesa y Nacho Sánchez Amor.
Una enmienda que pedía a las personalidades europeas que condenasen las violaciones de derechos humanos en Qatar y que contó, por ejemplo, con el respaldo de los representantes de Vox en el hemiciclo se encontró de nuevo de frente con el bloque de la griega Kaili y 16 eurodiputados de Pedro Sánchez. Finalmente, la enmienda fue derrotada.
Otro caso llamativo fue el intento de condenar en la resolución final el papel que Qatar ha desempeñado en la última década en la inestabilidad de Oriente Medio y su contribución como «financiador de las actividades de varias organizaciones islamistas radicales, como los Hermanos Musulmanes». Más de un centenar de eurodiputados socialistas -entre ellos, Eva Kaili- se opusieron a que saliera adelante y consiguieron pararla con muchos votos. Los 16 parlamentarios del PSOE allí presentes volvieron a votar lo mismo que su colega hoy detenida.
Un 20% de apoyo del PSOE
El grupo socialista en el Parlamento Europeo cuenta con 142 miembros, de los cuales el 14,7% corresponde a los españoles con 21 eurodiputados. Curiosamente, el peso de los socialistas de Pedro Sánchez en las votaciones sobre Qatar alcanzó una media del 20% de todos los apoyos que Kaili necesitó de su grupo para combatir las enmiendas que contravenían los intereses qataríes.
Llama también la atención la gran presencia de diputados socialistas en las votaciones de aquella semana, que contrasta con otras votaciones recientes como la de la «situación en el estrecho de Taiwán» debatida el pasado septiembre y que contó solamente con el voto de 8 eurodiputados socialistas españoles o la votación de la resolución sobre justicia racial, donde sólo votaron 11 parlamentarios del PSOE.
Hasta ahora, la estrategia seguida por la dirección del grupo socialista en el Parlamento Europeo ha sido tratar de contener el escándalo circunscribiéndolo a Eva Kaili y a su entorno. Ni la presidenta de la formación, Iratxe García, ni el presidente de los socialistas, Pedro Sánchez, han dado más explicaciones que echar balones fuera. Sin embargo, las presiones en la familia de la izquierda han ido acentuándose en los últimos días y son cada vez más eurodiputados quienes piden responsabilidades a Iratxe García.
Temas:
- PSOE