España
Memoria Histórica

¿Dónde será enterrado Primo de Rivera tras su exhumación?

Los restos mortales de José Antonio Primo de Rivera serán exhumados el lunes 24 de la basílica del Valle de los Caídos para que sean trasladados al cementerio madrileño de San Isidro. Se trata de una petición realizada por la familia del que fue fundador de la Falange, con el fin de mantener la «más estricta intimidad». Esta petición se realizó el pasado mes de octubre, y ahora el Gobierno de Pedro Sánchez quiere llevarlo a cabo. En un comunicado, defendieron que el proceso no debía «convertirse en una exhibición pública propensa a confrontaciones de ninguna clase entre españoles».

Este viernes se han iniciado pequeñas obras de reacondicionamiento en este cementerio para el entierro de José Antonio Primo de Rivera. Los operarios del recinto han trabajado en las labores de adecuación de las tumbas de los familiares fallecidos que allí yacen. Concretamente, los encargados del mantenimiento han esparcido arena alrededor de cuatro de los seis sepulcros que la familia Primo de Rivera mantiene en el cementerio, adecentando los alrededores de los mismos para enterrar a José Antonio Primo de Rivera.

Los responsables de esta labores no han dado detalles sobre la fosa en la que serán enterrados sus restos, limitándose a decir que «la familia quiere intimidad» y que «necesita ser respetada».

En el cementerio de San Isidro reposan los restos mortales de varios familiares del político, como su hermano Miguel Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, que fue ministro con Francisco Franco; su hermana Pilar Primo de Rivera, fundadora de la Sección Femenina de Falange o su tío Fernando Primo de Rivera y Orbaneja, hermano del dictador que murió en Marruecos durante la Guerra del Rif.

El dictador Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, padre de José Antonio, también estuvo enterrado en el recinto ubicado en el distrito madrileño de Carabanchel, pero sus restos fueron trasladados a Jerez en 1947.

Fusilado

José Antonio Primo de Rivera fue encarcelado por posesión ilícita de armas el 14 de marzo de 1936. Posteriormente, el 5 de junio fue trasladado a la cárcel de Alicante. Este traslado fue ordenado por el Gobierno del Frente Popular. Primo de Rivera fue juzgado por «conspiración» y «rebelión militar» contra la Segunda República, pese a que cuando se produjo la insurrección ya llevaba cuatro meses encarcelado. Fue condenado a la pena de muerte y el fusilamiento, por lo que el 20 de noviembre de 1936 fue ejecutado por un pelotón de ocho milicianos anarquistas. Sus últimas palabras antes de morir fueron las siguientes: «Ojalá fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordias civiles. Ojalá encontrara ya en paz el pueblo español, tan rico en buenas cualidades entrañables, la Patria, el Pan y la Justicia».

Sus restos fueron exhumados del cementerio de Alicante y escoltados hasta el monasterio de El Escorial. El 19 de noviembre de 1939, fueron trasladados al Valle de los Caídos por orden de Francisco Franco. La figura de José Antonio Primo de Rivera se convirtió en una leyenda en el bando nacional, pese a sus conocidas diferencias con el dictador, quien llegó a ocultar la muerte durante dos años.