Un alto cargo de Podemos en La Rioja tiene un accidente de tráfico durante el toque de queda de Nochevieja
El director general de Participación del Gobierno de La Rioja, de Podemos, Mario Herrera, sufrió en la madrugada del 1 de enero un accidente de tráfico cuando estrelló el BMW que conducía contra un árbol. El siniestro se produjo de madrugada y, según informa Radio Haro, la llamada a emergencias se produjo después del toque de queda, que en La Rioja entraba a la 1:30 horas.
El servicio SOS Rioja recibió una llamada de un vecino de una urbanización de chalets alertando de «un gran estruendo». Por el momento no se conoce la hora exacta del accidente puesto que ni la Guardia Civil ni los servicios de emergencias tuvieron que intervenir en el lugar del siniestro, como adelanta nuevecuatrouno.com.
En cuanto a las posibles responsabilidades, por si finalmente se demuestra que el accidente se produjo pasado el toque de queda, tanto desde la consejería de Podemos a la que pertenece Herrera, como desde la formación morada a nivel nacional, han decidido no hacer ningún tipo de declaración hasta que se sepa qué ocurrió exactamente. En la misma línea se muestra el Gobierno de la Rioja, del PSOE.
Ciudadanos
Pero Herrera no ha sido el único político que tendrá que dar explicaciones. El secretario de comunicación de Ciudadanos en Salamanca, Carlos Mateos, fue sorprendido por la policía en la madrugada del día 30 de diciembre en una fiesta ilegal, según informa el digital Salamanca24horas.com.
Mateos, lejos de mostrarse arrepentido de lo sucedido, y tras ser encontrado escondido detrás de la barra del local, no solo se enfrentó a los agentes sino que les dijo frases como: «A vosotros os pago yo. Hay cosas más importantes para usar el dinero público» o «vuestro jefe soy yo y me da igual estas sanciones».
La policía entró en el pub después de escuchar música en el interior del local pasado el toque de queda, marcado a las doce de la noche. Los agentes llamaron varias veces a la puerta, pero tuvieron que pasar varios minutos hasta que el dueño del local les abrió la puerta. El hombre les dijo que solo estaban él y un empleado dentro limpiando.
Sin embargo, al entrar, los policías comprobaron que había bebidas recién servidas, así como una cachimba lista para ser utilizada. Fue entonces cuando encontraron a cinco personas escondidas detrás de la barra.
Allí, agazapado, se encontraba Mateos. Junto a él, un reincidente, el ex directivo de Unionistas que dimitió después de participar en la fiesta ilegal de Castellanos de Moriscos, tal y como informa ileon.com.
Mateos, con su actitud chulesca siguió profiriendo palabras fuera de tono a los policías que habían detectado la fiesta ilegal. Con frases como «hago lo que me da la gana».
Las siete personas que se encontraba dentro del pub fueron propuestas por los agentes para una sanción administrativa. La policía acusa tanto al responsable del local como el resto de los participantes en la fiesta ilegal de no usar mascarilla, no respetar el límite de reunión de seis personas e incumplir el toque de queda.
Lo último en España
-
Muere abandonado en Vietnam el cordobés que Sánchez no quiso repatriar como sí hizo con la flotilla
-
Cuenta atrás para poder ver el Belén Monumental a tamaño real y que ocupa el pueblo de la sierra de Madrid
-
Feijóo señala a Melilla como «laboratorio para inspirar las políticas de tolerancia»
-
El Gobierno usa a los Reyes para culminar el acercamiento comercial a China promovido por Zapatero
-
La llamativa imagen de una militante del PP con un hiyab en la comparecencia de Feijóo en Melilla
Últimas noticias
-
Sorteo del 11 del 11 de la ONCE de 2025: cuánto cuesta, premios y hasta cuándo se puede comprar
-
Una profesora de inglés pide que los españoles dejemos de hacer esto inmediatamente al hablar con extranjeros
-
Von der Leyen suaviza su propuesta de presupuesto de la UE tras las críticas del Parlamento Europeo
-
Julián, Giuliano y Nahuel se quedan sin ir con Argentina a Angola por no vacunarse de la fiebre amarilla
-
Un cetrero aragonés da la clave para controlar la sobrepoblación de jabalíes: la solución no está en los cazadores