Despliegue policial en el aeródromo de Ocaña ante la sospecha de que venía Puigdemont en avión privado
Policía y Guardia Civil han realizado este domingo un gran despliegue en el aeródromo de Ocaña (Toledo) ante la sospecha de que Carles Puigdemont podía llegar en un avión privado procedente de Bruselas. Unos 100 efectivos, según fuentes policiales, han participado en una operación que al final sólo ha sido una falsa alarma.
OKDIARIO ha tenido acceso en exclusiva a las imágenes del dispositivo. La aeronave en la que supuestamente iban a llegar Puigdemont y los ex consellers que le acompañan en su fuga a la capital belga tenía fijado su aterrizaje a las cinco de la tarde. El vuelo provenía del aeropuerto de Charleroi Bruxelles Sud de Bruselas.
A lo largo de la tarde se ha hecho muy visible el dispositivo en el pequeño aeródromo, con una veintena de agentes esperando el aterrizaje y, siempre según fuentes policiales, más de 80 distribuidos por los aledaños. La gran mayoría de agentes iban de paisano para que el dispositivo no levantase sospechas.
El plan estaba claro si Puigdemont y los ex consellers llegaban: detenerlos en el aeródromo situado a 64 kilómetros de Madrid y trasladarlos al cuartel de Ocaña para después ponerlos a disposición del Tribunal Supremo.
La llegada del vuelo ha provocado la lógica expectación y ha puesto a todos los efectivos policiales en alerta. En cuanto el avión ha aterrizado, varios agentes han comprobado que los ocupantes nada tenían que ver con los golpistas fugados. Se trataba de varios cazadores belgas que viajaban a España para pasar unos días de vacaciones.
OKDIARIO ha hablado con ellos y no han ocultado su sorpresa por el gran despliegue policial que se han encontrado a su llegada, admitiendo incluso que se habían asustado «un poco».
El aparato en el que supuestamente podía llegar Puigdemont es un avión ligero, con un monomotor turbohélice de ala baja, con capacidad para llevar a bordo nueve pasajeros y un parámetro STOL (de sus siglas en inglés Short Take-Off and Landing), es decir de despegue y aterrizaje cortos.
El aeródromo de Ocaña tiene dos pistas de aterrizaje. Una de ellas de asfalto y otra de tierra compactada. Una de las características de esta base es que se trata de un aeródromo ‘no controlado’. Es decir, no cuenta con una base de control aéreo ni oficina aeroportuaria. Los vuelos se autocontrolan a través de una frecuencia. Algo que facilita los planes de alguien que quisiera llegar de forma discreta, como podía ser el caso de Puigdemont.
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