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CSIF exige explicaciones a Correos ante las dudas por su versión sobre las cartas con balas

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha exigido al presidente de Correos, Juan Manuel Serrano Quintana, que lleve a cabo una investigación en profundidad que permita conocer todos los detalles y fallos de protocolo que llevaron a que tres cartas con balas llegasen a Pablo Iglesias, Fernando Grande-Marlaska y la directora de la Guardia Civil, María Gámez. Correos asegura que todo fue culpa de un empleado de seguridad.

CSIF reclama al presidente del ente público una explicación seria sobre lo ocurrido, a tenor de las dudas que ha generado en las últimas horas la versión ofrecida por Correos. La empresa postal ha culpado a un trabajador del servicio de seguridad del Centro de Tratamiento Automatizado de Madrid donde se recibieron las misivas y fueron derivadas al Ministerio del Interior sin despertar alarmas.

Desde el sindicato recuerdan que estos presuntos fallos del protocolo de seguridad pueden poner en riesgo a los propios trabajadores de Correos, ya que en este caso fueron balas pero podrían haber sido, por ejemplo, sustancias explosivas las que pasaran los filtros de forma inadvertida. CSIF quiere que Correos certifique que sus trabajadores no corren ningún peligro y que están protegidos o, por el contrario, que se tomen medidas para asegurar su integridad.

«El pasado demuestra la seguridad de los protocolos de la empresa postal ante todo tipo de envíos peligrosos que pueden poner en peligro vidas humanas», ha explicado el sindicato, que no concibe lo que ha pasado en esta ocasión y exige un examen del protocolo de Correos que permita llegar hasta el final y verificar si en esta ocasión hubo algún error que comprometiese la seguridad de la ciudadanía.

Para el sindicato, Correos es un servicio público que «no puede permitirse este tipo de errores» ya que sus empleados llegan a diario a 25 millones de hogares y a tres millones de empresas e instituciones de España. «Recorren a diario cerca de 600.000 kilómetros, que es el equivalente a dar 15 veces la vuelta al mundo. Y es la primera vez que pasa esto», concluye el comunicado.

Culpan a un «vigilante»

Según Correos, la culpa de este fallo del protocolo de seguridad recae sobre el vigilante de seguridad que en ese momento operaba el escáner de detección. El servicio postal ha publicado una imagen de la fotografía que realizó la máquina al paso del sobre con las balas. Va fechada el 19 de abril. Esa imagen, según Correos, demostraría que el sistema sí funcionó al detectarla, pero fue el trabajador de una empresa de seguridad externa quien no advirtió la amenaza. Esa versión continúa provocando dudas entre CSIF y el resto de sindicatos, por lo que exigen llevar hasta el final la investigación.

Desde algunas asociaciones que representan sindicalmente a trabajadores del sector de la seguridad privada también se han mostrado incrédulos con esa versión. Alternativa Sindical, por ejemplo, recuerda que si el escáner  «no detecta nada raro, no pasa a la inspección del vigilante».

«Si raro es que falle este sistema, más raro aún es que pase con no uno, sino con tres sobres que portan objetos metálicos. Además Correos cuenta con otros sistemas de seguridad en los sobres para discriminar cartas de paquetería», explican.

Por ello, el sindicato ha exigido a Correos y al jefe de seguridad «que ha responsabilizado al vigilante» que investigue las causas que supuestamente han llevado a concluir que ha sido error del vigilante de seguridad y no del buen funcionamiento o calidad de sus propios sistemas de escáneres automatizados.

Sorpresa en los sindicatos

También desde las centrales sindicales UTG y CCOO de Correos han remitido una carta al presidente del ente público, Juan Manuel Serrano, en la que muestran su sorpresa por el hecho de que no fueran detectadas a tiempo las tres cartas amenazadoras.

Este es el escrito dirigido por los sindicatos al presidente de Correos: «En las últimas horas hemos tenido noticias de que se han recibido en el Ministerio del Interior tres envíos postales con contenidos amenazantes y balas de fusil, dos de ellos dirigidos a altas personalidades del Estado y otro a un candidato a presidir la Comunidad de Madrid. Correos en el pasado sirvió de instrumento para asestar golpes terroristas personalizados a diferentes personajes públicos».

«Como consecuencia de esta instrumentalización de nuestra institución», añade la misiva, «se adoptaron numerosas medidas de seguridad para impedir que un servicio público como el nuestro fuese utilizado para otros fines diferentes a su función. Tanto las inversiones realizadas para detectar envíos sospechosos, como los protocolos de seguridad implantados en toda la red postal han impedido la circulación de objetos como los citados y han permitido afirmar que la red postal es segura. Así, se consolidaron dos de los atributos que mejor identifican al Servicio Público Postal, su seguridad y su fiabilidad»