España
Plan de "ahorro energético"

Comerciantes de toda España se plantan ante el decretazo energético: “Nos vamos a la ruina”

  • Fernán González/Borja Jiménez/Joan Guirado

Los pequeños comerciantes dicen basta. OKDIARIO ha hablado con varios propietarios de tiendas en Madrid, Sevilla y Cataluña y la inmensa mayoría rechaza las medidas del Gobierno. Algunos, incluso, van más allá y aseguran que no tienen previsto hacer ningún cambio una vez entre en vigor el real decreto que obliga a limitar el aire acondicionado a 27 grados -25 en el caso de comercios y hostelería-, apagar los escaparates e instalar un sistema de cierre de puertas. «Nos vamos a la ruina. No podemos tener a nuestros clientes pasando calor. Esto lo tiene que tumbar el Tribunal Constitucional», expresa con pesar un hostelero madrileño con 40 años de trabajo a sus espaldas.

El sector servicios no ve con buenos ojos las medidas impuestas por decreto, que entran en vigor este miércoles.»No entran clientes si no ven la puerta abierta. Estas medidas no sirven para nada. Y no nos van a bajar las facturas, que son altísimas», agrega otro veterano de la barra.

Del mismo modo, un emprendedor que, tras cruzar el charco, abrió un pequeño obrador de pan y repostería en el distrito madrileño de Ciudad Lineal traslada su situación: «Tenemos dos hornos que dan un calor tremendo. Y aún con las puertas abiertas hace mucho calor». El antiguo aparato de aire acondicionado, funcionando a pleno rendimiento, ya no da más de sí.

La responsable de una peluquería con seis años de recorrido también lo tiene claro: «Vamos a seguir como hasta ahora. Es inviable peinar a una señora y que, mientras, esté sudando la gota gorda. El aire tiene que estar puesto en condiciones». «El Gobierno no se aprieta el cinturón. Mucho ahogarnos a los demás, mientras ellos se pegan unos viajes de muerte y cosas así. Tendrían que bajar impuestos y dar ayudas a las pymes y a los autónomos. Estamos fritos. La cuota de autónomo va a volver a subir. Ya han cerrado 47.000 peluquerías y lo harán más. Deberían quitar asesores y chupatintas… que nos sirven para nada y a partir de ahí empezaríamos a mejorar», lamenta.

Tiendas de ropa a 18, 20 o 22 grados y, aún así, se nota el intenso calor propio de Andalucía. «Si ponemos el aire a 27 grados, aquí no entra nadie. No puede ser», comenta una dependienta que también tiene que recurrir a un gran ventilador para frenar el mercurio.

«Hemos intentado ponerlo a 27 grados, pero es imposible. Ya con 25 grados tenemos calor», comenta la trabajadora de una tienda de zapatos. Otras coinciden:»Los clientes se quejan con esas temperaturas».

En Cataluña también hay críticas entre los comerciantes. «¿Tú te crees que yo voy a permitir que mis clientes pasen calor? Pues no, voy a poner el aire acondicionado a la temperatura que me dé la real gana», exclama la joven propietaria de una tienda en Gerona, con establecimientos también en Jaén.

Medidas

Una semana después de su aprobación, la polémica por el decreto energético del Gobierno continúa más allá de entre los comerciantes. La reunión entre la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y los consejeros autonómicos de Energía acabó este lunes sin éxito. Las regiones lideradas por el Partido Popular reclaman la retirada de las medidas más controvertidas, algo que Ribera descarta de plano. En respuesta, la Comunidad de Madrid ya ha anunciado un recurso de inconstitucionalidad al entender que se están «poniendo en cuestión las competencias propias» de la comunidad autónoma, en concreto, las ligadas al comercio.

El Gobierno justifica estas reglas para los comerciantes para reducir rápidamente el consumo de energía con el objetivo de cumplir con los compromisos europeos derivados de la invasión rusa a Ucrania. Las iniciativas tendrán una vigencia hasta el 1 de noviembre de 2023.

Los espacios y establecimientos que incumplan el plan de ahorro y eficiencia energética aprobado por el Gobierno se enfrentan a multas de hasta 60.000 euros por infracciones leves, seis millones por las graves y hasta 100 millones por las muy graves.