Caso Brugal: el fiscal pide 10 años de cárcel para Castedo y Díaz Alperi, ex alcaldes de Alicante

caso Brugal
Sonia Castedo (PP), ex alcaldesa de Alicante.

La Fiscalía Anticorrupción solicita sendas penas de más de 10 años de prisión para los ex alcaldes de Alicante Luis Díaz Alperi y Sonia Castedo, ambos del PP, por favorecer, supuestamente, al empresario Enrique Ortiz en el diseño del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la ciudad.

Según han informado a Efe fuentes próximas al caso, el ministerio público les acusa de delitos continuados de revelación de información privilegiada, cohecho, prevaricación y tráfico de influencias en esta causa derivada del llamado ‘caso Brugal’.

El fiscal Anticorrupción de Alicante, Felipe Briones, ha presentado este jueves, en el Juzgado de Instrucción 5 de la capital provincial su escrito de acusación provisional contra los dos políticos, el propio Ortiz y los otros seis procesados en estas diligencias.

Además de las penas de cárcel, Castedo y Díaz Alperi se enfrentan a peticiones de inhabilitación de 29 años y 3 días para empleo o cargo público que implique los cargos de alcalde, teniente de alcalde o concejal de cualquier corporación local.

En cuanto al empresario Enrique Ortiz, el fiscal pide inicialmente para él penas que suman ocho años y tres días de prisión por un delito continuado de corrupción de autoridades o funcionarios públicos, aprovechamiento de secretos o información privilegiada, tráfico de influencias y prevaricación.

Estos tres procesados se enfrentan, igualmente, a solicitudes de multas que varían entre los 63,8 y los 126,7 millones de euros.

El escrito del fiscal Briones, que consta de 560 páginas y al que ha tenido acceso Efe, desgrana la relación de «íntima amistad» que mantenían los políticos con el empresario, aunque ellos procuraban que no «trascendiera al exterior».

Dádivas a demanda de los políticos

Ortiz ofreció presuntamente a los políticos entre 2008 y 2010 dádivas que «no se materializaban en actos puntuales por cada trato de favor urbanístico recibido, sino en un ofrecimiento permanente en cuanto pensara que sería del agrado de aquéllos, o dando satisfacción a los intereses conforme le eran demandados», sostiene.

La acusación pública cifra el importe de esas supuestas dádivas en 453.157 euros a favor de Díaz Alperi por un viaje en jet privado a la isla de Creta, aportaciones de capital a la empresa de uno de sus hijos o sobornos en efectivo.

En el caso de Sonia Castedo, la cifra estimada por el fiscal rondaría los 260.000 euros por diversos viajes de ocio, un coche o una chaqueta, entre otras cosas.

Según Anticorrupción, los dos políticos deberían haberse abstenido de todos los expedientes que afectaran al constructor por su amistad con él.

Por el contrario, señala, se prevalieron presuntamente de sus cargos para proporcionarle información reservada, vulnerando «sistemáticamente» la confidencialidad de los trabajos de revisión del Plan General «en favor de los inmensos intereses urbanísticos» del promotor.

Esa supuesta «connivencia» permitió al empresario y a sus empleados «marcar las pautas que más le beneficiasen y minimizar cuanto pudiera perjudicarle», adelantarse a la adquisición de terrenos que iban a ser recalificados en un futuro, siempre según la versión acusatoria.

En esta presunta trama de corrupción desempeñaron, según el fiscal, un papel fundamental otros dos acusados, los abogados Javier Gutiérrez y José Luis Castedo, el primero antiguo concejal socialista y el segundo hermano de la ex alcaldesa.

Para ellos, Anticorrupción reclama penas de diez años de cárcel, multas e inhabilitación tras acusarles de revelación de secretos, tráfico de influencias, prevaricación y cohecho.

La fiscalía pide provisionalmente para los otros cuatro acusados (dos empresarios y dos directivos de las sociedades de Ortiz, uno de ellos su hermano Virgilio) penas de entre tres meses y un año y medio de prisión por delitos de corrupción de autoridades o funcionarios.

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