España

Casado defiende los toros, la caza y la pesca: «Ábalos llama casposos a los españoles que van a los toros»

El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, ha defendido este lunes los toros, la caza y la pesca y ha cargado duramente contra el Gobierno socialista por apostar por la «prohibición» cuando no les «gusta» una actividad. «Que dejen de hablar de asesinos de toros, de asesinos de trucha y de asesinos de corzos», ha proclamado.

Así se ha pronunciado en una conferencia-coloquio en el Club Siglo XXI, en la que ha arremetido duramente contra las declaraciones del ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, asegurando que el PSOE tiene una visión que no tiene por qué «coincidir con esa casposa, de una España en la que todos» tienen que ser «cazadores o toreros».

«Y lo dice alguien que lo puede decir, porque mi padre fue matador de toros. Pero eso no me lleva a imponer a nadie su gusto ni su afición. ¿Quién tiene derecho a decir lo que hay que hacer? Solo ha faltado alguno que dijera que tenemos que ser cazadores y recolectores previos al neolítico. ¿Pero esto qué es?», se preguntó Abalos en un acto con militantes socialistas este domingo en Alcorcón (Madrid).

Casado considera que Ábalos está llamando «casposos a los españoles que cazan o van a los toros». «Eso es la ingeniería social del PSOE. Como a ellos no les gusta cazar ni ir a los toros, los que van a los toros o cazan, son casposos. Les pido libertad, que dejen de prohibir los toros, que dejen de demonizar a los cazadores o a los pescadores; que dejen de hablar de asesinatos de toros o asesinatos de truchas o asesinatos de corzos. Por favor, vamos a ponernos serios», ha exclamado.

En este punto, ha recordado a los socialistas que la caza genera 6.000 millones de euros y «da de comer» a 190.000 trabajadores. De la misma manera, ha señalado que el mundo del toro «emplea a 180.000 personas» y «representa tres mil millones de euros de movimiento económico».

A su entender, esa actitud evidencia la «la cerrazón de un Gobierno sectario, dogmático y, sobre todo, de un Gobierno que quiere decir» lo que hay que hacer. «Deje a la gente en paz, que asista al espectáculo que quiera y que haga lo que quiera los fines de semana, siempre y cuando no se meta en las libertades del resto», ha concluido.