España

Los acusados de Alsasua se acobardan en la Audiencia Nacional y niegan la brutal paliza

Jokin Unamuno, uno de los ocho acusados de la agresión de Alsasua (Navarra) a dos guardias civiles, ha afirmado este lunes ante el tribunal que le juzga por terrorismo que cuando entró en el bar donde ocurrieron los hechos se enfadó con los agentes porque le habían puesto cuatro multas.

«Le dije que menuda jeta que tenían porque se dedicaban a crujir a multas a los jóvenes del pueblo y que luego acudían a los bares», ha dicho Unamuno, que está en prisión provisional y se enfrenta a una petición fiscal de 50 años de cárcel.

«Yo no golpeé a nadie», ha seguido declarando Unamuno, que sólo ha accedido a responder a su abogada, para negar que la discusión que tuvo dentro del bar con los agentes fuera violenta.

Él, ha dicho, se quedó dentro del bar y no vio la agresión que tuvo lugar en la calle, donde los guardias civiles y sus parejas resultaron heridos y donde lo sitúan algunos testigos.

«Todo el mundo estaba bebido»

«No golpeé a nadie, ni dentro, ni fuera, ni en la puerta del bar», ha insistido el acusado, y ha dicho que no salió del establecimiento hasta después, cuando vio «al teniente tendido en el suelo y a una mujer encima suya como protegiéndole con el cuerpo».

Ha negado que perteneciera a ningún movimiento radical, aunque sí ha reconocido que fue él quién pidió permiso al Ayuntamiento de Alsasua, porque tenía alguna experiencia en ello, para la organización del ‘Ospa Eguna’ de 2016, que forma parte de las campañas de la izquierda radical abertzale para reclamar la expulsión de las fuerzas de seguridad del Estado del País Vasco y Navarra.

Unamuno ha insistido en que nunca tuvo intención de pegar a los guardias, ni de insultarles ni de provocar un altercado, ni tampoco acordarlo con alguien.

«Fue algo que hice inconsciente, estaba muy borracho», ha manifestado el acusado, que ha lamentado lo que ocurrió en un «contexto de fiesta, a las cinco de la mañana» y cuando «todo el mundo estaba bastante bebido».

Sólo responden a sus abogados

Adur Ramírez, otro de los acusados, ha afirmado que no estuvo en «toda la noche» en el bar Koxka, donde se produjeron los hechos, ya que se fue a casa antes, sobre las 2 de la mañana, y allí vio a sus padres.

Ramírez se enfrenta a una petición fiscal de 50 años de cárcel como uno de los principales agresores de los agentes y sus parejas en la madrugada del 15 de octubre de 2016 y hoy ha negado que siquiera presenciara los golpes.

Ramírez se ha negado a contestar a la Fiscalía y la acusación, pero sí lo ha hecho a su abogada, a quien ha relatado que él no estuvo en el bar sobre las 5 de la mañana, cuando ocurrieron los hechos, ya que sobre las 2 o 2 y media de la mañana se marchó a casa tras ver un partido de pelota.

Según su versión, se fue solo a su casa y cuando llegó comió algo. En ese momento, cuando él estaba en la cocina, ha relatado, llegaron sus padres que también venían de ver el partido.

Dicen que no odian a la Guardia Civil

Los ocho acusados de la agresión han negado también que tengan algún tipo de odio o animadversión hacia el Instituto Armado y han asegurado que no participaron en la pelea ocurrida la madrugada del 15 de octubre de 2016.

De igual modo, todos han negado pertenecer activamente a los movimientos Ande Hemendik u Ospa Eguna, que defienden la salida de las fuerzas de seguridad del Estado y de las Fuerzas Armadas del País Vasco y Navarra, aunque varios sí han reconocido haber participado en algún acto de los mismos que se han celebrado en la localidad.

Todos han coincidido en resaltar que el bar Koxka de Alsasua, donde ocurrieron los hechos, es un local «de pintxos» por el día y que por la noche bajan la iluminación y ponen música alta, normalmente «música comercial», como un «pub» donde se sirven copas.