España

Antonio Naranjo: «La actitud de Podemos recuerda a los años duros de Batasuna y del mundo abertzale»

«No hay ciudad donde gobierne un supuesto gobierno del cambio, desde Madrid hasta Barcelona, pasando por Alcalá de Henares o Cádiz, en la que la prensa no haya sido sometida a una presión constante de carácter institucional o personal». El periodista de EsDiario Antonio Naranjo tiene claro que las presiones del Podemos sobre los periodistas son reales, y vienen alentadas por los líderes del partido.

«A todos los que vamos a tertulias de televisión, muy a menudo nos hacen ese tipo de presiones a través de las redes sociales, que yo nos achaco a los líderes directamente, pero que creo que están inspiradas en ellos», asegura el periodista, que no duda de que estas avalanchas de insultos y amenazas están cuidadosamente coordinadas.

«No era una cosa casual, esto era una cosa perfectamente organizada desde los cuarteles generales de Podemos. He estado en tertulias en las que lo he visto en directo, cómo se movilizaban los líderes con un ejército a su alrededor que in situ hacían comentarios públicos, lanzaban mensajes y te acababan llegando». Y es que para Podemos, «parte de la estrategia mediática y pública prima hermana de la de considerar a todos los rivales políticos casta era la de considerar a todos los medios de comunicación enemigos».

No obstante, es consciente de que «forma parte del oficio recibir algún tipo de presiones», aunque también señala que estas reacciones no se producen a raíz de informaciones similares que afectan a otros partidos políticos. Por tanto, celebra que algunos profesionales se hayan atrevido a denunciar.

«Lo lamentable ha sido lo que ha tardado la profesión en darse cuenta. Algunos llevábamos mucho tiempo diciendo que el criterio con respecto a la libertad de expresión de Podemos, arrogándose una autoridad moral especial por encima de parlamentos, también se trasladaba a los medios. Ellos creían estar por encima del bien y del mal, que estaban tocados por una varita que les autorizaba a cualquier tipo de exceso», concluye.