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Yolanda Díaz y los «enemigos de España»: casi 10 millones de personas invierten en fondos de inversión

El 48,2% de las acciones de las empresas cotizadas se encuentra en manos de fondos extranjeros

  • Benjamín Santamaría
  • Economista, analista, conferenciante y máster de educación. Redactor de economía en OKDIARIO y autor de "La economía a través del tiempo" en el Instituto Juan de Mariana

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha aprovechado la firma del acuerdo de la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) con los sindicatos para arremeter contra los fondos de inversión, a quienes ha denominado como «enemigos de España». Sin embargo, alrededor de 9,6 millones de españoles participan en estos fondos y obtienen una rentabilidad que les permite sortear la situación económica del país.

En concreto, según los datos de la patronal Inverco, en España hay alrededor de 24 millones de cuentas de partícipes en fondos de inversión. Si se tiene en cuenta que hay una media de 2 o 3 cuentas por persona, alrededor de 9,6 millones de españoles participan en este tipo de entidades.

Sin embargo, para Díaz, los fondos «son los que están especulando con la vida de la gente», algo que les hace ser «los enemigos de España». Es decir, la ministra de Trabajo no tiene en cuenta que casi 10 millones de personas participan en estas inversiones, sacando un rédito recurrente.

De hecho, las familias españolas apuestan cada vez más por estas herramientas a la hora de invertir. «El crecimiento de los hogares que tienen participaciones en fondos de inversión es muy superior al de aquellos que tienen acciones. Desde el año 2008, los hogares con fondos casi se duplican (pasan del 5,6% al 9,6%), mientras en el caso de las acciones apenas aumentan 2 puntos porcentuales (del 10,3% al 12,5%)», siguiendo los últimos datos publicados por Bolsas y Mercados Españoles (BME).

Por otro lado, la vicepresidenta segunda del Gobierno de Sánchez también olvida que las empresas cotizadas españolas se desplomarían si desaparecieran estas entidades. En concreto, la capitalización se reduciría en un 48,2%.

Fondos de inversión en la Bolsa española

Ese es el porcentaje que está en manos extranjeras. Dentro de este grupo, «los principales inversores son los denominados institucionales, es decir, gestoras de fondos de inversión y de pensiones, fondos soberanos, compañías de seguros, fondos de Capital Riesgo o Private Equity e incluso bancos de inversión e intermediarios que mantienen carteras de acciones», según BME.

Así, de los 1,2 billones de euros de capitalización que tiene la Bolsa española, 578.000 millones de euros son propiedad de estas entidades. Un dinero que podría desaparecer si el Gobierno emprende una batalla abierta contra los que considera «enemigos de España».

Bolsa de Madrid.

Como ejemplos, BME explica que BlackRock «posee 30.600 millones de euros en cotizadas españolas, Vanguard Group con más de 21.800 millones, o Fidelity con casi 9.500 millones». «BlackRock era al inicio de 2024 accionista relevante de muchas grandes empresas españolas como BBVA (6,11%), ACS (5,16%), Enagás (3,96%), Repsol (5,9%), Santander (8,25%), Iberdrola (5,29%), Amadeus (5%), Cellnex (5%), CaixaBank (4,73%), y así hasta en 71 empresas españolas cotizadas en las que participa», expone la institución.

Otro de los fondos que más capital posee en las cotizadas españolas es el Norges Bank, herramienta que utiliza Noruega para invertir el dinero de sus pensiones. Esta entidad también es una de las principales inversoras «en la Bolsa española con participaciones que al cierre de 2023 se acercaban a los 12.500 millones de euros». Sus posesiones son «superiores al 3% en Repsol, Solaria, Iberdrola, Cellnex o Unicaja Banco; y entre el 2% y el 3% en Santander, BBVA, Amadeus, Telefónica, Fluidra, Viscofán o Sacyr, además de otras participaciones menores en hasta más de 60 cotizadas españolas».

En ese sentido, los fondos de inversión, especialmente los internacionales, refuerzan con su capital el Ibex 35. Su ausencia crearía grandes agujeros en las principales compañías españolas, dificultaría la emisión de deuda corporativa, paralizaría inversiones y encarecería la financiación, aparte del impacto que tendría sobre la economía doméstica.

Por tanto, el señalamiento de Díaz compromete el bienestar económico del sector privado español, así como el de los hogares y el de la Bolsa. Los fondos son necesarios para el desarrollo del sector privado y para contar con financiación suficiente que permite la expansión y la realización de grandes proyectos cuyos beneficios repercuten en todos los españoles.