Economía
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Wall Street: ¡plantado por la FED!

«Haz lo que es inteligente, no lo que es popular. No siempre es fácil hacer lo que no es popular, pero es ahí donde se gana el dinero. Compra acciones mal vistas a los ojos de los inversores descuidados y espera hasta que su valor real sea reconocido», John Neff.

Felices se las prometían mis queridos bajistas al arranque de la pasada semana tras ese nuevo desafío que acontecíamos con el cierre semanal ante las dudas de un posible acuerdo definitivo en el techo de deuda y el renovado miedo para con un mayor endurecimiento monetario por parte de los bancos centrales. Algunos inclusive, como nuestros colegas de J.P. Morgan empiezan a insinuar que los tipos de interés podrían llegar al 7% en EEUU, provocando un socavón en el sectorial bancario y devolviendo el miedo a las bolsas. Aún y así, lo cierto es que evaluando la amplitud del mercado, considero que continuamos con la tónica general de lateralidad y un ligero empeoramiento sobre los indicadores más cíclicos, en especial los materiales que en el caso del aluminio, el cobre, el carbón o el metal, están presionando de manera preocupante los soportes técnicos de largo plazo. Podríamos decir que el dinero ha buscado refugio en la narrativa de la inteligencia artificial, volviendo a la moda de las ‘mega cap’ tecnológicas, pero en este caso bajo la batuta de NVIDIA, que si me permiten el chiste fácil, se ha convertido en la envidia de Wall Street. ¡Pero ojo! que de narrativas se llena el mercado señores, y presumir de una capitalización de un trillón de USD no ha sentado nada bien a compañías que como Tesla, Amazon o Meta, han sufrido de lo lindo para mantenerse. Ya saben, lo difícil no se encuentra tanto llegar, como sí en mantenerse. Y claro está que el precio de NVIDIA escapa de cualquier raciocinio value, aunque es sin duda el anhelo de todo growth, ¿no les parece?

Y entre growth y value vuelve Mr. Market a las andadas, mientras sigue el soporífero mercado lateral en el que cotiza la realidad del resto del mercado, las ‘mega cap’ al mando parecen regocijarse ante muchos inversores que, o nadan en la abundancia de lo irracional, o siguen aburridos a la espera de la definición de un mercado tan tranquilo, como estresante. Y es que como secreto a voces que es, los jinetes del apocalipsis siguen insistiendo en recesiones, depresiones y cuentos chinos varios cada vez que el mercado meramente corrige. Así pues, los indicadores que mandan, los que podrían inclinar la balanza de la FED hacia el fin del ciclo de subidas, los jefes de la partida tienen nombre propio y se llaman ¡empleo e inflación! Mientras el mercado laboral siga sólido, la FED puede mantenerse relativamente dura sobre mantener o subir tipos de interés. Aquí en Europa, la Sra. Lagarde ha sacado el látigo, y ya se ve capacitada para anunciar dos subidas adicionales en el tipo básico. Sin duda lo considero un acicate para el euribor, que a medida que transcurra el año llenará de realidad económica las preocupaciones de los consumidores. «Las hipotecas con subidas del 50% en su cuota mensual», serán las delicias de un populismo desinformado. Pero lo cierto queridos míos, es que hay un rayo de esperanza en todo este impasse del mercado, y es que el comportamiento negativo de la industria Basic Materials trae de la mano una relajación de los precios que indica de manera clara que el shock de inflación se ha completado. Así lo vemos por ejemplo con el Baltic Dry Index, indicador del coste de flete marítimo que se ha desplomado un -65% ytd, es decir en lo que va de año. Este hecho, junto con la normalización de los indicadores de la cadena de suministros me hace pensar que el shock de oferta provocado por la era post pandemia se ha controlado, y que si bien los bancos centrales tienen autoridad para seguir manteniendo los tipos de interés elevados durante un largo periodo de tiempo, los buenos datos de inflación me hacen entrever que todas las miradas van a estar depositadas en el bueno del mercado laboral americano.

¿Y, qué pensamos en Blackbird Research, nuestra división de análisis, al respecto? Pues que lo primordial es mantener un sesgo de prudencia, el acierto que hemos tenido al apostar un 15% de nuestra cartera en las ‘big tech’ ha sido por ahora la parte positiva de un año en el que tenemos depositadas múltiples esperanzas. Está claro que el mercado deberá cohabitar con un entorno emocionalmente muy complejo, puesto que a medida que los tipos de interés vayan impactando los costes financieros variables de los consumidores, deberíamos de ir viendo un empeoramiento en los datos de empleo y de crecimiento. Este hecho, es sin duda lo que provocará un cambio en el sesgo de la FED y el fin de la subida de tipos, que es justo lo que esperamos para ver a Mr. Market romper definitivamente el mercado lateral al alza. Este escenario debería ser especialmente propicio para las compañías de riesgo, tales como las ‘small caps’ y en especial para el oro, que sigue sospechosamente estancado en la cercanía de sus máximos históricos esperando a que la FED le abra las puertas una vez decida relajar el mercado de deuda de largo plazo y presionar a unos tipos reales negativos. No me cabe duda de que ello sería un interesante trampolín para el metal amarillo.

Es cierto que este entorno turbulento y estresante se convierte en un claro desafío para todo operador, pero la experiencia nos ha demostrado que los mejores mercados alcistas han nacido de las peores dificultades. Es capital hacer lo que es inteligente, no lo que es popular. Puesto que no siempre es simple hacer lo impopular señores, pero es ahí donde se obtienen los mejores éxitos. Me atrevería a decirles que en la vida y en el Trading saber esperar el momento adecuado es elemental, y saber actuar en contra de la mayoría determina lo que en muchos casos separa el éxito del fracaso. Sin duda la determinación que se precisa para seguir confiando en tus posibilidades a pesar de lo que opina el entorno, es lo que más me estimula profesional y personalmente. Estoy convencida de que el tiempo seguirá premiando mis ideas, al fin y al cabo todas las guerras son santas, os desafío a que encontréis un beligerante que no crea tener el cielo de su parte.