Economía
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Wall Street; ¡la incertidumbre acecha!

“Puede ser muy caro, tratar de convencer a los mercados de que tienes razón” Ed Seykota

Amé a Kant por enseñarnos a medir la inteligencia del individuo por la cantidad de incertidumbres que es capaz de soportar, con esa premisa me crié, luché y vencí. Creo férreamente que cada variable es una posibilidad, cada posibilidad una incertidumbre, y cada incertidumbre una oportunidad para mi. Por ello, una de las muchas cosas que me fascinan del trading es la imperiosa necesidad que muchos traders tienen de reducir la incertidumbre.

Y es que desde la posición de responsabilidad que me corresponde para con mi carrera profesional, al mando de una mesa de negociación tan importante como lo es la de Blackbird Bank, me atrevería a afirmar sin tener datos empíricos que en la Bolsa se pierde dinero especialmente por tres factores; apalancarse, sobreoperar o aferrarse a una posición perdedora. Y si algo tienen en común este trío calavera de sesgos es la maravillosa inteligencia emocional. Por este preciso motivo siempre advertimos que el 60% del éxito en el trading corresponde a la psicología y que además, nuestro trabajo consiste en gestionar el riesgo y dejar correr las tendencias.

Eso simplifica de algún modo la solución a los tres sesgos elementales del mal trader, puesto que si dejamos correr las tendencias y cortamos las pérdidas eliminaremos de facto dos, de tres sesgos, evitando sobreoperar y aferrarnos a una posición perdedora. ¿El tercero? corresponde al apalancamiento, y éste es simple y llanamente sentido común, el menos común de los sentidos… Pero, como siempre he defendido, la incertidumbre es nuestro hábitat natural y no solamente hay que aceptarla sino que hay que amarla, siempre.

Y sí, es así como la incertidumbre ha vuelto a castigar a los inversores, que han visto ya la décima semana consecutiva en el futuro del NASDAQ 100 en la que los precios se han mantenido en un largo, estrecho y desquiciante rango de 900 puntos. Y claro, ante la necesidad imperiosa de obedecer a la mera razón del sesgo predictivo, la volatilidad desespera semana a semana a aquellos que defienden la aceleración del mercado alcista o su drástica corrección. Y ese debate que no obedece a otra razón que el simple hecho de su propia definición, no debería tardar.

He de confesar que esto me resulta tan absurdo que se resume en la hipótesis de la moneda al aire o del 50%. Así de simple es a veces Mr. Market, puesto que los argumentos que pesan sobre el ajuste drástico del mercado son a día de hoy más plausibles que lo contrario, pero lo cierto es que la única razón que impera a corto plazo en los mercados ¡es la tendencia! Así pues, con la dificultad y el riesgo que supone acertar el punto clímax de un mercado, lo cierto es que observar las bolsas desde la comodidad de respetar y entender sus tempos, es siempre un punto a favor como operadores profesionales.

Como les he venido explicando estas semanas, el mercado se debate entre acelerar la tendencia al calor de un Plan Biden que sigue en tela de juicio en Estados Unidos y el New Generation Fund en Europa, o corregirla bajo el pretexto de un tapering cada vez más condicionado por una inflación preocupante por más que les pese a las transitorias palomas de los bancos centrales de turno. La pérdida del soporte en los 15.600 puntos del futuro del NASDAQ 100 es todo un aviso para navegantes, que bien podría confirmarse la próxima semana y declinar la balanza a un nuevo evento de volatilidad que acercará en primera instancia al selectivo tecnológico a la zona de los 14.750 puntos, nivel elemental para aquellos que ya se han tragado que el mercado es SIEMPRE alcista ¡mon dieu!

Pero por más que un evento de volatilidad sea siempre confuso para el operador medio, hay que estar siempre preparados para captar los mensajes que nos ofrece el mercado. Como economista y apasionada de la materia, les diré que lo primero es controlar el mercado de deuda; por ahora la curva de tipos sigue estable, por más presión y volatilidad que veamos en un mercado de renta fija, que se ha convertido en un auténtico bingo barato. Por un segundo lado, atendamos a la convicción que como traders debemos tener sobre la tendencia y sobre los factores implícitos que la sujetan.

El entorno de bajos tipos de interés y expansión monetaria ha terminado y estamos de lleno en un nuevo paradigma de inflación, subida de tipos y expansión de balances de los Estados. Esto señores es algo nuevo para muchos traders que están en el mercado con una experiencia máxima de 10 años, que no conocen otra cosa que no sea el growth a cualquier precio, algo que por supuesto no es criticable, pero que sin lugar a dudas les deja bastante fuera de partido en el momento que un nuevo ciclo se imponga de manera definitiva en los mercados. ¡Mucho cuidado, pues!

Como les exponía la semana pasada, 2022 se antoja como un año apasionante y lleno de retos, en los que aconteceremos grandes cambios en los aspectos clave que han liderado la economía global durante nada menos que los últimos 12 años, bajo grandes transformaciones en la cotidianeidad de nuestras vidas como lo son la movilidad de las personas y la gran transición energética hacia las energías limpias o no contaminantes como la solar o la nuclear; el liderazgo económico de China y una nueva revolución tecnológica como podría llegar a ser el metaverso impulsado por Mark Zuckerberg.

Pero como siempre mantengo, mis fieles lectores, deberemos atender con humildad a Mr. Market, para ver si nuestras hipótesis se ven reafirmadas por hechos en forma de tendencia, puesto que si algo estoy obligada a recordar como trader profesional es que por más argumentos lógicos que pueda tener, puede ser muy caro tratar de convencer a los mercados de que tengo razón. Y esa, y no otra, es precisamente la esencia del combate emocional que nos hace exitosos en los mercados. Ya saben, el punto de partida de todo logro es el deseo.

Gisela Turazzini, Blackbird Bank owner founder CEO