Economía
CRISIS DE LA VIVIENDA

Valeria Racu: así es la portavoz del Sindicato de Inquilinas que instigó los impagos en Londres

  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

Valeria Racu, la portavoz del Sindicato de Inquilinas e inquilinos que promovió la manifestación en Madrid y que alienta una huelga de alquileres consistente en no pagar, viene de realizar una práctica similar en Londres, promovida por un sindicato universitario del que cobraba más del doble del salario mínimo en España.

Racu ha sido erigida como portavoz del Sindicato de Inquilinas e Inquilinos, constituído fundamentalmente en redes, pero que cuenta con un email de contacto a través de su web. Desde hace días niegan desde el sindicato que tengan ningún tipo de «portavoz», pero así se ha presentado en distintas entrevistas en medios y podcast varios. Igual que hiciera en Reino Unido, donde tuvo diferentes entrevistas, entre ellas en el Financial Times.

Valeria Racu, desde el sindicato del que ahora forma parte, incentiva lo que llama una huelga de inquilinos, promoviendo el impago de los alquileres, y ha matizado en varias ocasiones que «de momento no hay que hacerla». Cree que «hay que buscar fecha» y asesorarse acerca de cómo hacer esa huelga, «para evitar repercusiones negativas».

¿Quién es Valeria Racu?

La joven, de 29 años, de origen moldavo y español, lleva más de un lustro vinculada a movimientos sindicales, con especial atención al sector de la vivienda.

Estando en Londres, en el año 2020, era co-presidenta del área de Bienestar y Campañas del sindicato SOAS, de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de la Universidad de Londres. En las elecciones de marzo de 2019 logró un puesto, y estuvo hasta mediados de 2020, desde donde incentivó un de esas huelgas de impago de los inquilinos. Cobraba casi 30.000 libras por 35 horas semanales en este puesto sabático. Por encima, holgadamente, de las 22.000 libras que suponen el salario mínimo.

Desde allí, tres meses después de arrancar la pandemia, Racu lideró distintas manifestaciones para protestar por los precios de los alquileres. En Reino Unido, las promotoras y empresas propietarias de pisos de alquiler convinieron una pequeña quita para determinados colectivos alquilados. Sanctuary Students no realizó ninguna rebaja y eso terminó llevando a que cerca de 200 inquilinos iniciaran esta huelga de alquiler, que no deja de ser un impago.

Ejemplo de «huelga de alquileres»

El ejemplo de Londres no es el único que Racu utiliza en sus argumentos. La realidad es que impagar puede traer verdaderos problemas a los inquilinos que secunden esta iniciativa, porque supone un delito, y no existe una regulación para realizar este tipo de paros.

Dice Racu que las huelgas de inquilinos «están permitidas en Estados Unidos», aunque no es la realidad de lo que ocurre allí.

Desde 2022 existen en algunas ciudades, como San Francisco, regulaciones para sindicar a los inquilinos, y les permite realizar ciertas protestas, pero no impagar como tal el alquiler. De hecho, los inquilinos de 55 edificios de San Francisco se asociaron para pedir mejoras: tarifas más bajas por los servicios públicos, reparaciones más rápidas en sus hogares… La ley permitía que hicieran esa suerte de huelga, pero no que no pagaran.

El dinero que debían abonar, mientras se resolvía su cuestión, quedó en un fondo fiduciario, que finalmente realizó el pago una vez llegaron a un acuerdo. La ley protege a los inquilinos que quieran utilizar espacios comunes para organizar actividades o invitar a defensores para hablar con los residentes sobre sus derechos. En ningún caso se permite el impago.

Incluso esa ley en Estados Unidos tiene una serie de límites, puesto que no permite realizar las acciones descritas contra propietarios que no sean grandes tenedores de viviendas. Para eso, hay que recurrir a la justicia ordinaria, pero no se pueden llevar a cabo este tipo de impagos.

En España, más del 90% de las viviendas en alquiler pertenecen a pequeños propietarios, así que, aún adaptando la leu estadounidense, no se lograría lo que espera Racu. Por eso anima a la huelga pero «todavía no», porque podrían darse situaciones muy graves para quienes secunden esta iniciativa.