UGT pierde fuerza: reduce un 10% los ingresos por las cuotas de los afiliados en 2019
La Unión General de Trabajadores (UGT) pierde fuerza. El sindicato que lidera Pepe Álvarez ha ingresado en 2019 un 10% menos que el año anterior por las cuotas de los afiliados, lo que evidencia la pérdida de apoyo económico que está recibiendo del conjunto de los trabajadores del país. Según la ‘Cuenta de Gestión’ del pasado ejercicio publicado recientemente por la central, UGT facturó 8,80 millones de euros en 2019 por las cuotas de afiliados, frente a los 9,67 millones ingresados en 2018. La diferencia es de 870.000 euros, el citado 10%, y devuelve al sindicato a la senda a la baja en este tipo de ingresos.
De acuerdo con las cuentas de gestión de años anteriores, UGT ha ido reduciendo sus ingresos por afiliados desde 2015 hasta llegar al mínimo en 2017, año que cerró con unos ingresos de ocho millones de euros -en 2015 facturó 13,48 millones-. En 2018 cortó esa racha a la baja y aumentó su apoyo económico hasta los 9,67 millones. En 2019 vuelve a caer, hasta los 8,80 millones.
Estas cifras de ingresos se producen pese a que las cuotas que cobran mensualmente a los afiliados se han mantenido estables en los últimos ejercicios. En 2018, la cuota básica -aquella que no tiene ningún tipo de reducción en función del patrimonio o la edad del afiliado- se situaba en los 12,50 euros -aunque luego cada federación o empresa podía subirlo-, mientras que en 2019 la cifra fue similar. Para 2020 ha subido hasta los 12,75 euros.
UGT ha ingresado en 2019 un 10% menos que el año anterior por las cuotas de los afiliados, lo que evidencia la pérdida de apoyo económico que está recibiendo del conjunto de los trabajadores del país
Esta pérdida de apoyo ha alejado un poco más a la UGT de su sindicato rival, Comisiones Obreras, que ha cerrado el ejercicio pasado con un importante incremento en los ingresos por afiliado, que han sido finalmente de 12,78 millones de euros según la Memoria de este sindicato. En 2018 ascendieron a 11,70 millones.
Menos afiliados a las centrales
Los dos principales sindicatos han reconocido pérdida de afiliados en los últimos años, aunque se trata de un dato que no suelen aportar habitualmente. Uno de sus sindicatos rivales, CSIF, que lidera la representación de los trabajadores en el sector público, aseguró hace unos meses que entre CCOO y UGT habían perdido medio millón de abonados en diez años. Según sus datos, entre los dos sumaban el año pasado 1,8 millones de afiliados.
Lo que sí se sabe es que en 2008 la afiliación ya era baja, con solo un 17,5% de los empleados apuntado a alguno de los sindicatos nacionales. Sin embargo, en 2018 se había reducido al 13,6%, la más baja de toda la serie histórica. En los países nórdicos el porcentaje de afiliación llega al 50%.
La afiliación a un sindicato en España ya era baja en 2008, cuando un 17,5% de los empleados estaba apuntado a alguno de los sindicatos nacionales; en 2018 se había reducido al 13,6%
Se da la circunstancia de que UGT ha aprovechado el atasco en el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) a la hora de aprobar el ingreso mínimo vital y en el Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE) en pagar los ERTE para intentar ganar afiliados, como publicó este diario.
La pérdida de apoyo de los trabajadores se aprecia en la menor afluencia de manifestantes a las convocatorias de las grandes centrales. La tibieza de UGT, principalmente, en el proceso independentista en Cataluña también ha afectado a su imagen en el resto del país.
Aumentan los gastos de personal
Mientras los ingresos por afiliados decrecen, los gastos de personal del sindicato van aumentando. El año pasado UGT cerró con unos costes en salarios de 8,13 millones de euros, frente a los 7,6 millones de un año antes, en 2018.
En el caso del sindicato liderado por Pepe Álvarez, que sustituyó en el cargo en 2016 a Cándido Méndez, no publica los sueldos de la cúpula, algo que sí hacen las empresas públicas y las cotizadas en Bolsa. También lo hace ya Comisiones Obreras, cumpliendo con las normas de Transparencia, aunque lo limita al conjunto de los 16 miembros de la Comisión Ejecutiva Confederal -según las últimas cuentas, y como publicó este diario, el salario de la cúpula ha crecido un 46% mientras el de los empleados crece un 2%-.
El resultado definitivo de las cuentas anuales de UGT registran un beneficio de algo más de 32.000 euros -con unas subvenciones públicas de 5,76 millones, un 9% más que en 2018-, lo que supone reducir sus ganancias respecto a 2018 -cerró con más de 92.000 euros de beneficio-.
UGT y CCOO centran ahora su batalla en la aprobación de la subida del SMI a 1.000 euros. Álvarez señaló hace unos días que «la paciencia de los sindicatos no es infinita».
Temas:
- Pepe Álvarez
- UGT