Economía
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¡Un títere en La Moncloa!

«Cada regulación es una restricción de la libertad; cada regulación tiene un coste», Margaret Thatcher.

Quiero pensar tanto como quiero creer, que la izquierda moderada de este país, que a la postre es la gran mayoría, está en desacuerdo con la deriva de este Gobierno y quiero creer y quiero pensar, que el sentido común sigue abanderando a una amplia mayoría de votantes, que deben o al menos deberían, estar desengañados con la desviación comunista de un gobierno que es capaz de ceder el control del poder a las minorías radicales de España, a cambio de mantenerse al frente de La Moncloa. Por este motivo detesto parte de la democracia. ¿Sería demasiada honradez renunciar al cargo con tal de seguir sus promesas electorales?, ¿sería demasiado pedir que fuera aceptado por todos que quien gana las elecciones gobierne con el objetivo de buscar mayorías en el seno del parlamento? Este fanatismo ideológico reinante en España se ha convertido en una espada de Damocles para el partido que lidera, viéndose tan condicionado precisamente por tales minorías que en la práctica ejecuta más el plan de gobierno de los partidos extremistas, que no sus políticas propias. Y esto queridos, se llama desvarío.

La última del sanchismo es la Ley de la Vivienda. Mientras el equipo de Podemos trata de exacerbar su idiotismo político con medidas absurdas para tratar de curar sus propias heridas tras implosionar el populismo mediocre de Yolanda Diaz; Pedro Sánchez trata de sacar pecho con un recital de viviendas sociales que, aunque se le haya olvidado, necesitan inversión y exigen seguridad jurídica. Así somos los del capital privado, ¡unos dementes!

Obviamente no estoy en contra de medidas que estimulen la oferta, puesto que al fin y al cabo una persona resolutiva debería sentarse a analizar el problema. Y el problema de la vivienda en España, es la oferta. Como explicaba en el programa del que soy colaboradora ‘La Sexta Xplica’ en el debate sobre la Ley de la Vivienda, se deberían combinar reformas estructurales que faciliten la creación de viviendas con medidas coyunturales que ayuden a nuestros jóvenes a tener acceso a una vivienda digna. Parece que dentro de este disparate sin sentido de Sánchez, ha propuesto el ICO con aval del 20% del Estado para facilitar la adquisición de vivienda. Gracias por ver el programa y escucharnos, Sr. Presidente…

Cierto es que la burbuja en España no tapó esas carencias degenerando en la burda especulación inmobiliaria, pero el problema de la especulación no es tanto consecuencia de los mal llamados «fondos buitres», sino consecuencia de la corrupción de alcaldes y de directores de zona de algunas cajas de ahorros sobornados a cambio de financiación y metros de edificación. Si se siguen los criterios de cualquier departamento de riesgos de la banca comercial no se permitirían excesos, y por supuesto se realizarían más controles a los concejales que ostentan la responsabilidad de regular el plan de urbanismo. Yo directamente creo que esta función debería estar privatizada. ¿He oído a alguien volver a llamarnos dementes?

En fin, si logramos comprender que el problema de la vivienda es de obstrucción de la oferta, entonces podremos comprender que necesitamos estimular a la iniciativa privada para que construya, ¿cómo? facilitando y flexibilizando. Por supuesto que el gobierno debe incentivar la vivienda social, y eso pasa por menos regulación y mayor seguridad jurídica. ¿Acaso alguien va a asumir un riesgo inversor con la nueva Ley de la vivienda? ¡seamos serios señores! Si a usted le dicen que si invierte en el mercado inmobiliario español, si hay inflación no podrá subir el precio de la renta, si hay morosidad y ocupación tendrá dificultades para el desahucio, y si vende antes de dos años la vivienda le van a expoliar un 20% del beneficio, ¿usted se plantearía asumir un riesgo con estas condiciones? Y para más inri, la última es la de topar las hipotecas a tipo variable. Pero vamos a ver, ¡qué atrevida es la ignorancia! ¿Me pueden decir quién es el cum laude que grita a los cuatro vientos que los bancos ganan más dinero con las hipotecas variables? Díganle que me llame, por favor.

Al tema, la banca tiene un diferencial comercial al euríbor que es su margen, éste es exactamente el mismo cuando los tipos están al 0% que al 10%. En todo caso, es con la Sra. Lagarde con quien se tiene que hablar, como ya he mantenido. Es cierto que los bancos ganan más dinero con la subida de tipos, pero por los depósitos que tienen resguardados en el banco central, ¡NO por la subida del precio de las hipotecas! De hecho, para ser honestos, durante los últimos 10 años la malvada banca ha estado pagando un 0,50% por mantener nuestros depósitos como consecuencia de los tipos negativos. Ahora que tienen un balón de oxígeno, ¿resulta que los bancos son delincuentes…? Veredicto: Ignorancia financiera demostrada, populismo barato y argumentos de esa España de Paco Martínez Soria. ¿A quién pueden engañar? A mi no.

Esta perversa España dirigida por las minorías extremistas se le ha ido de las manos a un Sánchez que se ha convertido en un títere en manos de Podemos y compañía, que ha hecho de la mentira su salvoconducto y de la hipocresía su política. Un gobierno incompetente y fanático que lucha en contra del sentido común y en favor de medidas populistas con una única intención: ¡el poder! y me avergüenza.

Cualquier tiempo pasado parece mejor, o eso dicen. Tiempo en el que existió una persona honesta e intransigente que supo comprender que a veces el mal general era bueno para todos, y que luchar contra el populismo con audacia era lo que se tenía que hacer. Bonitas ventajas de haber leído a Hayek en vez de a Marx, como la de hacer bandera al sentido común y no al fanatismo. Señores, ¡regular nos hace menos libres! Esta persona pasó a la historia como la dama de hierro, una de las mujeres políticas más respetadas y respetables de una generación que tenía la honradez de aceptar y honrar el poder sirviendo al pueblo, y que sabía que cada regulación suponía una restricción de la libertad y un coste, un coste que les adelanto que en la España del Sanchismo no vamos a poder pagar. ¿Qué opinaría nuestra excelentísima Margaret?