¿Qué tipos de depósitos bancarios existen?
Hasta hace unos años, los depósitos bancarios eran un instrumento muy utilizado por las familias y empresas en general. Consisten en invertir un importe en un plazo determinado y recibir a cambio una rentabilidad conocida en el momento de realizar la imposición.
En un contexto de tipos altos como hace unos años, era posible encontrar depósitos que ofrecían rentabilidades importantes. Ahora bien, con la política de rebaja de tipos del Banco Central Europeo, el tipo de los depósitos ha caído en picado. Hoy en día, es complicado encontrar depósitos que ofrezcan rentabilidades superiores al 0,15% anual. Se trata de un porcentaje muy inferior al incremento de los precios (inflación). Por lo tanto, el inversor que opta por un depósito, hoy en día, sufre una pérdida de poder adquisitivo.
Con todo, nos encontramos ante una situación excepcional. Se espera que, en unos años, los tipos vuelvan a subir y, con ello, las rentabilidades de los depósitos. Será entonces cuando, seguramente, volverá a incrementarse su contratación.
¿Qué tipos de depósitos podemos encontrar?
De acuerdo a su liquidez y riesgo, es posible contratar los siguientes tipos de depósitos:
- A la vista: a la práctica, son depósitos que funcionan como una cuenta corriente. Ofrecen una rentabilidad extremadamente baja, pero a cambio son muy líquidos. Es decir, es posible retirar el dinero invertido en cualquier momento sin necesidad de hacer frente a ninguna comisión por ello.
- A plazo: el cliente se compromete a que su dinero permanezca en la entidad financiera durante un plazo determinado (que puede ser variable, desde un mes a hasta cinco años) a cambio de recibir un interés conocido en el momento de la firma del contrato. En este caso, normalmente, no existe la opción de retirar el importe (de forma parcial o en su totalidad), a no ser que se pague una importante comisión para ello.
- Estructurados: es un tipo de depósito en el cual no se conoce cuál será su rentabilidad hasta el momento que llega al vencimiento. Normalmente, se ofrece un interés de acuerdo a la evolución de un índice o conjunto de acciones. En el peor de los casos, para no ahuyentar a los perfiles más conservadores, como mucho se penaliza sin interés si no se cumplen las condiciones, pero no se acostumbra a penalizar si el índice de referencia o acciones sufren caídas.
- Mixtos: un porcentaje determinado de la inversión es a plazo fijo a un tipo conocido mientras que la otra invierte en otro instrumento financiero, normalmente un fondo de inversión. Para atraer a los clientes, se ofrece un tipo de interés más atractivo que en los depósitos a plazo para la parte fija. Ahora bien, existe el riesgo de perder parte del dinero invertido si un mal desarrollo del fondo de inversión acarrea unas pérdidas superiores al tipo de la parte fija.
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