Francisco Coll Morales es Economista y Coordinador del Servicio de Estudios de Fundación Civismo

La subida de impuestos que prepara el Gobierno castigará a la clase media

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Pedro Sánchez, en una sesión de control al Gobierno durante su respuesta a Pablo Casado.

El gran deterioro al que se enfrenta la economía española ha obligado a los distintos líderes políticos en España a evaluar medidas que, una vez se disipe la tormenta, traten de corregir una situación en la que no se encuentra sostenibilidad alguna. Una situación que, según las últimas  proyecciones del Banco de España, podría hundir el PIB hasta un 15% en el peor de los escenarios, aumentando la vulnerabilidad económica y financiera del país.

De acuerdo con el organismo, el escenario proyectado para cuando la crisis se disipe nos deja un deterioro aún mayor de las cuentas públicas, que situaría el nivel de deuda en el 122% del PIB, tras la inyección de unos estímulos públicos de la Unión Europea que deberán ser devueltos en, como poco, un 50%.

En cuanto al déficit, se espera que supere el anecdótico umbral del 10%, llegando a situarse en el 11%; en este sentido, un déficit que, como recoge la AIReF, se cifra en los 150.000 millones, llegando a estabilizarse en los 110.000 millones en el próximo año. Sobre el desempleo, podría llegar a superar el 22%, con una tasa de paro juvenil de hasta el 40%.

Este breve resumen muestra el claro deterioro que vivirán las cuentas públicas en España, así como la necesidad de revertir dicha situación para regresar a los niveles previos -que ya eran muy corregibles- a la crisis que hoy nos acontece.

Por el lado de los europeos, las soluciones son bastante claras: España debe adoptar medidas en materia de ingresos fiscal, así como medidas de ajuste de gasto que, por otro lado, deben cumplir una serie de condiciones establecidas. Estas son las órdenes que, por el momento, ha dado Bruselas a España para optar a un rescate que, en su caso, dotaría al país con el segundo mayor flujo de ingresos, después de Italia.

Sin embargo, entre las subidas de impuestos que solicita Bruselas, y atendiendo a la situación que debe corregirse, estamos hablando de una subida de impuestos que, pese a haberse pronosticado para las clases altas y grandes empresarios, acabará llegando para el conjunto de la economía española; afectando, como era de esperar, también a las clases medias.

Y es que, si atendemos al contraste con los homólogos europeos, precisamente no son las clases altas las que mayor brecha presentan en la recaudación fiscal con la Unión Europea. En este contexto, los beneficios empresariales, así como el pago de impuestos de aquellos ricos que, atendiendo a los criterios, superan la mediana en un 200%, se encuentra equiparado con los parámetros que recogen los países homólogos. España, junto a otros países como Reino Unido, se encuentra entre los países en los que los ricos contribuyen en mayor medida con el país.

Precisamente, en conclusión, son las clases medias las que deberían abonar, y abonarán, el diferencial resultante que muestra España y que recogen los indicadores. Un diferencial que, a través de impuestos indirectos, así como subidas impositivas a las rentas, tratará de corregir un diferencial que, siendo explicado por la diferencia salarial entre los países miembros del bloque comunitario, se muestra en el país.

Así, pocas razones quedan para seguir ocultando esa temida subida impositiva que, nuevamente, deberán afrontar el conjunto de ciudadanos españoles. Una subida impositiva que, de nuevo, volverá a mermar el trabajo, el ahorro, así como el patrimonio los españoles que, atendiendo a la cuña fiscal que presenta España en relación a los países miembros de la OCDE, ya contribuyen, en términos relativos, con un elevado pago de impuestos.

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