Economía

¿En qué situaciones es preferible subcontratar?

Una empresa realiza muchas actividades distintas que no necesariamente tienen una dirección directa con el núcleo central de su actuación. Ahora bien, aunque no formen parte de las acciones que generan la parte más importante del beneficio, son igualmente necesarias para el funcionamiento general de la compañía.

Todo el trabajo administrativo, por ejemplo, no genera un beneficio por sí mismo. Igualmente, es imprescindible para cumplir todas las exigencias legales ligadas a aspectos como el pago de los tributos, el mantenimiento de ficheros de información, asegurar una correcta protección de datos, llevar a cabo las actividades más cotidianas del día a día, responder las dudas u objeciones que llegan de parte de los clientes…

Conscientes de este hecho, hay distintas empresas que se especializan en la realización de todas estas tareas. Al limitarse a ellas, disponen de un amplio conocimiento sobre cómo afrontarlas de la forma más productiva posible y con unos costes inferiores a los que soporta una empresa en su estructura.

En caso de que sea así, la compañía puede optar por subcontratar estas actividades a estas empresas especializadas. Es decir, delegar la realización de éstas.

¿En qué casos es rentable subcontratar?

A continuación, mostraremos en qué casos a una empresa le podría salir a cuenta subcontratar determinados servicios: