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Las sanciones no funcionan: Europa compra 3.500 millones de gas ruso en seis meses y busca cómo vetarlo

Europa ha incrementado las compras de gas a Rusia en los últimos meses pese a las sanciones aprobadas

Pese a haber aprobado ya 14 paquetes de sanciones contra Rusia por su invasión de Ucrania en febrero de 2022, el último antes de verano, Europa sigue siendo el primer comprador del mundo de gas natural licuado (GNL) ruso y, en los últimos meses, incluso ha aumentado las importaciones de gas al país de Vladimir Putin.

En los seis primeros meses del año las compras de gas ascienden a 3.500 millones de euros, un 11% más. Rusia se ha convertido en el segundo proveedor de esta energía de la Unión Europea, por delante de Qatar. España está entre los tres primeros importadores europeos de GNL ruso, con Francia y Bélgica. Los tres suman el 87% del GNL que importa Europa de Rusia.

Aunque Europa ha conseguido eliminar las compras de carbón y petróleo de Rusia, el gas sigue dando ingentes cantidades de dinero a Putin para mantener su guerra en Ucrania. La dependencia de los países de Europa del gas ruso ha caído desde el inicio de las sanciones del 45% al 18% actual, pero las alarmas han saltado debido a que en los últimos meses la curva se ha dado la vuelta y vuelve a subir.

Así lo admite el próximo comisario de Energía de la Comisión Europea, el socialdemócrata danés Dan Jørgensen, en el documento con sus respuestas a las preguntas que les van a realizar los eurodiputados en su examen ante el Parlamento europeo el 5 de noviembre, previo a su nombramiento como comisario.

Jørgensen admite el incremento de las compras de GNL a Rusia pero lo limita a sólo uno ó dos bcm (miles de metros cúbicos) de gas mensuales y lo sitúa dentro de «las dinámicas del mercado». «No crea dependencia del gas ruso», señala en referencia a ese incremento.

Pero, al mismo tiempo, señala que Europa tiene que reducir sus importaciones de gas ruso, y avanza que va a trabajar para poner de acuerdo a todos los socios europeos y sacar adelante un nuevo paquete de sanciones en el primer trimestre de 2025 con el objetivo de reducir aún más las compras a Rusia.

No será fácil, puesto que hay países como Hungría que dependen casi exclusivamente del gas que llega de Rusia por gasoducto. También Austria y Eslovenia están en esta misma situación. Precisamente por eso no ha sido posible alcanzar un acuerdo para que Bruselas vetara el gas ruso como sí hizo con el petróleo.

Ese gas llega desde un gasoducto que pasa por Ucrania, pero este país ya ha advertido que en 2025 cerrará el tránsito de gas por tubo a Europa. Problemas para estos tres países puesto que tienen contratos a más largo plazo con Rusia.

Es lo que le sucede a España. Es uno de los tres grandes compradores de GNL ruso debido a que Naturgy y Repsol tienen contratos a largo plazo firmados desde antes de la invasión. Por eso, pese a las presiones de Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica y próxima comisaria europea de Competencia y Transición Verde, no han dejado de comprar gas a Rusia. Tampoco el gobierno español ha vetado las compras de gas ruso, como les permite Europa desde una norma aprobada a principios de año.

Pero el problema para Europa de esa decisión de Ucrania sería un posible incremento de los precios del gas, que expertos estiman podría alcanzar hasta el 20%. El almacenamiento de gas, en el que Bruselas también ha insistido y ha obligado a los países a tener llenos los almacenes, es una de las claves para hacer frente a un posible corte del gasoducto.