EMPRESAS

La reforma laboral hunde a las pymes: sube el coste por trabajador un 5% mientras cae la productividad

Las pymes registran una productividad un 1% menor que en 2019 y un 4,7% más baja que en 2011

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El presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva.
Benjamín Santamaría
  • Benjamín Santamaría
  • Economista, analista, conferenciante y máster de educación. Redactor de economía en OKDIARIO y autor de "La economía a través del tiempo" en el Instituto Juan de Mariana

La reforma laboral y medidas como las reiteradas subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) han tenido consecuencias negativas sobre las pequeñas y medianas empresas (pymes). Las políticas del Ministerio de Trabajo, liderado por Yolanda Díaz, han provocado un aumento en los costes laborales de estas mercantiles del 5,2% en el tercer trimestre del 2023, según el informe Indicador Cepyme de Situación de las Pymes elaborado por la confederación de empresarios que lleva el mismo nombre.

El aumento del gasto por trabajador no ha sido provocado por una subida de la productividad, sino que ésta ha descendido un 0,9% en el mismo periodo. «Las pymes registran una productividad un 1% menor que en 2019 y un 4,7% más baja que en 2011», explica la organización.

Golpe laboral a las pymes

Cepyme advierte en el documento que las medidas del Gobierno están provocando una «ralentización de la actividad y las ventas coexistente con mayores rigideces que dificultan la adaptación de las empresas a la coyuntura».

Es decir, las políticas de Sánchez obstaculizan el desarrollo de las pymes mientras los impuestos y las reformas del SMI provocan subidas en los costes. «El esfuerzo financiero de las pymes se multiplica por 2,5 en tan sólo un año», afirma la confederación de empresarios.

La situación límite provocada por el Ejecutivo hace que las empresas retrocedan décadas. Según Cepyme, «los costes laborales encadenan nueve trimestres consecutivos con incrementos interanuales de al menos del 5%, algo que no sucedía desde 1994».

«Las caídas de productividad implican para las pymes mayores costes y menor rentabilidad», explica Cepyme. La organización defiende que el contexto macroeconómico actual «desaconseja subidas acumulativas de los costes laborales como las que vienen soportando las empresas en los últimos años vía aumento del SMI y cotizaciones, a las que podría sumarse un alza indirecta en caso de materializarse algún tipo de reducción de jornada».

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La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

Pese a esta situación, Yolanda Díaz y otros dirigentes insisten en que las subidas del SMI no tienen un impacto sobre el empleo. El informe de Cepyme muestra que, en la actualidad, un trabajador produce menos y es más caro. De hecho, la confederación ya ha advertido en otras ocasiones que el salario mínimo es perjudicial para los empleados.

En concreto, los representantes de los pequeños empresarios realizaron un estudio en el que demostraron que «la subida del SMI en los últimos años ha impedido la creación de unos 163.000 empleos». Es decir, que la subida salarial de unos ha sido a costa del trabajo de otros.

Los empresarios advierten que ésta no es la única forma por la que sus costes han aumentado. «Además de las subidas impositivas y la creación de nuevas figuras tributarias, las pymes soportan unos costes laborales crecientes -concretamente, un 15,9% mayores que dos años antes y que aumentaron un 5,2% interanual en el tercer trimestre de 2023- y se enfrentan a sendas caídas del crédito bancario nuevo y del crédito comercial entre empresas».

«La intervención de los costes laborales a través de un SMI que afecta a toda la escala salarial, la subida continua de cotizaciones, la prórroga del veto a los despidos o el previsto descenso de la jornada laboral se suman a factores externos a los que se enfrenta la empresa española, como el encarecimiento del crédito o el impacto en los suministros de crisis como la del Mar Rojo», confiesa Cepyme.

La mala situación ha llevado a Cepyme a pedirle al Gobierno un «esfuerzo» para «diseñar políticas que tengan en cuenta a la empresa». Así, la confederación «recuerda que el Estatuto de los Trabajadores señala que la subida del SMI ha de contemplar variables como la productividad y la marcha de la economía, así como la evolución de la participación del factor trabajo en la renta nacional y la inflación».

Sin embargo, el Gobierno no ha querido escuchar los planteamientos de los representantes de los empresarios en las negociaciones sobre la reforma del SMI. Yolanda Díaz ha firmado el acuerdo con los sindicatos y ha dejado de lado las propuestas de Cepyme y CEOE.

En concreto, las demandas de los empresarios eran vincular el salario mínimo a los contratos públicos e implementar incentivos para el sector agrícola. Ninguna de las dos fueron atendidas en las negociaciones.

Yolanda Díaz advirtió a la patronal que, de no firmar una subida del 4% y olvidarse de sus exigencias, subiría el SMI el 5% en 2024. Finalmente, la líder de Sumar ha cumplido sus amenazas. Tras ello, la dirigente ha vuelto a cargar contra los empresarios advirtiéndoles que «tienen sueldos elevadísimos» y que existe la posibilidad de utilizar medidas fiscales para rebajar su remuneración.

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