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Qué negocios ha facilitado la mejora de la calificación energética

El mercado inmobiliario, especialmente en las grandes ciudades y sus alrededores, vive otro crecimiento importante. Son muchas las localidades donde las grúas han vuelto a formar parte del paisaje habitual del lugar, hecho que ha generado alarma en algunos sectores por el miedo de estar reviviendo una nueva burbuja.

Los precios del alquiler y de compra han vuelto a subir de forma considerable, con el riesgo que ello comporta. El magnetismo de las grandes ciudades, junto con la falta de espacio de suelo en algunas (como Barcelona), provoca la necesidad de marchar a las afueras. Este incremento de la demanda provoca, a la vez, que los precios de los pisos también suban en todo el entorno metropolitano.

La importancia de la calificación energética

A la hora de adquirir una vivienda, uno de los aspectos que cada vez se tiene más en cuenta es la calificación energética. Se trata de una valoración sobre la eficiencia energética; es decir, cuánta energía es necesaria consumir para poder vivir en unas condiciones dignas. Un buen resultado al respecto implica, por lo tanto, un importante ahorro de costes, especialmente en los recibos de los servicios básicos.

Algunas nuevas promociones ya tienen en cuenta este aspecto. Podemos encontrar viviendas con calificación A (la máxima), pero en otros casos aún no ocurre así. Además, por un lado, durante el boom anterior, muchas construcciones se hicieron con materiales de poca calidad. Por otro, en las más antiguas, no se tenían en cuenta estos aspectos y es habitual encontrar calificaciones de F o G (las mínimas).

Conscientes de ello, hay propietarios que están dispuestos a realizar inversiones para mejorar la calificación. Este hecho ha facilitado el crecimiento de algunos negocios, que han visto como su facturación incrementaba. Algunos de los más habituales al respecto son los siguientes: